Actualizado: 18/04/2024 23:36
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Opinión

Opinión

La otra película

Caso Kennedy: ¿Tiene valor la teoría de La Habana si una vez más la Seguridad del Estado hace de juez y parte?

Enviar Imprimir

-Lejos de reconocer las credenciales de izquierda de un cineasta asiduo en Cuba y hasta hace apenas cinco años partidario de la llamada "solidaridad crítica" de los simpatizantes activos del castrismo en Europa Occidental, se le descalifica sin más como "instrumento a sueldo" de la Agencia Central de Inteligencia, insinuando que los fondos para la producción del documental del canal público alemán ARD provinieron de los 39 millones de dólares asignados por el Congreso para la transición democrática en Cuba. Granma recurre sistemáticamente a argumentos ad personae contra los testigos de Huismann y el sinfín de personajes tenebrosos, involucrados en su versión maniquea.

-Invención de un complot internacional que atribuye el destape alemán de la conexión cubana al múltiple propósito de desviar la atención del proceso contra los cinco espías cubanos, de la creciente impopularidad de Bush a causa la guerra de Irak y sus desencuentros con el Congreso, de la "excelente salud" de la economía cubana y, cómo no, del giro a la izquierda en Sudamérica con la investidura de Evo Morales.

Nótese que, salvo el ya gastado alegato de que en el fondo se busca "acabar con la revolución cubana", se esgrimen aquí argumentos a posteriori, puesto que cinco años atrás, cuando ARD le encargó a Huismann la realización del documental, no existían ninguna de esas situaciones.
Huismann vuelve por sus fueros

A todas estas, Huismann se mantiene en sus trece: Oswald mató en Dallas "por encargo de la Seguridad del Estado de Cuba". Escuchémoslo: "Y Johnson llegó muy pronto a la conclusión de que Cuba estaba detrás […] Testigos de su entorno inmediato, entre ellos su viejo amigo [el general] Alexander Haig o Joseph Califano, su principal asesor, me confirmaron ante las cámaras que Johnson estaba convencido de que Kennedy quería matar a Castro y que Castro got him first [se le adelantó]". No es poco decir.

Cerremos con una ficha del cineasta alemán, para conocerlos mejor a él y su obra. Wilfried Huismann nació en 1951 en Godensholt, una aldea de Renania del Norte-Westfalia. Graduado en Historia y Ciencias Sociales, publicó como periodista libre sus Reportajes sobre Chile (1981), a los que siguieron otros libros y documentales radiofónicos.

Con ayuda de colegas palestinos, fue uno de los investigadores del documental Se busca el secreto del atentado a la Olimpiada de 1972. Desde 1987 trabaja para la Televisión Pública alemana. Ha ganado tres veces el Premio "Adolf Grimme", el más prestigioso de la pantalla chica en su país, además del "Herbert Quandt" para los Medios y el "Friedrich-Vogel" de periodismo económico.

Entre sus películas figuran Franca Magnani – Un retrato (1988), La cámara oculta (1990), Bremen-Bagdad: carga letal (1991), ¿Corazón frío? Birgit Breuel, presidenta de la fiduciaria (1992), Raymond, el chico con cara de ángel (1993), La nave de los muertos (1994), Oposición en Cuba, jugando con el poder (1998), Muerte del faraón: Anwar al-Sadat y los santos guerreros (1998), El reino de Biedermann: El servicio internacional de rastreo y las víctimas de los nazis (1999) y Querido Fidel: la historia de Marita (2000).

Como se ve, ha abordado más de un tema tabú. Es consciente de los riesgos que corre. De hecho, ya lo sabe por experiencia propia: en una ocasión, tras haber puesto al descubierto los manejos nada ortodoxos de una firma, la gerencia pagó diez mil marcos a un matón para que lo "dejara inválido". Escapó ileso por, al decir suyo, "una circunstancia feliz". Obviamente, con Cita con la muerte ha vuelto por sus fueros.


« Anterior1234Siguiente »