Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Represión

Acoso a las Damas de Blanco durante una marcha pacífica

Las madres, esposas y familiares de presos políticos concluyeron cuatro jornadas de actos para recordar el encarcelamiento de los 75 en 2003.

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Decenas de simpatizantes del régimen participaron este martes en un acto de repudio contra Damas de Blanco que realizaban una marcha pacífica por calles de La Habana para pedir la libertad de los disidentes encarcelados en la Isla.

Las Damas de Blanco —madres, esposas y familiares de presos políticos— realizaban su última jornada de actos pacíficos por el cuarto aniversario de la represión que en 2003 llevó a la cárcel a 75 disidentes cubanos, condenados a penas de hasta 28 años.

Vestidas de blanco y portando gladiolos, alrededor de 30 mujeres caminaron en silencio por el céntrico barrio del Vedado hasta la sede de la Dirección Nacional de Prisiones, dependiente del Ministerio del Interior (MININT), donde soltaron palomas, lanzaron gritos de "libertad" y pidieron una vez más la excarcelación de sus familiares presos, informó EFE.

En medio de un fuerte operativo de seguridad, las Damas de Blanco se disponían a concluir la caminata cuando decenas de simpatizantes del régimen las rodearon a la altura de la Universidad de La Habana y comenzaron a lanzar consignas revolucionarias.

Los manifestantes oficialistas siguieron a las mujeres hasta la vivienda de Laura Pollán, esposa del disidente Héctor Maseda, condenado a 20 años de prisión, lanzando gritos de "Viva Fidel, viva Raúl", "Viva la revolución", "Abajo el imperialismo", "Gusanas", "Viva el comunismo, abajo la gusanera" o "Que se vayan".

"Somos cubanos, las oímos y salimos a la calle a defender la revolución", dijo Orlando, un jubilado que participó en la contra-manifestación oficialista.

"Ellas lo que pasa es que las pagan los americanos para hacer estos papeles porque nuestros cinco héroes (cinco agentes cubanos condenados por espionaje en Estados Unidos) están presos en Estados Unidos. Los hijos de ellas son contrarrevolucionarios y por eso están en la cárcel", afirmó Araceli Borges, otra de las manifestantes oficialistas.

Para Gisela Delgado, esposa del disidente Héctor Palacios, condenado a 25 años y excarcelado el pasado diciembre con una licencia extrapenal por motivos de salud, actos como este "están preparados por el gobierno".

"El pueblo en ningún momento salió a la calle a repudiarnos. Es una organización del gobierno", dijo.

"Nos estaban esperando. Es un acto brutal y yo identifiqué a personas de la Seguridad del Estado que hicieron actos de repudio frente a mi casa", afirmó.

Independientemente de este tipo de incidentes, "vamos a seguir adelante porque sabemos que es justo lo que hacemos por la libertad de nuestros familiares. Vamos a seguir hasta que salga el último", agregó Delgado.

"Mientras nos podamos levantar vamos a seguir caminado. O sueltan a los presos o nos matan a las calles", dijo por su parte Laura Pollán, citada por la AP.

Las Damas de Blanco surgieron a raíz de la represión de 2003 y desde entonces se dedican a reclamar la excarcelación de los opositores condenados ese año y a denunciar las condiciones que sufren en prisión. En 2005, el Parlamento Europeo les otorgó su Premio Sajarov de derechos humanos.

Durante las cuarto jornadas de conmemoración de la llamada "Primavera Negra", como la oposición cubana bautizó la ola represiva de 2003, las mujeres han realizado caminatas por las calles de La Habana y ayunos, han asistido a misas y participado en cadenas de oración.

El lunes otro grupo pro gubernamental intentó boicotear un acto en el Parque Central de la capital, donde las Damas de Blanco soltaron palomas para recordar a los opositores encarcelados y pedir su libertad.

"Han sido cuatro jornadas bien productivas", opinó Laura Pollán.

En el futuro, "nosotras seguiremos recorriendo las calles de La Habana mientras nuestros familiares estén presos, no le tememos a nadie", afirmó Ana Rosa Borrego, madre de Horacio Julio Piña, condenado a 20 años.

Los disidentes del grupo de los 75 fueron acusados de atentar contra la independencia del Estado y conspirar con Estados Unidos para socavar la revolución.

Del ellos, 59 permanecen en prisión y 16 fueron excarcelados con licencias extrapenales por motivos de salud. Cuatro de estos últimos partieron al exilio, y uno, Miguel Tamayo Valdés, falleció el pasado mes de enero en La Habana.