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JFK, Asesinato, CIA

Historia de Jaimanitas: Castro sabía…

¿Vale todo en la lucha contra Castro?

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En Castro´s Secrets (Palgrave Macmillan, 2012, 2013), el Dr. Brian Latell bautizó como “the Jaimanitas story” un cuento que le hizo Florentino “Tiny” Aspillaga Lombard sobre el 22 de noviembre de 1963.

Ese viernes, con apenas 16 años, Tiny se ocupaba de rastrear las comunicaciones de la CIA desde un centro de vigilancia electrónica en Jaimanitas. Alrededor de las 9:00 am recibió la orden de “parar todo el trabajo,” girar las antenas “hacia Tejas” e informar “si algo importante ocurría.” Unas horas después, Tiny escuchaba “por bandas de radioaficionados” que el Presidente Kennedy había sido baleado en Dallas. Tiny concluyó que “Castro sabía” que iban a matar a JFK.

Esta conclusión no tiene ni pies ni cabeza. Nadie recurre a medios de inteligencia electrónica para enterarse de algo que sería noticiado al instante por la radio comercial, que cubría en vivo la caravana presidencial en Dallas. Ni mucho menos para escuchar a radioaficionados comentando la noticia.

Touchdown

Tras 25 años y 13 medallas en la Dirección General de Inteligencia (DGI), ya con grado de mayor, Tiny desertó de su puesto de tercera categoría en Bratislava, bajo cobertura de funcionario de la empresa Cubatécnica, y arrancó pa´la embajada americana en Viena, el 6 de junio de 1987, con la adolescente Martha Plasencia.

El jefe de la estación CIA, James Olson, pensó que era la hija, pero era la novia. Por ese detalle aparece Azpillaga (sic) en el Historical Dictionary of Sexspionage (Scarecrow Press, 2009), del historiador británico Rupert Allason, alias Nigel West. Olson se percató enseguida de que Tiny era “a let´s cut a deal kind of guy”. A cambio de sus testimonios y de documentos robados en la estación DGI de Praga, recibió un lujoso paquete de residencia en EEUU.

Dr. Latell escribió en 2012 que “el nombre en clave asignado por la CIA (...) permanece clasificado [y] refleja [cómo] la CIA se vanaglorió del punto que había marcado con Aspillaga”. Solo que en su libro sobre los dilemas morales de los espías (Fair Play, Potomac Books, 2006), Olson había identificado ya al “DGI Florentino Aspillaga, code-named TOUCHDOWN”. Y en su historia secreta de la CIA (Legacy of Ashes, Anchor Books, 2007), Tim Weiner demostró que no había por qué vanagloriarse. Tiny reveló que, de 1960 en adelante, casi todos los agentes de la CIA en Cuba, si no todos, eran dobles agentes fieles a Castro.

El secreto peor guardado

Tras su debriefing por la CIA, Tiny saltó a los medios en julio de 1987 y habló tanto que la jerga cubiche de Miami se enriqueció con la frase “Oye, tú sabes más que Aspillaga”. Sin embargo, no contó la historia de Jaimanitas ni siquiera a Georgie Anne Geyer, quien lo entrevistó en Washington, el 14 de abril de 1988, para su libro sobre Castro (Guerrilla Prince, Little, Brown & Co., 1991). Y en junio de 1988 mencionó 69 veces a Castro durante una entrevista radial con Tomás Regalado (WQBA, Miami), pero ni una sola vez a Kennedy.

Dr. Latell se jacta de que Tiny, tras narrar la historia de Jaimanitas a la CIA en 1987, vino a contarla otra vez tan sólo a él en 2007. Así queda mal parada la CIA, porque su debriefing de Tiny debió presentarse mucho antes —por imperativo de ley— a la Junta de Revisión del Archivos del Asesinato (ARRB).

Entre 1994 y 1998, esta junta desclasificó millones de páginas sobre sobre el asesinato de Kennedy, pero ni una sola de aquel debriefing. Y lo peor es que nada de Tiny aparece en los archivos y documentos aún clasificados que guardan relación con JFK. Al apearse dos décadas después con una anécdota a la carta para el libro del Dr. Lattel, Tiny puso su credibilidad en la picota:

  • O no contó la historia de Jaimanitas durante su interrogatorio por la CIA
  • O sí la contó, pero la CIA se abstuvo de reverlársela a ARRB y ni siquiera se tomó el trabajo de incluirla en los archivos sin desclasificar sobre JFK

Esta encrucijada no tiene salida airosa: O Tiny miente al descaro, o su testimonio es tan banal que la CIA optó por desecharlo. Así y todo, Dr. Latell usó la historia de Jaimanitas sin verificarla en el debriefing de Tiny por la CIA, quizás porque las reglas elementales de investigación ceden ante la máxima politiquera de que contra Castro vale todo. Hasta hacer el ridículo.


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