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Artes Plásticas

La historia como carambola

«Todas esas contradicciones del discurso oficial sobre la historia, del discurso político sobre Cuba, son las que he utilizado en mi obra». Entrevista inédita con Pedro Álvarez.

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Y para mí, que soy blanquito, me parecía mucho más sincero y ético utilizar la visión de la cultura afrocubana a través de la iconografía de este artista particularmente, del blanco del siglo XIX. Era muy fuerte y paradójico también, porque por una parte me hallaba en la escuela, en las clases, con que Landaluze daba una visión idílica de la realidad del XIX, de la esclavitud, y por otro lado, la iconografía de Landaluze estaba sirviendo al mismo tiempo para reconstruir una visión de La Habana, para el turismo, que era la que hacía falta por las necesidades económicas. Por eso en un principio todo eso fue una movida ideológica, era toda una construcción conceptual en primer lugar.

La cita era una práctica común en el arte internacional. Consuelo la había instaurado hacía tiempo aquí como un mecanismo, como un procedimiento más; y como decía Carlos Alberto parafraseando a Carpentier: "donde te encuentres el procedimiento técnico lo agarras y te lo metes en el bolsillo, y lo usas cuando te dé la gana". Pero en mi caso no era citar por citar, sino que ello conllevaba una intención más o menos mordiente o inquisitiva.

Jameson se refiere al historicismo como "la canibalización al azar de todos los estilos del pasado", señala el carácter no comprometido de la apropiación y ve con ello la puesta en práctica del concepto del "simulacro". ¿Esa canibalización entra en su obra para formar un collage instaurado como efecto estético, donde se quebrantan los presupuestos de la representación y se niega el carácter fortuito de la apropiación? ¿Esta voluntad historicista se puede ver como una manifestación ética respecto a la historia y a la historia del arte?

Sí, me parece que he sido bastante serio a pesar de la intención humorística. El tipo de enfrentamiento con el material informativo, con los referentes con que trabajo, es muy serio, y tiene que ver con que siempre me ha gustado la historia, leerla, indagar sobre lo que es Latinoamérica como ente cultural, o Cuba, con un espíritu muy distinto, serio, diferente a lo que dice Jameson. Lo cual es también muy relativo. Habría que ver de qué artista está hablando concretamente, porque Kiefer, por ejemplo, es bien serio en el sentido de relación que tiene su obra con la historia alemana.

En todo caso no es un proceso apropiativo fortuito. Tengo un hábito de lectura de la realidad, de los objetos, de la información, sobre todo bidimensional. Pocas veces he salido a tirar fotos. Por ejemplo, cuando hice la serie El Fin de la Historia, o Dollar's scape, donde en el reverso del billete americano de 20 con la Casa Blanca incluyo fragmentos de monumentos y personajes cubanos, para lo que hice un paneo de fotografías.

Fundamentalmente utilizo revistas viejas, ejemplares de Bohemia, Arquitectura Cubana, Reader Digest, postales de los años cuarenta, sellos rusos, referentes que de alguna forma han sido parte de nuestra infancia, nuestra juventud, no es fortuito. Pero sí creo en el azar porque tienes que tener una orientación, la mayoría de las veces casual, ya que en mi cabecita no cabe todo lo que hace falta que quepa, no puede competir con la computadora ni con la biblioteca.

Los signos fijados a lo largo de la formación de la cultura cubana y de su definición por la "historia oficial", ¿han perdido en su obra su carácter prescriptivo para convertirse en significantes-cosas manipulables en un sentido transgresor? ¿O se considera un apropiacionista que construye a partir de los referentes tomados, aceptando su sino como "dato histórico", pero potenciando su modo operativo?

Pienso que hay de las dos cosas. En la serie After Landaluze, en la que todas las obras son versiones de los cuadros de Landaluze, en el cuadro original José Francisco, que se llama Vladimir en mi versión, en vez de estar un retrato, que es como de la Avellaneda, un busto de mármol que el criado está besando, he puesto a Carlos Marx, y el cuadro se llama Vladimir. O sea, estoy haciendo chistes sobre la cultura cubana, sobre la historia de Cuba, sobre la vuelta que ha dado la carambola.


Al socialismo debemos hoy todo lo que somos, de Pedro ÁlvarezFoto

Al socialismo debemos hoy todo lo que somos, de Pedro Álvarez.