Comisión Europea: La UE debe sopesar la eliminación de las sanciones de 2003
El coordinador de Washington para la Transición, Caleb McCarry, llamó a 'ver cómo se pueden alentar las voces dentro del gobierno que están pensando en un cambio'.
La Comisión Europea es partidaria de que los gobiernos de la Unión sopesen eliminar las sanciones diplomáticas adoptadas en 2003 contra La Habana, cuando revisen su Posición Común en junio próximo, dijo este miércoles el director para el Caribe de la entidad europea, Manuel López Blanco, informó EFE.
El funcionario defendió que el "relevo" en la cúpula de poder en Cuba y las "reformas aperturistas" brindan una "ventana de oportunidad para el cambio".
Sin embargo, el coordinador del gobierno de Estados Unidos para la Transición en Cuba, Caleb McCarry, opinó que "no hay ninguna señal de que las autoridades cubanas tengan intención de desmantelar el sistema de control sobre el país".
McCarry y López Blanco asistieron a la conferencia "Quo Vadis, Cuba: Escenarios de la transición tras la era Castro", organizada en Bruselas por la fundación Konrad Adenauer, y que reunió a representantes del exilio y políticos conservadores europeos.
La Unión Europea (UE) mantiene una oferta de diálogo a doble banda con las autoridades y la disidencia interna desde enero de 2005, cuando congeló las sanciones diplomáticas impuestas a La Habana en 2003, tras el encarcelamiento de 75 disidentes y la ejecución de tres hombres que intentaron secuestrar una embarcación de pasajeros para desviarla a Estados Unidos.
El régimen cubano reclama la eliminación total de esas sanciones, "como un símbolo o una señal" para aceptar el diálogo, recordó López Blanco.
Las medidas diplomáticas incluían la limitación de los contactos de alto nivel y la invitación de disidentes a las celebraciones de fiestas nacionales en las embajadas europeas en la capital cubana.
La Comisión es partidaria de normalizar la relación y cree por ello que los gobiernos europeos deben tener "una discusión objetiva" sobre la conveniencia de retirar las sanciones, indicó el funcionario, y añadió que "algunos" países de la UE también lo creen oportuno.
López Blanco sostuvo que la llegada formal de Raúl Castro al poder y las recientes medidas adoptadas por el régimen, como la posibilidad de comprar teléfonos móviles o alojarse en hoteles, brindan una "ventana de oportunidad, un potencial de cambio".
La reapertura de canales diplomáticos y de cooperación, así como el aumento de las inversiones europeas, pueden contribuir, a su juicio, a crear "un engranaje virtuoso" que haga real ese cambio.
Varios participantes en la conferencia discreparon de esta tesis. El democristiano alemán Arnold Vaatz, opinó que el "diálogo crítico" con La Habana, impulsado por el gobierno español, ha servido al régimen cubano para "marginar" a la oposición.
El portavoz del Partido Popular en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, consideró que sería un error respaldar un proceso de transición ficticio.
Aludiendo al precedente de la transición española, preguntó a la Comisión si "el potencial de cambio" sería el de Arias Navarro, último presidente nombrado por el dictador Francisco Franco, o el de Adolfo Suárez, sucesor del primero y artífice de la llegada de la democracia.
"La respuesta es que puede que nos encontremos ahora en Cuba en el periodo entre Arias Navarro y Adolfo Suárez, sin que Adolfo Suárez haya aparecido", respondió el funcionario europeo.
Por su parte, McCarry defendió que hay "cambios" en la sociedad civil, pero no en la clase dirigente.
"No hemos visto ninguna señal de que las autoridades cubanas tengan intención de desmantelar el sistema de control sobre el país. La presión, de hecho, continúa y se ceba en quienes buscan el cambio democrático", afirmó.
McCarry dijo "entender" que Europa busque un diálogo de "doble vía" con el gobierno y la sociedad civil, pero apostó por abrir un tercer canal con aquellos miembros de la clase dirigente que puedan aspirar a promover una transición.
"Hay que ver cómo se puede alentar a esas voces dentro del aparato de gobierno que están pensando en un cambio y que también pueden gozar de criterio independiente", dijo.
"Eso requiere un trabajo de acercamiento independiente a lo que podría ser la relación con el gobierno", añadió.
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