Actualizado: 28/03/2024 20:07
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El descontento fértil

Tres decenios negros para la revista 'Criterios': un nuevo rehén de la política del Ministerio de Cultura.

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¿Será porque Desiderio Navarro es un teórico? Resulta obvio que con los presupuestos teóricos del marxismo (y con los del cristianismo, del budismo o con la Declaración Universal de Derechos Humanos) puede edificarse un comunismo democrático, libertario, participativo, justo, equitativo y feliz. También es mínimo el enroque de cromosomas que requiere trocar un animal de cuello interminable por uno de cuello corto, un herbívoro por un carnívoro carroñero, una giraffidae por una hyaeninae, pero, a pesar de la insignificante distancia genética, el primero es una jirafa y el segundo, una hiena.

El modus operandi del poder

Desiderio termina su carta con una (no tan) velada amenaza: "Espero que para todo el mundo resulte claro que si trasladara la labor editorial de Criterios a otro país es porque habría sido obligado a ello". Posiblemente se trate de un modo terminal de solicitar un balón de oxígeno para continuar sumergido en su trabajo sin ahogarse, y quizás el gobierno concluya que más vale Desiderio en mano que semiótico volando, o que cerrarle completamente el cuadro y nutrir la cantera para el próximo crecimiento de la disidencia.

Quizás pueda seguir en la Isla, ocupando su espacio en la cultura cubana. Se lo deseo de todo corazón. De cualquier modo, sea cual sea la respuesta del gobierno, de la carta se trasluce que, efectivamente, los cubanos sólo tienen derecho a ser marxistas por forzoso desconocimiento de todo lo demás, de ahí que el menú ideológico conste de un solo plato; que la cultura cubana está diseñada como rehén en los conflictos políticos y es apenas una actividad subalterna al servicio del poder. No es nada nuevo. Cuando Nicolás I visitó la Universidad de Moscú, tras conversar con los mejores estudiantes, dijo: "No preciso inteligentes, sino obedientes". Y Pushkin fue su intento fallido de domesticación.

También es muy instructiva la carta en cuanto al modus operandi del poder: ahoga por falta de recursos, desata lluvias implacables dentro de los almacenes y monta un Círculo de Lectura con los ladrones, cataloga los dineros por su origen (no por su destino) y proclama la casta de los intocables. Si fuera necesario, pasaría a mayores sin dudarlo.

Hoy, cuando se aproxima un cambio que requerirá echar mano a todos los activos humanos de la nación, si los herederos de Fidel Castro deciden pensar en el país y en su propia cuota de poder, al menos en proporciones equivalentes, no les vendría mal recordar una carta de Piotr Kapitsa a Jrushov, enviada el 12 de abril de 1954: "El estímulo principal para cada creación es el descontento con lo existente (…) Las personas activamente descontentas son intranquilas y su carácter no les permite ser borregos obedientes".

Aunque sea por mero pragmatismo, deberán considerar que en la era del I+D, la ganadería caprina es escasamente rentable.


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