Javier Rupérez: «El castrismo quiere convertir el diálogo en un objeto en sí mismo, y al interlocutor en rehén»

Cuba: Obama mueve ficha

"La decisión de permitir a los cubano-americanos residentes en los EEUU viajar a Cuba y enviar ayudas económicas a sus familias constituye una medida hábil en el contexto de las nuevas expectativas suscitadas por las administración demócrata en varios terrenos de la política internacional".

"…Pero, que duda cabe, es una decisión limitada que no acaba de convencer por completo a nadie en el patio doméstico —los duros no se contentarán mientras no haya un cambio de régimen y los blandos no querrán nada que no sea el levantamiento completo del embargo y el pleno restablecimiento de relaciones diplomáticas- cuya inteligente virtualidad es la de situar el siguiente movimiento en el terreno de los Castro. Ya lo ha dicho Obama en Trinidad con claridad meridiana: los demás también tienen que moverse".

"La primera reacción de La Habana ha sido de estupor —evidentemente no se esperaban la noticia— y la segunda, seguramente aconsejada por los estrategas de ALBA, la caja de resonancia del chavismo neocastrista en Iberoamérica, dice aceptar el diálogo en pie de igualdad para hablar de todo, incluidos derechos humanos y presos políticos".

"Es una manera de evitar el sonrojo que supondría la constatación de la evidencia: los cubanos americanos moviéndose por Cuba sin restricciones y haciendo llegar a sus familiares ayudas sin limite cuantitativo crean muchos problemas para un régimen cuya mayor habilidad ha sido rentabilizar el ostracismo impuesto por Washington como fuente inagotable de males para el pueblo cubano y como pretexto para mantener con mano férrea uno de los sistemas dictatoriales más largos y sangrientos conocido en los ultimas cinco décadas. En la manera en que el castrismo permita y administre las decisiones ahora tomadas por la Casa Blanca se podrá deducir su disposición real para embarcarse en otras vías futuras de normalización política y diplomática".

"…La respuesta del 'sentémonos y hablemos de todo' tiene indudablemente perfiles sospechosos, por más que la secretaria de Estado Clinton la haya recogido con regocijo. Recuerda un tanto a las infinitas conversaciones con iraníes y norcoreanos: se habla y se habla, convirtiendo al diálogo en un objeto en sí mismo y al interlocutor en rehén para el reconocimiento, mientras en la sustancia nada cambia. También a ello se ha referido Obama en Trinidad Tobago: la conversación debe servir para algo".

"…Obama ha movido bien su primera ficha cubana y el resultado inmediato -una indudable relajación de tensiones- debe ser recibido con parabienes. Todo lo demás queda pendiente. Incluyendo el modelo que el presidente Obama quiere ofrecer del comportamiento de los Estados Unidos como potencia hegemónica. Que, cabe esperar, no corresponde exactamente con el que persiguen gentes como Chávez, Castro, Morales y compañía. Por mucho que se intercambien libros".

Javier Rupérez, El Imparcial, España
20 de abril de 2009

Un cambio de postura muy pragmático

"En la pasada cumbre de las Américas llevada a cabo en Trinidad, dos sucesos se robaron la atención de los medios y sorprendieron a la opinión pública continental. El primero fue el cambio de actitud del gobierno de los Estados Unidos frente a Latinoamérica y concretamente en lo referente a Cuba, bajo los cambios en prácticamente todas las políticas que experimenta esa nación del norte en las manos del presidente Obama. Y el segundo tuvo que ver también con el consenso que hubo en lo referente a tratar de incluir a la isla nuevamente en la Organización de Estados Americanos…".

"Si bien hay que reconocer que en este tipo de regiones la retórica siempre es más abultada que la realidad, no se puede desconocer que en esta ocasión sí fue diferente (…) Tenderle la mano al gobierno cubano, a pesar de que insiste en perpetuar una de las dictaduras más anacrónicas pero al mismo tiempo más represivas de la actualidad, demuestra que el realismo primó en Trinidad principalmente por dos razones".

"La primera, es que existe una conciencia generalizada de que el bloqueo económico al que Estados Unidos sometió a Fidel Castro no tuvo los efectos esperados de debilitar el régimen después de 40 años de aplicación. Y la segunda, es que la historia, que es la mejor profesora del planeta, ya impartió muy recientemente una nueva lección. En otras palabras, fue con la integración del gigante asiático a la economía mundial, que se le dio una estocada mortal a la dictadura comunista imperante en esa nación. Y en ese sentido, Cuba podría repetir la historia…".

Editorial de Vanguardia, Colombia
21 de abril de 2009

Vendrían a conspirar contra toda la gente

"Ningún mandatario ni ciudadano de los países que mantienen relaciones con Cuba querría para sí los efectos del desastre económico, social y personal que sufren los pobres cubanos. Pensar y repensar la conveniencia de entablar relaciones con la más oprobiosa dictadura del Hemisferio, es una importante tarea del Presidente electo, pues lo que decida puede poner bajo otra luz su compromiso con la democracia representativa y las libertades individuales; hay dos salvadoreños presos en Cuba que están condenados a muerte, un castigo que no admite el ordenamiento constitucional de El Salvador".

"Cuba, como se lo dijo el Presidente Flores a Castro en la Cumbre celebrada en Panamá, fue la principal instigadora de la agresión armada contra El Salvador en la Década de los Ochenta. El régimen castrista fue directa o indirectamente culpable de la muerte de decenas de miles de salvadoreños y de la destrucción de una parte importante de nuestra infraestructura, incluyendo nuestros dos grandes y majestuosos puentes sobre el Lempa, obras hermanas del Golden Gate de San Francisco. La intervención de Cuba hizo retroceder a El Salvador más de una generación en su desarrollo, lo que se refleja en los índices de pobreza y lo precario de los servicios públicos".

"Es casi nulo lo que puede aportar Cuba de bueno a El Salvador pero hay muchísimo de nocivo. La relación no sería como la que tenemos con tantos países amigos de cooperación y respeto a nuestras instituciones, con quienes nos identificamos además en lo cultural, lo social y lo institucional. Lo usual y acostumbrado es que los representantes diplomáticos cubanos, casi de inmediato, montan un aparataje de espionaje que es parte de su proyecto de poner los cimientos de un régimen policial. No habría comunicación, correo o movimiento sin vigilar, incluyendo los del gobierno (…) Traerán lo que, para maldición general, sobra en esta tierra. Apoyemos la libertad, no la dictadura. Que haya muchos países que tienen relaciones con Cuba no es argumento válido…".

Editorial de El Diario de Hoy, El Salvador
20 de abril de 2009

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