Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Política

«América Latina anda mal»

El escritor boliviano Juan Claudio Lechín habla con 'Encuentro en la Red' sobre la política de Evo Morales.

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Periodista, profesor de guión y escritor, Juan Claudio Lechín promociona por estos días en España su novela La gula del picaflor , que ha sido editada por el sello Alfaguara tras quedar finalista del Premio Rómulo Gallegos en 2005 y merecer el Premio Nacional de Novela en Bolivia en el año 2003.

Lechín, licenciado en Economía por la Universidad de Boston en 1984, es autor además de la novela El festejo del deseo, la obra de teatro Fernando, el Caótico, y numerosos cuentos, con los cuales ha sido premiado en su país.

De paso por Madrid, ha conversado con Encuentro en la Red sobre la política del gobierno de Evo Morales, su visión de las opciones de futuro para Bolivia, y también de su última novela, cuya nueva edición acaba de salir a la venta en España y Latinoamérica.

Ha publicado ensayos sobre la realidad inmediata de Bolivia, ¿cómo ve el proceso que se está dando con el presidente Evo Morales?

Antes de su elección, he sido muy escéptico frente al membrete indigenista, que es una moda de las academias antropológicas norteamericanas e inglesas. Morales se declara indigenista en el año 2004, antes era un militante sindical cocalero a secas. Aprovecha esta situación políticamente, y empieza a constituirse como el primer presidente indígena, y sacarle jugo a este eslogan, que no es cierto, porque el primer presidente indígena de Bolivia fue Santa Cruz y Calahumana, en 1820.

Morales enfrenta al mismo conjunto de sindicatos que lo apoyaron y lo llevaron al poder, y eso se revierte en determinado momento, porque el gobierno no tiene la capacidad de satisfacer económicamente a todos los que le han apoyado. Ya los maestros están en contra, los cooperativistas… Su gobierno empieza a desmarcarse políticamente. Económicamente, la negociación con el gas ha sido excelente, hasta el punto de sacar el 82% de impuestos a las compañías petroleras, lo cual le va a dar al Estado boliviano mucho dinero y mucho respiro.

Pero Evo Morales tiene una formación política callejera, es como un peleador callejero. Sus niveles de visión son muy cortos y su capacidad de crear eslóganes muy grande. Más que políticas concretas, trabaja en base a eslóganes: "el primer presidente indígena de la Historia", "siempre tengo que trabajar con las bases".

¿Qué opina de la cercanía del gobierno de Morales con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez?

El formato Chávez lo ha implementado desde el primer momento. El año pasado, hablando yo con gente del Ejército, les dije: "al tercer día de su mandato los va a sacar a ustedes". Temiendo al Ejército, no iba a poder implementar todo lo que está haciendo. Al segundo día de su gobierno, sacó a tres mandos, y hubo griteríos. Con su apoyo mayoritario, una sociedad civil políticamente en retroceso y todos los partidos tradicionales en virtual dispersión.

Una de las virtudes del liberalismo boliviano fue que en su corto ciclo de vida, al caer lo hace solo, y el único que queda en pie es Morales, por eso la gente se vuelca a votar por él, una gran mayoría. Como un repudio a ese proceso liberal, que había sido disfuncional. Él goza de gran parte de esa votación, su voto fuerte es un 20%.

Con este recurso económico va a reforzar su imagen, pero el gran problema que tiene el gobierno es que su burocracia ha roto la anterior y ha metido a gente nueva, militantes. En general, al menos que tengas mucho tiempo —como en Cuba, con un Ejército nuevo—, es muy difícil que esa burocracia invisible se construya a partir de la nada. El desempeño del Estado es muy bajo. Por ejemplo, de los planes con ONG, Estados amigos, se ha resuelto el 40% de lo estipulado. Hay una detención en cuanto a su ejecución cotidiana.

Morales descansa mucho sobre el discurso clásico de la emoción, la promesa. Sin embargo, no ha echado todavía esencialmente a ningún grupo privado, a pesar de sus discursos; no se ha invertido el racismo, aunque existe en Bolivia una discriminación nueva en el sector público, la de si no eres indígena.

Y con la oposición. ¿Qué perspectivas hay?

La oposición no se va organizar. Por ejemplo, cuando llega la revolución de 1952, va a tardar 20 años para que se organice un orden político opositor. La clase que cae es la que se organizó en 20 años. Evo Morales, que sube ahora, es de una clase que se ha organizado también durante ese tiempo. La burguesía tiene la impresión de que poniendo un poco de plata puede conseguir líderes y no creo que sea posible.

