La prensa española, entre escéptica y crítica con el papel de Madrid en el fin de las sanciones a La Habana

Entre Fidel y Raúl

"Cuba le ha creado un nuevo quebradero de cabeza a la diplomacia española. El anuncio de que la Unión Europea levantaba a iniciativa de España las sanciones impuestas a la isla en 2003, pero en suspenso desde 2005, ha sido acogida con una tanda de descalificaciones y la detención de siete disidentes. El protagonismo de Fidel Castro en la escalada verbal, aunque revela que el viejo revolucionario se mantiene activo, no resta responsabilidad a su hermano Raúl, presidente constitucional de Cuba, que estaba propiciando pasos en el terreno económico para desentumecer el sistema".

"La explicación, que no justificación, de la dura respuesta cubana es el codicilo añadido a instancias de la República Checa, según el cual en junio de 2009 se revisará la situación para ver si la mano tendida ha servido de algo; en particular, si habrá facilitado la liberación de presos políticos —hay 55 que cumplen penas de hasta 28 años— y el acceso de organizaciones humanitarias a las cárceles cubanas. Es decir, que o hay resultados o las sanciones podrían renovarse".

"Días antes, Fidel Castro, en su papel de guardián de las esencias de la revolución, había criticado la concesión del Premio de Periodismo Ortega y Gasset a Yoani Sánchez, responsable de un blog de noticias en la isla (…) Es posible que la tensión se detenga en estas escaramuzas, pero la diplomacia española, que tanto había luchado por la anulación de las sanciones, debería ahora interrogarse sobre si para este viaje hacían falta tales alforjas. La política de una cierta ambigüedad constructiva con Cuba no es mala por definición; pero lo que sí está claro es que ha de ser útil. Si a los hermanos Castro les da igual con sanciones que sin ellas, no hay mucho margen para esta estrategia".

Editorial de El País, España
23 de junio de 2008

La UE da argumentos a Cuba para no cambiar

"La UE decidió ayer levantar las sanciones que en 2003 impuso a Cuba en respuesta a su represión contra la disidencia. Un grave error, pues la situación no ha variado en la isla: los derechos humanos siguen sin ser respetados, continúa habiendo presos políticos y los opositores son perseguidos como siempre. O la UE se equivocó hace cinco años o, como creemos, se equivoca ahora".

"…Moratinos dijo ayer que la decisión es una «buena noticia» y que permitirá «iniciar una etapa de diálogo». Parece no haber escarmentado del bochorno que vivió en La Habana en 2007, cuando el canciller Pérez Roque se negó a incluir en el «diálogo sobre derechos humanos» a los presos políticos, tachándoles de «mercenarios» y «terroristas»".

"Si cuando España tendió la mano al castrismo éste no tuvo ningún gesto de apertura, ¿por qué habría de cambiar ahora? Ayer mismo, en respuesta a la generosidad de la UE, el régimen detuvo a siete opositores y el ex dictador Fidel Castro expresó su «desprecio por la enorme hipocresía» de Bruselas. Con razón, Estados Unidos y la disidencia advirtieron que la UE envía una señal equivocada, pues Cuba siempre podrá argumentar que su política represora acaba dando réditos".

Editorial de El Mundo, España
21 de junio de 2008

La arriesgada apuesta cubana

"…No cabe duda de que la intención del Gobierno y del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, era facilitar el camino para que la interlocución con las autoridades cubanas sea lo más fluida posible, con la esperanza de que ello permita cierta apertura del régimen. El Gobierno habla incluso de la posibilidad —durante la presidencia española, dentro de dos años— de firmar un acuerdo de cooperación de Cuba con la UE".

"El precio que ha tenido que pagar el ministro Moratinos para lograr el objetivo simbólico de levantar las sanciones al régimen castrista es una declaración que también satisface a los países que, como la República Checa, Alemania, Holanda o Suecia, no quieren darle un cheque en blanco a la dictadura. Es más: si se compara con la situación anterior, la declaración que acaba de aprobar el Consejo Europeo incluye —tal como quería España— el diálogo con Cuba, pero es mucho más clara en cuanto a las exigencias concretas a las autoridades de La Habana sobre la liberación incondicional de los presos políticos, la entrada de las organizaciones internacionales a las cárceles, el diálogo con la oposición pacífica o el acceso de la población a la red de internet".

"Además, en el mecanismo de revisión anual se ha invertido la carga de la prueba, de manera que, para mantener la política de diálogo que promueve Moratinos, todos los países tienen que estar convencidos —por unanimidad— de que ha sido útil. Debido a uno de esos azares del calendario europeo, la revisión del año que viene se realizará bajo presidencia de la República Checa, el país que mantiene una posición más crítica contra la dictadura y contra la actual política española. De esta manera, lo que se ha aprobado es dar un año de prueba a las ideas que ha defendido España, pero manteniendo un riguroso criterio crítico".

"El problema para nuestra diplomacia es haber puesto el éxito de esta arriesgada gestión en manos de la dictadura cubana. Si Raúl Castro y su hermano decidieran por fin dar pasos concretos y relevantes a favor de la democratización del régimen, la apuesta de España habría sido un éxito, pero por ahora no existen indicios claros de que en La Habana estén pensando en estos términos (…) La apuesta que hace Moratinos es muy arriesgada (…) El reto de Moratinos no está exento de riesgos que podrían comprometer seriamente su figura como mediador".

Editorial de ABC, España
21 de junio de 2008

Cambiar ante Cuba

"El levantamiento de las sanciones diplomáticas a Cuba, acordadas por la Unión Europea en el 2003 a raíz del encarcelamiento de 75 opositores, parte de la confianza esgrimida especialmente por el gobierno de Rodríguez Zapatero en «los cambios emprendidos hasta la fecha por el Gobierno cubano». La liberación sin condiciones de los presos de conciencia, el flujo sin cortapisas de informaciones u opiniones y la apertura al pluralismo político constituyen las exigencias que la Europa democrática ha de plantear ante cualquier régimen que se base en la conculcación de derechos, como es el caso del régimen cubano".

"A partir de ahí resulta opinable y propicio a la controversia qué dosis de firmeza y de diálogo ha de contener la acción exterior de los países democráticos para procurar el cambio hacia la libertad de los sistemas dictatoriales o de los regímenes autoritarios. Por de pronto una parte de la oposición organizada al castrismo ha mostrado su disgusto por la decisión europea. Las sanciones impuestas hace cinco años no afectaban directamente al bienestar de los cubanos, ni colocaban al régimen comunista en especiales dificultades".

"De ahí que, a primera vista, su levantamiento adquiera un carácter eminentemente gestual. Sin embargo conviene recordar que la dominación castrista sobre la población cubana se ha sustentado en un discurso que entrelaza el agravio permanente con puntuales arengas victoriosas. De manera que junto a la rigurosa evaluación que la UE se ha comprometido a realizar de la situación en Cuba es necesario que los gobiernos europeos y las instituciones de la Unión presten atención a la interpretación pública que las autoridades cubanas hagan del levantamiento de las sanciones".

Editorial de los periódicos del Grupo Vocento, España
21 de junio de 2008

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