Cuba, Estados Unidos, embargo, viajes
Expertos dudan que se concrete un avance en las relaciones Washington-La Habana
Los analistas consideraron posible que Obama tome nuevas medidas unilaterales, independientemente de la respuesta del régimen.
Expertos dudan que se concrete un avance en las relaciones entre Washington y La Habana a pesar de los pasos dados por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, informó la agencia IPS.
La alternativa para Obama sería insistir en que La Habana tome medidas en respuesta a las anunciadas por Washington, que levantó las restricciones a los viajes y envíos de remesas de los cubanoamericanos a la Isla, y anunció que permitirá a empresas estadounidenses de telecomunicaciones brindar servicios en Cuba.
"El liderazgo cubano es ambivalente sobre la posibilidad de tratar con Estados Unidos. No está preparado para hacer concesiones hacia una mayor normalización", dijo Daniel Erikson, analista organización académica Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
"Parece que el gobierno de Obama todavía cree que debe seguir dando pasos a la espera de respuestas positivas", agregó Erikson, autor de The Cuba Wars (Las guerras de Cuba) un libro sobre las relaciones entre ambos países.
La mayoría de los analistas en Estados Unidos creen que el debate sobre la Isla cambió decisivamente: hoy parecen predominar quienes creen que la política de aislamiento no logró los objetivos esperados.
Buena parte de los principales centros de estudios especializados en política internacional —como el Consejo de Relaciones Exteriores y la Institución Brookings— propuso el año pasado el levantamiento del embargo, como forma de mejorar incluso las relaciones con otros países latinoamericanos y caribeños.
Pero también figuras del Partido Republicano, como el ex presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Richard Lugar, mostraron ideas similares.
Además, encuestas en la comunidad cubanoestadounidense —históricamente contraria a la normalización— han mostrado un marcado viraje de opinión.
Tres de cada cuatro cubanoestadounidenses entrevistados en diciembre en el condado de Miami-Dade opinaron que el embargo no ha funcionado. Un porcentaje aún mayor dijo estar a favor de conversaciones directas entre Washington y La Habana sobre asuntos de interés bilateral.
Otra encuesta realizada entre cubanoamericanos de todo el país, difundida el lunes por la misma firma, Bendixen & Associates, reveló que dos de cada tres consultados creían que a todos los ciudadanos estadounidenses se les debería permitir viajar a la Isla.
La evidencia de un cambio de opinión sobre el vínculo entre Estados Unidos y Cuba también quedó expuesta el miércoles, cuando la Institución Brookings presentó un informe elaborado por un equipo de 19 expertos, entre ellos una amplia gama de cubanoestadounidenses que exigieron una "política de compromiso crítico y constructivo" con La Habana.
El copresidente del equipo y vicepresidente de la Institución Brookings, Carlos Pascual, de origen cubano y actualmente propuesto como embajador de Washington en México, destacó que las últimas encuestas muestran un "cambio radical" en los puntos de vista de esa comunidad, y sugirió que el gobierno de Obama aproveche tal circunstancia.
"Nuestro pueblo mira a este nuevo gobierno con la mayor expectativa", declaró Francisco Pepe Hernández, presidente de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA).
Aunque la FNCA aún no se pronunció por el fin del embargo, hace dos semanas llamó a levantar las restricciones al intercambio cultural, entre otros, y a reanudar las reuniones bilaterales regulares sobre emigración y otros asuntos.
Pero, a pesar del amplio consenso sobre el fracaso del embargo, Obama ha procedido con cautela hasta ahora. De hecho, avanzó más de lo que esperaban muchos de sus partidarios y asesores.
En la Cumbre de las Américas, celebrada el fin de semana en Trinidad y Tobago, Obama declaró que buscaba "un nuevo comienzo con Cuba", y que está dispuesto a discutir con sus contrapartes "en una amplia gama de temas: desde derechos humanos, libre expresión y reforma democrática hasta drogas, migraciones y cuestiones económicas".
Si La Habana no responde
Sin embargo, sigue sin estar claro si Obama está preparado para dar esos pasos —y cuáles entre ellos— en caso de que La Habana no responda positivamente.
Los propios "altos funcionarios del gobierno" estadounidense que informaron a la prensa en la Cumbre parecían inseguros. Por un lado, decían que "la pelota está en la cancha de Cuba". Por el otro, consideraron posible que Washington tome nuevas medidas unilaterales, independientemente de la respuesta del régimen.
La mayoría de los analistas cree que, si Obama insiste en lograr cierta reciprocidad, el proceso casi seguramente se estancará.
"Si el gobierno dice: 'Ahora es el turno de los cubanos, y tienen que poner fin al impuesto a las remesas o liberar a los prisioneros políticos, eso será un fracaso", dijo Geoff Thale, experto en cuestiones cubanas en la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
"Los cubanos han dejado muy claro que no responderán a gestos humanitarios solamente, y eso es básicamente todo lo que Obama ha hecho hasta ahora, además de dar un lindo discurso", señaló.
"La posición cubana es que el embargo es problema de Estados Unidos, y que si Estados Unidos quiere levantarlo debería hacerlo, sin esperar que los cubanos hagan concesiones para que eso ocurra", dijo Erikson a IPS.
William LeoGrande, experto de la American University que integró el equipo de la Institución Brookings, declaró a la agencia que si Cuba "no responde y dice 'no queremos tener nada que ver con eso', a Obama se le volverá más difícil avanzar, porque eso sugeriría que los cubanos no están interesados en cooperar".
Los tres analistas sostuvieron que Washington probablemente revocará las restricciones impuestas por el ex presidente George W. Bush (2001-2009) en materia de viajes culturales y educativos a Cuba, y que seguirá adelante en el frente diplomático.
En ese sentido, intentaría reanudar las negociaciones bilaterales sobre emigración y otros asuntos citados por Obama en su discurso de Trinidad y Tobago.
Antes de la Cumbre, Raúl Castro dijo estar dispuesto a comprometerse diplomáticamente en cualquiera de esos debates. Pero su hermano y antecesor, Fidel Castro, enfatizó luego que la oferta había sido "malentendida".
En su informe, los expertos de la Institución Brookings llamaron a Obama a continuar con la normalización mediante una serie de iniciativas de corto, mediano y largo plazo, que culminen en relaciones diplomáticas plenas, y que incluyan un acuerdo sobre el restablecimiento de la soberanía cubana sobre la bahía de Guantánamo, independientemente de la respuesta de La Habana.
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