Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Salud: Gripe A

Cuarentenas, cortes de carretera y control del Ejército si aumentan los casos en invierno

Apostar por una vacuna no entra en las previsiones del gobierno. 'Todavía no se sabe si funciona', dijo el viceministro Luis Estruch.

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El plan del gobierno cubano para enfrentar un aumento de los casos de Gripe A durante el invierno no incluye una vacuna, pero sí la posibilidad de poner en marcha cuarentenas, cortes de carreteras y controles realizados por el Ejército.

Las autoridades sanitarias creen que apostar por una vacuna para contener una pandemia mundial es algo arriesgado y desmoralizador.

"Todavía no se sabe si (la vacuna) funciona", declaró el doctor Luis Estruch, viceministro de Salud Pública, citado por la AP. "¿Qué seguridad va a tener? Eso no lo sabe el mundo científico todavía".

También mencionó el alto costo de una vacuna, cuya confiabilidad —dijo— no está plenamente demostrada.

En la Isla sólo se han registrado 435 casos de gripe porcina en una población de 11 millones de habitantes, y ninguna muerte. Esto representa un infectado por cada 25.000 personas, comparado con 6.900 en Estados Unidos y 4.000 en México.

La preparación para combatir un posible brote en el invierno boreal involucra a todos los ministerios y a las Fuerzas Armadas, de acuerdo con el plan oficial.

De ser necesario, el gobierno aislaría barrios e incluso pueblos enteros, cerraría carreteras y despacharía equipos médicos a las comunidades afectadas por la gripe, indicó Estruch.

Los soldados podrían ir de puerta en puerta para asegurarse de que se cumplen las órdenes de cuarentena y de evacuación. Las autoridades están dispuestas a aislar personas y comunidades si lo consideran oportuno.

"En cuestión de horas podemos determinar cuáles recursos enviar", dijo Estruch. Agregó que se han contemplado numerosas variantes: "Si hay que paralizar un pueblo, si hay que paralizar el transporte público, si hay que parar las escuelas, si hay que tomar otras medidas...".

El modelo cubano funciona, pero a costa de las libertades individuales, señaló José Azel, economista del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Estadounidenses de la Universidad de Miami.

Cuba "tiene la ventaja de que puede hacer algo que nosotros no podemos hacer: darle órdenes al pueblo", expresó.

El virus ha causado al menos 3.205 muertes a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud. Se han confirmado más de 250.000 casos, aunque la mayoría no requirieron tratamiento.

Las vacunas son el eje central para la lucha contra la enfermedad en muchos países, incluido Estados Unidos.

Pero La Habana tiene otro enfoque, y no porque no esté en condiciones de producir una vacuna.

El Centro de Biotecnología e Ingeniería Genética de la Isla fabrica un centenar de productos, incluidos más de tres docenas destinados a combatir enfermedades infecciosas.

"Si tuviésemos confianza en una vacuna, la conseguiríamos de inmediato", dijo Estruch.

Pero no es recomendable prometer una cura para un tipo de gripe que puede mutar en cualquier momento, consideró, y recordó la campaña que hizo Estados Unidos en 1976 para vacunar a millones de personas, en previsión de un brote de gripe porcina que nunca se dio.

En esa ocasión, cientos de personas atribuyeron a la vacuna otras enfermedades y hubo demandas que costaron al gobierno casi 100 millones de dólares.

Estruch aseguró Cuba no volverá a cerrar sus fronteras —como hizo a los aviones procedentes de México en mayo pasado, tras detectarse en ese país el primer brote de la enfermedad—, porque ya se sabe cuál es el problema. Indicó que las medidas de cierre fueron "totalmente necesarias" en ese momento porque nadie sabía en qué consistía el brote.

El doctor Jarbas Barbosa, de la Organización Panamericana de la Salud, elogió la estrecha colaboración de Cuba con los organismos internacionales de salud. Pero cuestionó el concepto de aislar personas para evitar la diseminación del mal.

"En general, no hay evidencia de que eso funciona", manifestó Barbosa, quien es jefe del manejo de enfermedades, "y puede tener un profundo impacto social y económico", advirtió.


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