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Entre realidad y ficción

La batalla dominicana de Zoè Valdés contra 'aliados y mercenarios'… del gobierno de La Habana.

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El viejo postulado "la cultura es un arma de combate" volvió ser emblema de un sistema que no deja pasar un argumento para demostrar su apego invariable al totalitarismo más audaz.

Esta vez, de parte de mercenarios y lacayos, agentes de un gobierno extranjero, que en su país, República Dominicana, suelen emborracharse en un parque frente al malecón de Santo Domingo, mientras planean noche a noche, entre tragos de ron, la próxima demostración de su adoración incondicional a La Habana.

Se hacen llamar "Amigos de Cuba", en consonancia con esa preestimación de que Cuba significa Fidel Castro, y se reúnen con sus colegas de pensamiento y actitud, proclives a exigir democracia y libertad en su país (República Dominicana), mientras defienden entre shows y tragos el totalitarismo de medio siglo en la isla vecina.

Preámbulo al repudio

El pasado martes 25 de abril, el diario El Caribe publicó la columna del periodista Miguel Guerrero, quien denunció que se tejía un boicot a la conferencia que Zoè Valdés dictaría esa noche, dentro de la programación de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo 2006, bajo el título Cuba, Ficción o Realidad.

Guerrero decía: "El Gobierno cubano, a través de su embajada en el país y directamente desde el Ministerio de Cultura en La Habana, ejerce una fuerte y sostenida presión para evitar que la novelista exiliada Zoè Valdés participe en los actos de la Feria Internacional del Libro inaugurada anoche". Y más adelante señalaba: "las presiones cubanas alcanzan el rango de chantaje, puesto que un funcionario llegó a ser advertido de que 'los amigos de Cuba' harían el trabajo, si Valdés es admitida en la feria".

En conversaciones con fuentes allegadas, supe que el ministro de Cultura dominicano, Rafael Lantigua, recibió días antes una llamada de su homólogo cubano, Abel Prieto, en la que este le alertaba de que si Zoè Valdés era invitada a la Feria, La Habana suspendería todos los acuerdos de colaboración con República Dominicana".

Lantigua le reclamó a Prieto que el gobierno cubano financiaba opositores políticos al gobierno en República Dominicana, y campañas de pretendidos "candidatos presidenciales".

Según fuentes de crédito, poco después, desde la sede diplomática de Cuba en Santo Domingo, el embajador Omar Córdoba le repitió esa reclamación al ministro Lantigua, y lo alertó de que si Valdés era invitada al evento "los amigos de Cuba se encargarían de hacer el trabajo" (sucio, agrego yo).

El pasado jueves la prensa recogió declaraciones de Alejandro Arvelo, director de la Feria del Libro, quien negó haber recibido presiones por parte de La Habana, pero "sí la visita de la ministra consejera y del agregado cultural de la Embajada de Cuba".


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