Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Posada Carriles

La situación legal de Posada Carriles genera opiniones encontradas en Miami

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La situación legal del anticastrista Luis Posada Carriles, a quien el gobierno de Estados Unidos se opone a liberar por el momento, ha generado opiniones encontradas entre políticos y analistas en Miami, que ven en el asunto desde una injusticia hasta una consecuencia razonable de la actual política internacional antiterrorista de Washington.

"Al gobierno de los Estados Unidos no le cabe asociarse con Luis Posada Carriles dada la proyección internacional de su actual política antiterrorista", dijo el político y empresario Rolando J. Behar, miembro de la Unión Liberal Cubana e integrante del proyecto Consenso Cubano.

Por su parte, el escritor y periodista Armando de Armas consideró la situación del anticastrista "algo doloroso para la comunidad cubana".

El pasado 5 de octubre, el Departamento de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) afirmó en una declaración por escrito que Posada Carriles, detenido en un centro migratorio de El Paso, Texas, no sería liberado por las autoridades federales dado que constituye "un peligro para comunidad".

Según el ICE, el cubano "tiene un historial de relacionarse con actividades e individuos que promueven y usan la violencia terrorista".

Asimismo, el ICE informó a Posada Carriles que el Departamento de Seguridad Interna, aún en consulta con el Departamento de Estado a propósito del caso, considera que su liberación "pudiera tener serias consecuencias en la política exterior de los Estados Unidos".

También el Departamento de Justicia de Estados Unidos se opuso a la recomendación de un magistrado federal, hecha en septiembre pasado, en la que se planteaba la liberación del detenido.

Un asunto de política exterior
"El propio Posada Carriles ha admitido su participación en hechos relacionados con el terrorismo", recordó Rolando J. Behar. "Algunos pueden encontrar atractivos en su lucha, no digo que no, pero nadie puede estar a favor de la muerte planificada de civiles", adicionó.

"El terrorismo no tiene bandera, es sobre todo un método", enfatizó Behar, quien aseguró que, por otra parte, las naciones no siguen principios, sino intereses. "Una línea de conducta que Estados Unidos siempre han mantenido".

Según el escritor Francisco González, la posición de Estados Unidos con respecto a Posada Carriles es fruto de una línea política muy definida: "Washington ha dejado de apoyar la subversión contra gobiernos establecidos, como es el caso del cubano".

González afirmó que un ejemplo de ello pudo encontrarse, recientemente, en la negativa de asilo con que la Casa Blanca reaccionó ante la situación migratoria de antiguos guerrilleros del Escambray en Cuba.

"Desaparecido el campo socialista, para Estados Unidos el enemigo ya no es el comunismo, es el terror —afirmó González—. Y para ejercer una hegemonía en el mundo, hay que previamente pacificar al mundo".

De Armas fue más crítico con la decisión estadounidense: "Como se vio en Vietnam del Sur o en Bahía de Cochinos, no siempre es una garantía aliarse con Estados Unidos".

"Posada Carriles ha sido un luchador histórico contra la subversión comunista en Latinoamérica. Se podrá estar de acuerdo o no con sus métodos, pero está claro que él no representa un peligro para Estados Unidos".

En un reflejo de que en Miami no existe un frente de opinión monolítico respecto al tema, una encuesta no científica montada el viernes último en la web del programa A Mano Limpia, del Canal 41 (local), reflejó que un 67% de los encuestados favorecía la liberación de Posada Carriles.

En la encuesta en línea, vigente durante la hora en que se transmite el programa del popular periodista dominicano Oscar Haza —el sistema automatizado sólo permitía un voto por terminal de computadora—, participaron más de mil internautas.

El factor venezolano

La presión internacional del gobierno de Hugo Chávez, sumada a la ya tradicional de La Habana, ha constituido otro factor a tener en cuenta alrededor del caso Posada Carriles.

"Todo esto sienta un precedente peligroso", consideró De Armas. "Se le está dando credibilidad a regímenes como los de Castro y Chávez. En Venezuela, Posada Carriles ya fue juzgado y absuelto. ¿Cuántas veces va a repetirse el proceso?".

A juicio de Ramón Nuñez, activista político venezolano exiliado en Miami, Posada Carriles constituye actualmente "una papa caliente para el gobierno de los Estados Unidos".

"Sirvió a los intereses norteamericanos durante la Guerra Fría, pero se descarrió a partir del incidente del avión de Cubana de Aviación, y desde entonces se ha convertido en un problema para Washington".

En su declaración del 5 de agosto pasado el Departamento de Justicia aseguraba que Posada Carriles tiene "conexiones de alto nivel gubernamental en múltiples países latinoamericanos", y puede encontrar una nación de acogida por sí mismo.

Pero hasta ahora las gestiones del anticastrista han resultado infructuosas. Gobiernos como los de Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Honduras, México y Canadá, se han negado a recibirlo.

"Washington no lo puede liberar, ni conducirlo a un tercer país", aseguró Núñez. "Y entregárselo a Venezuela representaría una condena a muerte de facto: de inmediato sería enviado al paredón en La Habana. Ningún país puede entregar a un individuo sabiendo que le espera una condena a muerte en otro país".

En septiembre de 2005 el juez de Inmigración William Lee Abbott invocó la Convención Internacional contra la Tortura para dictaminar que Posada Carriles no podía ser enviado a Cuba o Venezuela.