Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Washington descarta el acercamiento a un régimen encabezado por Raúl Castro

El secretario de Comercio reiteró que EE UU 'desalentará a terceras partes a que intenten obstruir la voluntad del pueblo cubano', en aparente alusión a Caracas.

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El gobierno de Estados Unidos optó por la cautela en sus declaraciones sobre la situación creada en Cuba tras la hospitalización de Fidel Castro y su traspaso temporal del poder a su hermano Raúl, pero dejó claro que no se plantea un acercamiento al régimen de La Habana, informó EFE.

El portavoz del presidente George W. Bush, Tony Snow, afirmó que, al menos de momento, la Casa Blanca no piensa variar su política hacia la Isla, que incluye el mantenimiento de un embargo desde hace 45 años.

Según Snow, "lo que el presidente (Bush) ha afirmado desde el primer momento es su esperanza de que el pueblo cubano finalmente pueda disfrutar de los frutos de la libertad y la democracia".

"Que el dictador Fidel Castro entregue el poder a su hermano, que ha sido el carcelero, no supone un cambio en la situación", dijo Snow e indicó que, por lo tanto, que "no hay planes para acercarse" al régimen.

En un sentido similar se pronunció el Departamento de Estado, que insistió en que su Oficina de Intereses en La Habana monitorea con atención el desarrollo de los acontecimientos.

El portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, dijo que el objetivo de la política estadounidense sigue siendo el apoyo a una transición democrática en la Isla.

"Creemos que el pueblo cubano aspira a y está sediento de democracia y, dada la oportunidad, elegiría un gobierno democrático", declaró McCormack.

Tanto McCormack como Snow se remitieron al segundo informe de la Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre, presentado a Bush el mes pasado y que incluye una serie de incentivos económicos para ayudar a la transición a la democracia en la Isla.

Esos incentivos, en forma de alimentos, material médico, agua, combustible y asistencia para restablecer la economía, comenzarían a ofrecerse una vez que Fidel Castro desapareciera de la esfera política cubana.

La Comisión es un organismo de asesoría presidencial creado por Bush hace tres años y que tiene como presidentes a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y al secretario de Comercio, el cubanoamericano Carlos Gutiérrez.

Un funcionario del Departamento de Estado citado por Reuters dijo que no habría cambios en la política de Washington hacia Cuba si Castro o su hermano estuvieran en el poder.

"Esta es una de nuestras políticas más inflexibles. Nuestras manos están atadas por las leyes", dijo el funcionario refiriéndose al embargo.

Muchos consideran que la política seguida por los distintos gobiernos de Estados Unidos para derrocar a Castro, respaldada por el poderoso de cabildeo de cubanoestadounidenses en el estado de Florida, ha fracasado.

Los críticos del embargo de cuatro décadas, entre los que se incluyen algunos miembros del Congreso de Estados Unidos, empresarios, gobiernos extranjeros y analistas políticos, dicen que Washington debería levantar las restricciones para favorecer los derechos humanos y el cambio político.

Larry Birns, un crítico de Bush en el Consejo sobre Asuntos Hemisféricos, dijo que los grupos de intereses agrícolas y los legisladores que representan a petroleras podrían intentar utilizar "este momento de cambio para aumentar la presión".

"Pero el gobierno de Bush no cederá debido a su implacable hostilidad hacia el gobierno cubano, sin importar si el nombre de su líder es Fidel o Raúl", agregó.

Analistas afirman que la ayuda al régimen de La Habana con Raúl Castro a la cabeza continuará llegando desde Venezuela.

El secretario de Comercio estadounidense reiteró este martes que Washington "desalentará a terceras partes a que intenten obstruir la voluntad del pueblo cubano", en aparente alusión al gobierno de Hugo Chávez.

"Nos comprometemos a desalentar a terceras partes que intenten obstruir la voluntad del pueblo cubano", dijo el cubanoamericano Gutiérrez en un diálogo con reporteros extranjeros a raíz de la delegación de poderes de Fidel Castro en su hermano Raúl, informó la AP.

Preguntado por mayores detalles sobre esas "terceras partes", Gutiérrez no fue específico y solamente afirmó que el presidente Bush "reconoce que Cuba pertenece al pueblo cubano y que el futuro de Cuba está en manos de los cubanos".

Hace varias semanas, cuando la Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre difundió su segundo informe, Gutiérrez declaró que Estados Unidos podría rehabilitar a una Cuba post-Fidel Castro en 18 meses, siempre que el gobierno de transición que se instale en La Habana esté dispuesto a facilitar una transformación democrática.

"Haríamos eso y más, en el entendido de que ese gobierno de transición nos lo solicite", dijo este martes.

"Este momento de gran incertidumbre, deseamos hacer saber al pueblo cubano que reafirmamos nuestro compromiso", agregó.

"Cuando se haya instalado un gobierno comprometido con la democracia proporcionaremos ayuda en áreas como alimentos y medicinas, recuperación económica y elecciones libres y justas", declaró Gutiérrez, quien salió de Cuba en 1960, a los 7 años de edad, y se convirtió en secretario de Comercio a comienzos del 2005.

El funcionario afirmó también que Estados Unidos y el pueblo estadounidense "no son una amenaza para la seguridad o los hogares cubanos".

Sobre qué haría Estados Unidos ante la eventualidad de que el sucesor de Castro declare una apertura económica pero no política, como estaba ocurriendo en China, Gutiérrez dijo: "no voy a especular".