ALBA-TCP: anatomía de una alianza

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y su entelequia económica, el Tratado de Comercio de los Pueblos, mediatizada con las siglas ALBA-TCP se creó hace 14 años, con el sostén político de Fidel Castro y la petrochequera de Hugo Chávez. Luego de la deserción de Ecuador (nunca participante muy activo, al menos en lo económico) quedan Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba como países mayores y las pequeñísimas (en territorio, población y economía) seis islas caribeñas de Antigua y Barbuda, Dominica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Granada y San Cristóbal y Nieves. También se mantiene Surinam como miembro, el más pequeño país de Sudamérica.

Lo primero que salta a la vista es su carácter minoritario. De América del Sur solo participan tres países, de Centroamérica uno, de las Antillas Mayores solo Cuba y de las Menores seis, en total 11 estados de los 33 que conforman la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), pero su PIB (recalculado por capacidad adquisitiva, PPA) es de solo el 8 % del total de la región, y el PIB (PPA) por habitante es el 72 % del promedio regional. Estos índices tienden a deteriorarse pues hay decrecimientos graves (Venezuela, Nicaragua) o estancamiento (Cuba) en varios países del ALBA y crecimientos dinámicos en países centroamericanos como Panamá y Costa Rica, de Sudamérica como Perú, Chile, y de Caribe como Trinidad Tobago y Barbados. No constituye el ALBA una alianza de países prósperos en el contexto latinoamericano y caribeño.

En contraste con el fortalecimiento paulatino de la democracia en el resto del área, los mayores países del ALBA tienden a las dictaduras de caudillos dizque “socialistas” con tendencia a eternizarse en el poder, Ortega en Nicaragua, Maduro en Venezuela, Raúl Castro (verdadero gobernante en Cuba) y ahora Evo Morales mantienen sistemas políticos que admiten la reelección indefinida, en los casos de Venezuela y Bolivia contra la opinión ciudadana expresada en referendos efectuado al efecto.

Mientras en el resto de Latinoamérica y el Caribe se impone poco a poco la lucha contra la corrupción, el poder judicial independiente toma protagonismo, se impulsan legislaciones enérgicas y la población participa activamente contra ese flagelo, como en Guatemala, Perú, Brasil, Argentina, Ecuador entre otros, en Nicaragua y Venezuela es generalizada, en Cuba nada se sabe en un sistema cerrado donde el partido&gobierno no hace público los contratos multimillonarios que se suscriben, la reconversión de la deuda cuyas características son “top secret” para la población (la CIA seguramente está enterada hasta de la última coma, la “discreción” es hacia el pueblo) y Bolivia marcha en esa dirección cumpliendo la sentencia martiana: Todo poder amplia y prolongadamente ejercido degenera en casta. Con la casta, vienen los intereses, las altas posiciones, los miedos de perderlas, las intrigas para sostenerlas. Las castas se entrebuscan, y se hombrean unas a otras. (O.C. t. 9, p. 340).

El descenso del nivel de vida de la población, el deterioro del Índice de Desarrollo Humano y la destrucción del patrimonio productivo son sistemáticos en Cuba desde hace sesenta años y en Venezuela y Nicaragua desde que asumieron el poder Chávez, Maduro y Ortega. La migración masiva incluye a Bolivia, entre todos suman casi diez millones de integrantes de las respectivas diásporas, dispersas en los cuatro confines del planeta.

Las seis pequeñas islas caribeñas suman una población de menos de 700 mil habitantes, que unidos a los menos de 600 mil de Surinam alcanzan 1,3 millones de habitantes aproximadamente, poco más de la población de Santiago de Cuba y el 0,2 % de la población de los países integrantes de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). Independientemente de la afinidad ideológica de sus gobernantes con los de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia son evidentes dos cosas: las ventajas ofrecidas originalmente (muy deterioradas hoy) por la petrochequera de Chávez fueron decisivas para su integración y su poder económico es nulo. Solo son importantes porque a pesar de su exigua representación cuentan un voto en los organismos regionales y globales, igual a Brasil, México o Argentina.

Al celebrarse en La Habana el 14º aniversario del ALBA los únicos datos positivos que pudieron brindarse por los mandatarios presentes fueron los de diferentes modalidades de asistencia médica (algo extremadamente deteriorado en Venezuela, Nicaragua y Cuba) con el financiamiento venezolano y el personal médico rentado por Cuba, que desde el derrumbe del socialismo real europeo ya no envía contingentes armados, ni entrena terroristas y guerrilleros por todo el mundo, ahora envía y forma personal de la Salud. Si antes la ayuda soviética estaba condicionada por la participación bélica cubana en su geopolítica, ahora rentar las batas blancas constituye la principal fuente de ingresos.

Conclusión: no es posible augurar expansión y desarrollo a esta alianza que al parecer lo único que genera es infelicidad y migraciones masivas en los pueblos. Tenía razón el Maestro: Sobre castas no se han alzado más que naciones destinadas a la esclavitud. (O.C. t. 1, p. 452).

Nota: Todos los datos están tomados de los sitios web de los países y organismos internacionales mencionados.

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