Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Las reacciones en Washington van del entusiasmo a la prudencia

Especialistas consideran esencial que una futura transición se produzca sin violencia ni conflictos sociales.

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La noticia de la enfermedad de Fidel Castro, que le obligó a alejarse del poder por primera vez en 47 años, provocó reacciones dispares entre miembros del Congreso estadounidense, y un senador dijo que prepara un proyecto para dar ayuda financiera directa a los disidentes y activistas de la democracia, informó la AP.

Los más entusiastas parecieron ser los legisladores republicanos de origen cubano del estado de la Florida.

"Espero que este sea el comienzo del fin de su despreciable régimen", dijo la congresista Ileana Ros-Lehtinen, nacida en La Habana.

El senador demócrata Bill Nelson, de la Florida, afirmó que este tipo de situaciones sobre Cuba ya se han "visto en el pasado".

"De manera que no sabemos si aquí está realmente el principio del fin, pero esperamos que lo sea".

Nelson indicó que estaba preparando un proyecto de ley que intentará presentar al Senado en breve —antes de entrar en receso el jueves— para que se "dé asistencia financiera inmediata y directa a los disidentes cubanos y activistas de la democracia en la Isla".

Dijo que igualmente había "planes clasificados" para responder con equipos marítimos frente a cualquier manifestación de migración masiva de cubanos o cualquier otra situación caótica en Cuba que pudiera afectar directamente a la Florida.

La Guardia Costera de Estados Unidos informó este martes que no ha alterado su rutina, aunque sus planes de emergencia incluyen la posibilidad de una emigración masiva de cubanos por mar.

"La Guardia Costera y el departamento de Seguridad Interior (DHS) observan la situación, pero no hemos modificado nuestro estatus de seguridad marítima, ni hemos movilizado personas ni equipo ni puesto en marcha planes de contingencia como resultado de estos hechos", dijo la portavoz Angela McArdle, según AFP.

"Nuestros planes de contingencia manejan la posibilidad de una migración en masa por mar", agregó, no obstante.

El congresista demócrata José Serrano, de Nueva York y nacido en Puerto Rico, afirmó que "es importante recordar que no hay evidencia" de que Castro no se va a recuperar o de que no volverá al poder.

"Si quedase finalmente incapacitado para continuar dirigiendo a Cuba, debemos dejar la transición a los cubanos", opinó Serrano. "Estados Unidos no tiene ningún papel que jugar en el gobierno cubano post-Castro".

El senador republicano de origen cubano Mel Martínez, quien fue secretario de Vivienda del presidente George W. Bush, dijo que "el pueblo cubano ha estado esperando este momento por 47 años" y que Castro "ha sido un tirano al que le importaba más el poder que el bienestar" del pueblo.

"Creo que en este momento, cuando los informes son inciertos, debemos mantenernos vigilantes y listos para ayudar al pueblo cubano a encontrar un futuro democrático", afirmó Martínez.

Serrano consideró que para Estados Unidos "la posición correcta en este momento es ofrecer un apoyo incondicional a los cubanos si llegasen a encarar la transición. Ese apoyo no debe presionar en una dirección ni en otra".

Sin embargo, opinó que Bush no adoptará esa posición y más bien "tratará de desestabilizar Cuba".

"Este gobierno ha generado tantos interrogantes en política exterior que no dudo que sus instintos y acciones serán las incorrectas en este caso también. Por consiguiente, le pido, como en otras ocasiones, que saque las manos de Cuba".

Por su parte, el secretario de Comercio estadounidense, Carlos Gutiérrez, dijo este martes que ha llegado el momento para "una verdadera transición" democrática en la Isla, informó la AFP.

"Creemos que llegó el momento para una verdadera transición hacia una verdadera democracia en la que se respeten los derechos humanos y la dignidad de las personas", declaró a la prensa Gutiérrez, el cubanoestadounidense con más alto rango en el gobierno del presidente Bush.

"Queremos que los cubanos decidan la transición. Un plan de sucesión de un dictador comunista a otro no es una transición", afirmó, en alusión a la decisión de Castro de delegar el poder en su hermano.

"Creemos que los cubanos deben ser los responsables de su futuro y deben ser autorizados a elegir su gobierno", añadió Gutiérrez, quien presentó a principios de julio con la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, el segundo informe de la Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre.

En un rueda de prensa, el secretario de Comercio aseguró asimismo que "Estados Unidos y sus ciudadanos no representan una amenaza para la seguridad de las casas del pueblo cubano" y prometió que su país ayudará a los cubanos "cuando se establezca un gobierno comprometido con la democracia".

"Los cubanos tienen que elegir entre la libertad económica y política o más represión política y sufrimiento económico bajo el régimen actual", agregó.

El gobierno estadounidense mantiene cautela

Con excepción de Gutiérrez, el gobierno estadounidense se mostró muy prudente a la hora de comentar la entrega provisional del poder por parte de Castro, tras 47 años en el cargo.

"El hecho de que Fidel Castro esté incapacitado es un acontecimiento significativo para los cubanos", afirmó el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack.

"En caso de que los cubanos inicien una transición hacia la democracia, Estados Unidos y los norteamericanos estarán a su lado en sus aspiraciones por la democracia", añadió el vocero.

El lunes, unas horas después de conocerse la noticia de que Castro delegaba el poder en su hermano tras someterse a una operación quirúrgica, el portavoz de la Casa Blanca, Peter Watking, aseguró que Washington "monitoreaba" la situación en Cuba, aunque se negó a "especular sobre la salud de Castro".

"Todo el mundo en Washington, tanto los demócratas como los republicanos, quieren ver a Castro dejando el poder y que un gobierno democrático asuma en Cuba", dijo Nelson Cunningham, ex asesor del presidente estadounidense Bill Clinton para América Latina.

"Estoy seguro de que Estados Unidos va a seguir la situación con mucho cuidado y tomar decisiones según la evolución de lo que está ocurriendo en este momento", declaró por su parte Peter DeShazo, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) y ex subsecretario adjunto para el Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado.

"Ahora, la meta crucial para Estados Unidos es cómo manejar la transición de Fidel a Raúl o a los otros que han sido nombrados como posibles sucesores", explicó Cunningham, de la asesoría Kissinger McLarty Associates, quien llamó al Gobierno estadounidense a "trabajar con otros países", para "garantizar una transición pacífica".

"Es esencial que la transición se produzca sin que se extienda la violencia, sin conflictos sociales y que sea lo más pacífica posible", explicó, en un implícito llamado a Caleb McCarry, designado hace un año "coordinador de la transición cubana" por el presidente estadounidense.

"Hay elementos en el gobierno de Bush y entre sus partidarios que van a querer más agresividad y llevar a Cuba hacia un cambio rápido y espectacular. Desde mi punto de vista, esas fuerzas corren el riesgo de causar más inestabilidad y hasta un efecto contrario en Cuba", advirtió Cunningham.