Morales se va a quedar los cinco años de gobierno. A través de la constituyente, va querer prolongar su mandato, otra vez bajo el 'formato Chávez'.

¿Logrará finalmente reformar la Constitución?

Sí. Sin embargo, la constituyente tiene en la región de Santa Cruz un gran oponente. Esa oposición es suficientemente fuerte como para negociar una salida consensuada.

¿Cree que la región de Santa Cruz puede independizarse?

No creo. Van a pelear internamente. En el peor de los casos, se puede dar una guerra civil, porque el escenario es de libro de texto: compañías petroleras-regiones divididas. Esperemos que no llegue a eso y que la constituyente le entregue economías, aun restringidas. Con eso bajaría la tensión.

La burguesía paceña no ha cejado en su decisión de acercarse a Morales. Está buscando un diálogo con él, por vía incluso de la Embajada cubana. Como una necesidad de hacer puentes, más que de lograr una férrea oposición, para la cual no tienen gente.

A lo mejor el empresariado prevé que el Estado pronto va a tener unos ingresos muy superiores y para implementar cualquier tipo de acción, tendrá que contar con los actores económicos activos… y les pueda tocar una parte del pastel.

Has dado como pedrada en ojo de tuerto. Porque, además, uno de los problemas de Evo Morales es que se bajó el sueldo, y nadie puede ganar en la administración pública más que el presidente. Muchos tecnócratas importantes se salieron del Estado. Ahora están buscando traer otros para cumplir planes. Incluso con algún tipo de remuneración que pueda compensar, y ahí entra un poco la burguesía a integrar el Estado.

De acuerdo con la legislación boliviana, ¿Morales se puede reelegir?

No. Por eso ha hecho la constituyente; por eso el 'formato Chávez'. Obviamente, se comprenderá que no es una constituyente, que debe ser en esencia el órgano más alto de un Estado, independiente, y diseñada para regular y controlarlo de sus excesos. Cuando se dice: "respeto a los derechos humanos", no es que se está dando curso a un clamor popular, se está ordenando respetarlos a los poderes del Estado, legislativo y judicial.

La constituyente es una camisa de fuerza para defender al pueblo del Estado. Pero si la presidenta es nombrada por Evo Morales, ha dejado de ser un órgano independiente. Es una especie de congreso de un rango legislativo más alto. Además, las constituciones logran pactos entre los poderes que concursan en la nación. Por ejemplo, cuando los gringos en su constitución hablan de libertad de credo, es porque Maine estaba controlado por los católicos, Boston por los protestantes… La única forma de poder lograr un pacto es colocar ese elemento constitucional que solidifique. Integrar el Estado y defender al pueblo de los poderes fácticos.

En América Latina, se ve la constitución como una vía para dar curso a los anhelos populares: "quiero más carreteras", "que los indígenas sean dueños de la selva", "que vuelvan a recuperar sus tierras"… Eso es un error, porque para eso están las políticas públicas, las leyes. Una tontería que hemos cometido es excluir al vencido, porque este crece en la oposición y termina derrotándote, y eso marca la inestabilidad del Estado.

Eso forma parte de una psicología cultural más que de una conciencia: la psicología del hereje. En lo que te constituyes en un santo y encuentras un hereje: palo con él y listo. Hay que trabajar esa psicología en función de que el hereje es parte de tu orden.

La Central Obrera Boliviana tiene la gran virtud sobre el Estado de incluir a todas las facciones enemigas: partido comunista chino, troskistas, anarquistas…

Mañana Morales sacará a los liberales, a pesar de que pienso que el liberalismo es disfuncional para América Latina. Hemos hecho todos los esfuerzos para hacer una república sin ciudadanos, hacer socialismo sin obreros, capitalismo sin empresarios y globalización sin trasnacionales.

América Latina anda mal. Hemos hecho todas las revoluciones liberales posibles, las transformaciones legales, importado todos los códigos. Tampoco podemos decir que somos tan necios, que toda nuestra historia sea una manga de delincuentes. No es verdad esa autodenigración.

* Al momento de publicar esta entrevista, Juan Claudio Lechín se encuentra nuevamente en Bolivia y se ha declarado en huelga de hambre en protesta por la situación política del país.