El gobierno admite la creciente falsificación y adulteración de productos

La venta de productos falsificados o adulterados "ha ido ganando un espacio en las redes comerciales de la Isla. Es un vicio que lastra desde hace años el sector de los servicios", reconoció este domingo el diario oficialista Juventud Rebelde.

El diario, órgano oficial de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), dijo haber realizado una investigación de tres meses, la cual demostró que los fraudes van "desde el burdo truco de echarle agua al ron y a otras bebidas para aumentarlas, transitan por la preparación en 'fábricas' clandestinas de productos de alta demanda, y terminan con la utilización de sofisticadas técnicas, incluidos medios de computación", reportó la AFP.

Se trata de redes que incluyen muchas veces a empleados de las fábricas, y a personas que elaboran o adulteran los productos y los introducen en la red comercial con la complicidad de administradores y trabajadores.

Entre los productos más falsificados, según los encuestados por el periódico, se encuentran las bebidas alcohólicas, los cigarrillos y puros, así como los jabones, perfumes, desodorantes, cafés, helados y el agua natural.

El diario mencionó a las cervezas Cristal y Bucanero, además de cigarrillos como Popular y Titanes, según AP.

De acuerdo con la publicación, el pasado 5 de enero inspectores realizaron pruebas a una botella de ron de la marca Ronda, tomada al azar del almacén de una cafetería, y se encontró que sólo tenía 25 grados de los 34 establecidos. El administrador del lugar dijo que el producto le había llegado así de la fábrica.

Muchos los productos adulterados o falsificados se expenden en pesos convertibles cubanos, una divisa de circulación interna, equivalente a 1,20 dólar.

"Llama la atención que en el consumidor cubano se ha creado una 'mentalidad de estafado'. Más del 80% de los encuestados mencionó al menos un caso en que se sintió engañado, aunque casi nunca reclamó a los vendedores", dijo Juventud Rebelde.

"La falsificación de productos tiene ya un carácter preocupante", dijo el diario. "Para erradicarla no bastarán el trabajo de la Policía ni las constantes quejas de los consumidores", señaló.

"Valdría la pena conocer qué hacen en materia de control las entidades productoras del país para frenar la tendencia, si cuentan con los mecanismos necesarios para cortar de raíz semejante ofensa a la población", añadió.

Por otra parte, el pasado viernes la prensa oficialista informó que el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) detectó irregularidades en el 90% de las 33.843 inspecciones que realizó en la red estatal de comercio y servicios durante 2006, informó EFE.

El "descontrol económico y el relajamiento de la moral y la disciplina" hicieron que el comercio interior dejara de ingresar más de 185 millones de pesos por concepto de pérdidas y faltantes el año pasado, dijo Juventud Rebelde.

Según el diario, en las inspecciones se detectaron casi 125.000 deficiencias, se descubrieron irregularidades en más del 90% de las unidades investigadas y se aplicaron 5.742 medidas disciplinarias.

Además, en sectores como el de la gastronomía se evidenció "la ausencia de una política coherente para elevar la calidad", tras constatar deficiencias en la prestación de los servicios, la falta de preparación y profesionalismo de algunos trabajadores y de exigencia de sus directivos.

Desde hace varios años, el MINCIN arrastra además una cifra de 416,9 millones de pesos en pérdidas.

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