La compañía británica Thomson Cruises anuncia que sus barcos incluirán visitas a La Habana

La compañía británica Thomson Cruises anunció que incluirá visitas a La Habana en sus tres cruceros de 14 días por el Caribe, durante la temporada 2010-2011, informaron fuentes de la industria turística, reportó Notimex.

En un comunicado, indicó que aprovechará la oportunidad de ofrecer a los británicos esta escala, en momentos en que sólo pocas compañías europeas de cruceros tienen permiso para acceder a esta capital debido a las leyes de Estados Unidos.

Según el boletín Caribbean News Digital, todos los cruceros del Thomson Dream por el Caribe, durante la temporada 2010-11, visitarán La Habana. La embarcación pasará una noche en la ciudad en dos de los cruceros y dos noches en el otro.

De acuerdo con la fuente, la línea declaró que los nuevos itinerarios fueron diseñados para alentar a sus clientes británicos a embarcarse en cruceros más prolongados, en vez de los itinerarios estándares de siete días de duración.

Pocas líneas ofrecen cruceros hacia Cuba, ya que eso implica que no pueden transportar pasajeros estadounidenses, precisó.

La línea británica Fred Olsen —dijo— ofrece pocos cruceros a la Isla, y la alemana Hapag Lloyd también visita el país caribeño, pero esos viajes no son comercializados entre estadounidenses.

En enero de 2008, La Habana denunció que las sanciones por el embargo económico de Washington hundieron el negocio de cruceros en la nación caribeña, bien ubicada en las rutas de esa modalidad de excursiones para clientes con recursos.

José Antonio López, director general de la empresa estatal que administra las cuatro terminales de pasajeros de la Isla, atribuyó entonces la causa al embargo y la Ley Torricelli, que impiden que los barcos de crucero toquen los puertos de Cuba.

Al margen de las sanciones estadounidenses, analistas recuerdan que, en 2005, Fidel Castro criticó el negocio de cruceros de grandes compañías occidentales en el Caribe, que casi no permiten ganancias a los puntos visitados.

"Vienen hoteles flotantes, restaurantes flotantes, teatros flotantes, diversión flotante, visitan los países para dejarles la basura, las latas vacías y los papeles por unos cuantos miserables centavos", dijo Castro.

Cuando Castro formuló sus críticas, el negocio de los cruceros que tocaban puerto en la Isla alcanzaba más de 102.400 pasajeros de embarcaciones, que recalaron al menos en 120 ocasiones, según estadísticas de la época.

Medios oficiales han señalado que la Isla tiene condiciones óptimas para esa modalidad turística y recuerdan que por sus vecinas aguas se mueven en un año al menos unos tres millones de cruceristas.

Autoridades cubanas se han abstenido de mencionar en público el tema, después que en 2006 el ministro de Turismo, Manuel Marrero, declaró que se permitiría el "crucerismo" siempre y cuando no dañara el medio ambiente, dejara ganancias y permitiera un intercambio cultural.

En conferencia de prensa en octubre de ese año, el titular dijo que se permitirá "un crucero que sea capaz de preservar el medio ambiente, que se ajuste a las medidas que cada país establece como es el caso de Cuba, que las tiene establecidas".

© cubaencuentro.com