Marchas, Represión, Plataforma
A la espera de un agitado 15 de noviembre
A pocos días para el 15 de noviembre, pocos pueden estar indiferentes en la Isla
La oposición al gobierno cubano ha convocado a unas nuevas protestas para el 15 de noviembre en toda la Isla para expresar su descontento por las detenciones y la represión de hace cuatro meses, informa France24.
Sin embargo, las autoridades han negado en reiteradas ocasiones los permisos de los organizadores para realizar la “Marcha Cívica por el Cambio”. La manifestación estaba prevista primero para el 20 de noviembre, pero el gobierno de Miguel Díaz-Canel negó la posibilidad de realizarla acusando a los promotores de recibir incentivos de Estados Unidos y de buscar un “cambio de régimen”.
A pesar de las negativas, los organizadores de las marchas afirman que saldrán a las calles.
Ahora, la fecha de la convocatoria coincide con la reapertura de la Isla al turismo, la principal fuente económica del país, al igual que con las celebraciones planeadas por el 502 aniversario de La Habana, la capital. Por lo que el presidente Díaz-Canel fue enfático en decir ante los parlamentarios que “nadie va a aguarnos la fiesta”.
Por su parte, los organizadores de las marchas siguen extendiendo la convocatoria en las redes sociales, una de sus principales herramientas. “Nuestro objetivo es marchar contra la violencia y la liberación de los presos. ¡No queremos más presos!”, declaró Yunior García Aguilera, uno de los principales promotores de las marchas.
De la misma manera, Saily González, otra de las organizadoras, recalca el inconformismo de muchos de los manifestantes ante los “abusos” por parte del gobierno durante las pasadas protestas. “Consideramos que su respuesta fue ilegal entonces creemos justo insistir en la marcha”, afirmó para la AFP.
La expectativa de las nuevas manifestaciones es alta para ambas partes. La oposición espera que permitan reiterar el malestar de una parte de la población con el régimen que ya se expresó en julio, en las que muchos creen que fueron las manifestaciones más multitudinarias desde la instauración del gobierno comunista. Mientras, las autoridades cubanas continúan recalcando que las protestas se tratan de una operación orquestada desde el extranjero para desestabilizar el país.
¿Un segundo capítulo del 11 de julio?
“Creo que la pregunta es si puede volver a meter al genio del 11 de julio en la botella o no”, dijo a Reuters el historiador de la Universidad de Miami, Michael Bustamante. “El 15 de noviembre será una medida de eso”, añadió.
Además, estas tienen como añadido la denuncia de los manifestantes sobre los presos de las pasadas manifestaciones. Un reclamo que es apoyado por Estados Unidos, que ha amenazado con imponer más sanciones a Cuba por la ola de arrestos tras las protestas.
Sin embargo, las autoridades cubanas han recalcado que las detenciones fueron legítimas y que se basaron en los delitos de “desorden público, resistencia al arresto y vandalismo”. Los organizadores también han denunciado que han sido amenazados por el gobierno por continuar con las convocatorias.
Al mismo tiempo, estas expresiones ciudadanas tienen la particularidad de coincidir con la reapertura del turismo y de las escuelas primarias en la Isla.
Por lo que Bustamante anotó que “es alto” lo que está en juego en Cuba.
“Este es el momento en el que el Estado cubano busca darle la vuelta a lo que ha sido un año muy malo ... y aquí tienes a este grupo diciendo ‘no, estamos eligiendo este momento específico para presionar por un cambio político’”, concluyó el historiador.
El grupo de Facebook Archipiélago ha tomado un rol clave para la organización y promoción de las manifestaciones. Se trata de una comunidad en la web que posee cerca de 31.501 miembros y que, según una de sus publicaciones, la mayoría de los integrantes tiene entre 25 y 44 años. Además, cerca de la mitad de los miembros del grupo residen fuera de Cuba.
Según varios analistas, las publicaciones en la web han escapado al control por parte de las autoridades comunistas.
A pesar de ello siguen las represalias. El propio García Aguilar, comentó a EFE que le han cortado los servicios de Internet. Según dice el opositor, se trata de una represalia para silenciar sus “reivindicaciones”.
Aun así, la llegada del internet a la Isla, a pesar de sus intermitencias, ha cambiado la manera en que se está desarrollando y expresando el descontento. Tal como comenta para AFP William Leogrande, profesor de la American University en Washington y especialista en relaciones entre Cuba y Estados Unidos, “el gobierno cubano se siente muy asediado por el mal estado de la economía, por el reforzamiento del embargo y porque el 11 de julio reveló el profundo descontento de la gente”.
EEUU, otro punto de tensión
El gobierno cubano ha sido insistente frente al papel de Estados Unidos en las nuevas protestas. El miércoles, las autoridades del país afirmaron que EEUU ha realizado intentos de “desestabilización” con el apoyo a las marchas del 15 de noviembre.
Antes, el gobierno cubano ya había denunciado supuestos vínculos de los organizadores con las instituciones y los congresistas estadounidenses y han llegado a señalar que buscan una “intervención militar”.
Además, el presidente cubano sentenció que “diplomáticos estadounidenses se reúnen frecuentemente con los cabecillas contrarrevolucionarios. Les brindan orientación, estímulo, apoyo logístico y de manera directa o indirecta financian sus actividades”.
Por su parte, el gobierno estadounidense no se ha pronunciado específicamente sobre las manifestaciones del 15 de noviembre. Sin embargo, el mes pasado un portavoz del Departamento de Estado dijo que apoyaban el derecho a las protestas por parte de los cubanos y que las manifestaciones se trataban del descontento de la ciudadanía y no era una “demostración ... de los deseos del gobierno de Estados Unidos”
Aún así, el especialista en relaciones entre Cuba y Estados Unidos, William Leogrande, dijo que la embajada siempre “ha sido un canal para proporcionar ayuda material a los disidentes cubanos”.
El gobierno cubano también ha acusado mediante los medios estatales a los organizadores de las manifestaciones de recibir apoyo desde el extranjero.
Hace unos días un noticiero mostró una llamada telefónica que mantuvo García Aguilar con un exiliado en Miami al que Cuba acusa de unos ataques “terroristas” hace varias décadas. El opositor fue acusado de promover “un golpe de Estado suave”.
Por su parte, García Aguilar reconoció haber recibido una llamada del responsable de la embajada de Estados Unidos en La Habana, Timothy Zuñiga-Brown. Sin embargo, negó haber recibido algún tipo de ayuda. Además, denunció que las llamadas fueron grabadas sin su consentimiento.
El organizador también denunció que las autoridades cubanas han usado la estrategia de culpar a Estados Unidos de las manifestaciones.
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