Cardenal Ortega: Los católicos 'no podemos tener una actitud de espectadores'

A 10 años de la visita del papa Juan Pablo II a Cuba, el cardenal Jaime Ortega llamó a los católicos a integrarse plenamente en la sociedad para incrementar el reconocimiento de la Iglesia, informó la AP.

"No podemos tener una actitud de espectadores, de meros analistas", expresó el purpurado, de 71 años, en una entrevista que se difundió en los medios eclesiales a manera de balance de la gira que Juan Pablo II realizó en enero de 1998.

"Que haya siempre en nosotros amor a la patria, que no haya —a pesar de las diferencias ideológicas y los problemas que esta realidad ha suscitado, algunos de ellos dolorosos (…)— un desentendimiento del católico de la vida social", agregó.

Ortega exhortó a los cubanos a la "reconciliación personal" con sus compatriotas, tras décadas de convivencia difícil entre los creyentes y las autoridades que incluso los discriminaron.

El fallecido pontífice polaco, cuya imagen se asocia al fin del comunismo en su país, llegó a la Isla cuando ésta atravesaba la profunda crisis derivada de la pérdida de los aliados de la Europa del Este y se especulaba sobre un cambio de sistema.

Ortega consideró que la visita del Papa allanó el diálogo con las autoridades.

En los últimos años, la Iglesia Católica obtuvo espacios como el feriado de Navidad, permisos para procesiones y un limitado acceso a medios de comunicación locales en determinadas fechas del año. No obstante, persisten diferencias.

"Por buenas que sean las relaciones, nunca el Estado va a darle a ninguna iglesia todo aquello a lo que ella pueda aspirar (...) ni nunca una iglesia va a hacer todo lo que quiera el Estado", comentó en una entrevista el politólogo Aurelio Alonso.

Entre las principales demandas que durante décadas ha mantenido la Iglesia Católica en la Isla se encuentran el aumento de sacerdotes y monjas, y el acceso a los medios de comunicación y a la educación, ambos bajo monopolio del gobierno.

Al triunfo de la revolución, había en la Isla unos 800 sacerdotes. En 1961 fueron expulsados más de 130 de ellos tras divergencias con el régimen instaurado, lo que se considera la mayor expulsión de religiosos ocurrida en el hemisferio, reportó la AFP.

Actualmente hay en la Isla unos 300 sacerdotes, la mitad de ellos cubanos, para atender unos 600 templos.

La Iglesia mantiene además un reclamo de extender su labor pastoral y humanitaria fuera de los templos. A finales de 2007 las autoridades permitieron y colaboraron con la Iglesia en la prestación de ayuda material y espiritual a damnificados por inundaciones en la provincia Granma.

En cuanto al acceso al sistema educacional, la Iglesia perdió los colegios de sus órdenes en 1961, con la nacionalización del sistema de enseñanza, y no ha vuelto a recuperar terreno.

La jerarquía eclesiástica en la Isla pide también mayor acceso a las cárceles, hasta ahora sólo se le permite la atención personal a reclusos, que en el caso de los presos políticos las autoridades de las prisiones en algunas ocasiones limitan. La Iglesia pretenden oficiar misas en las cárceles, donde hasta ahora no hay celebraciones colectivas.

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