¿A quién prefieren los Castro en la Casa Blanca?

Un triunfo del candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama, podría atemperar la presión de Washington sobre La Habana, pero también le quitaría al régimen su principal coartada para mantener su férreo control en la Isla, opinaron diplomáticos y analistas citados por EFE.

"No tengo claro qué quieren en realidad los que mandan en Cuba; de hecho, no creo que ellos lo tengan claro", comentó un diplomático europeo sobre las posibles preferencias del régimen en cuanto al próximo inquilino de la Casa Blanca.

La mayoría de los cubanos prefiere un triunfo del demócrata, a juzgar por lo que se escucha en la calle. Fidel Castro lo ha alabado, mientras el gobierno de su hermano Raúl guarda un prudente silencio.

"Obama, porque es negro y va a acabar el bloqueo", dijo un camarero de La Habana, que pidió el anonimato. "Hasta Fidel lo prefiere", agregó.

Pedro, un electricista y plomero de 58 años consultado por la AFP, afirmó estar "ciento por ciento seguro de que toda Cuba le va a Obama".

El candidato demócrata ha dicho que está dispuesto a hablar, bajo condiciones, con el gobierno cubano y a eliminar las restricciones a los viajes y remesas impuestas por el presidente George W. Bush en 2004. No obstante, ha afirmado que mantendrá el embargo, política a la que el régimen cubano achaca todos los males de la Isla.

"La oferta es muy buena, pero de aquí a que se dé el diálogo son otros cinco pesos; no por Raúl, sino por Fidel. Mientras viva es difícil. Lleva 50 años enfrentado con los americanos, así que le da igual seguir en conflicto los dos o tres que le quedan de vida", dijo Alina, una enfermera jubilada de 70 años.

Fidel Castro, no ha dicho abiertamente que quiere un triunfo del demócrata, pero le ha alabado en varias de sus "reflexiones" con frases como: Obama supera a McCain "en inteligencia y serenidad".

En cambio, ha atacado con severidad al candidato republicano, Jonh McCain, al que acusa de ser un "instrumento de la mafia", como llama a sus adversarios de Miami.

Algunos funcionarios cubanos insisten en estos días en que en el "imperio", como denomina Fidel Castro a Estados Unidos, no va a cambiar nada tanto si gana Obama como McCain.

El ministro de Economía, José Luis Rodríguez, en declaraciones que publicó el sábado el diario Granma, portavoz del gobernante Partido Comunista, expresó su "certeza de que no va a haber un cambio de política del gobierno de Washington, cualquiera que sea el que triunfe en las próximas elecciones".

El ex ministro de Cultura Armando Hart expresó en un artículo publicado también en Granma el problema que tendrán los gobernantes cubanos si vence Obama:

"Si cumple su promesa (de aliviar el embargo), nacerá una nueva etapa en el combate ideológico entre la revolución cubana y el imperialismo. En ella, para alcanzar la invulnerabilidad ideológica a la que aspiramos, será necesario el diseño de una nueva concepción teórica y propagandística acerca de nuestras ideas y su origen", argumentó.

"Una amplia migración con distintos objetivos puede venírsenos encima y para ello debemos prepararnos culturalmente", alertó Hart, uno de los líderes históricos de la Revolución, reportó EFE.

"La supresión de las limitaciones económicas impuestas a los viajes a Cuba significará que alrededor de un millón de nacidos en esta tierra o sus descendientes pueden venir como turistas o por el interés de entrar nuevamente en contacto con el terruño y sus familiares", indicó.

Advirtió que entre los que podrían entrar libremente a la Isla habrá "cubanos" (lo puso entre comillas) contrarios a la revolución, así como estadounidenses "que aspiran a desarrollar relaciones de algún modo" con el país.

Hart concluyó que Cuba tendrá "el reto inmenso de cómo enfrentar un tiempo nuevo en la lucha cultural contra el enemigo".

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