Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Posada Carriles, Terrorismo

Empresario cubanoamericano testifica en juicio a Posada Carriles

Después de varias mociones presentadas por la defensa para excluir su testimonio, Tony Álvarez comenzó a declarar en la corte

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La Fiscalía Federal de EEUU logró que subiera el miércoles al estrado el empresario cubanoamericano Tony Álvarez, testigo que presuntamente observó en su oficina en Guatemala al anticastrista Luis Posada Carriles, así como materiales para fabricar bombas, en 1997.

Después de varias mociones presentadas por la defensa para excluir su testimonio, Álvarez comenzó a declarar en el juicio contra Posada Carriles por presunto fraude, perjurio y obstrucción en sus solicitudes de asilo político y ciudadanía.

Cuando la jueza que preside el caso interrumpió el testimonio para tomar un receso matutino, Álvarez no había todavía testificado lo que se esperaba que testificara, es decir que vio a Posada Carriles y a dos asociados llevar a su oficina materiales con los que presuntamente se ensamblaron bombas que después estallaron en Cuba en 1997, informó El Nuevo Herald.

El inicio del testimonio de Álvarez marcó un momento importante en el juicio de Posada Carriles, toda vez que la fiscalía está cerca de terminar la presentación de sus pruebas. Sin embargo, precisamente cuando la fiscalía concluirá sus argumentos es algo que sigue sin determinarse, de acuerdo a la información aparecida en El Nuevo Herald.

El empresario inició su declaración afirmando que mantuvo una relación amorosa con la hermana del ex mandatario Fidel Castro, Lidia Castro, en la década de los años cincuenta, que él finalizó cuando fue obligado por su padre a casarse con una joven que estaba embarazada, de acuerdo a la agencia de noticias Efe.

Indicó que conocía a Castro desde su niñez, ambos de familias adineradas, y que su abuelo era amigo del padre de Fidel, quienes se conocían a través del negocio de azúcar.

Interrogado por la fiscalía, que busca su testimonio en relación a las actividades de Posada Carriles en Guatemala en 1997, señaló que abrió una oficina en ese país de la compañía de energía WRP, con filiales en Granada, Tampa y Venezuela, indicó un cable de Efe.

Además, contrató como representantes legales a José Burgos y Pepe Álvarez, este último, precisó, le presentó a Posada Carriles.

Aseguró que conoció al cubano-venezolano en 1997 en un hotel de Guatemala, y que posteriormente lo veía cuando visitaba a José Álvarez.

También dijo que detectó en su oficina un fax del 25 de agosto de 1997 destinado a José Álvarez, firmado por un alias “Solo” en el que el firmante hablaba del envío de fondos “para pagar el hotel”, y de la necesidad de llamar la atención de los medios sobre “hechos”, entre ellos, los de una discoteca.

La defensa de Posada Carriles quiere que se elimine ese documento como prueba en el juicio.

En la sesión del miércoles, y sin la presencia del jurado, Álvarez detalló que al llegar de uno de sus viajes de trabajo, su secretaria, Cecilia Canel Pelen, le dio el fax cuyo contenido, dijo, le preocupó por lo que se lo mostró a un familiar de un miembro del Gobierno de Guatemala.

Se espera que el testimonio de Álvarez se prolongue durante dos días.

La jueza encargada del caso había ordenado la presencia para el jueves de la periodista Ann Louis Bardach, pero recibió el miércoles una moción en la que ella pide se retrase su comparecencia hasta la próxima semana por cuestiones de salud.

Cardone dijo que tiene planeado determinar el miércoles por la tarde si le permitirá a Bardach demorar su testimonio hasta la semana próxima.

Se espera que Bardach sea el último testigo de la fiscalía y se creía que comenzaría a testificar a principios de esta semana, informó El Nuevo Herald.

Bardach es una de las testigos claves de los fiscales federales, toda vez que se presentará como prueba la entrevista efectuada en 1998 a Posada Carriles en la que el exiliado cubano presuntamente reconoce su participación en atentados a destinos turísticos de Cuba, un año antes.

Posada Carriles es juzgado por 11 cargos y en tres de las acusaciones se sostiene que habría mentido en su audiencia de asilo político al asegurar que no solicitó a otra persona que trasladara y colocara artefactos explosivos en los hoteles.

Está acusado también de mentir en su proceso de naturalización a oficiales del Departamento de Justicia al declarar que ingresó al país como indocumentado en marzo de 2005 por la frontera sur de Texas, mientras que la Fiscalía Federal asegura lo hizo vía marítima y que un grupo de exiliados lo traslado de Isla Mujeres, México, a Miami, en la embarcación Santrina.


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