La credibilidad perdida

El gobierno cubano declara ahora que José Daniel Ferrer está preso por haber secuestrado y golpeado a alguien, a consecuencia de un asunto de dinero. Según ellos, no hay motivos políticos para su arresto, y es él un vulgar delincuente común con un largo historial de problemas con la justicia.

No conozco personalmente a José Daniel Ferrer. Solo coincidí con él en un Estado de Sats, a poco de su liberación, y en sus palabras no descubrí ningún motivo para acercármele. No hay muchos puntos de convergencia entre nosotros dos, o sea, que en lo que ahora declaro no hay ni rastros de ese apasionamiento que suele movernos a los cubanos en cuestión de banderías. No soy un seguidor suyo, ni su correligionario, sino más bien alguien que tiene una idea del futuro del país no muy coincidente con la suya, y que mira con preocupación las posiciones del sector de la oposición que él representa mejor que nadie, ya que solo él se atreve a decir y proponer lo que otros solo declaran desde la seguridad del exilio.

Después de dicho esto me pregunto: ¿Cómo confiar en las declaraciones del gobierno cubano?

Aparte de la cantidad de veces en que se me ha conducido, secuestrado, a las oficinas de la Seguridad del Estado, y de las veces en que se me ha retenido ilegalmente en mi casa, he sido detenido y conducido a prisión par de veces. En ambas ocasiones la acusación para mantenerme preso 24 horas ha sido la de escándalo público. No me gusta presumir de superioridades morales que no tengo, pero quienes me conocen saben que nunca he dado uno de esos escándalos, públicos, ni familiares, y que de hecho soy de los cubanos más anti-escandalosos que hayan vivido en esta Isla, más que nada por temperamento introvertido. ¿Cómo puedo entonces confiar ahora en las declaraciones del gobierno, si para castigarme por mis críticas a ciertas obras públicas en mi pueblo, o por mi llamado a votar No en el pasado Referendo a través del correo, han inventado contra mí sendos casos de escándalo público? ¿Cómo puedo confiar en el régimen si bien recuerdo que, por mucho tiempo, en Razones de Cuba, se mantuvo colgado un texto de Norelys Morales en que se me acusaba de robarme los fondos destinados para una revista, Cuadernos de Pensamiento Plural, que nunca administré?

Me pregunto: ¿Cómo creer en un gobierno, y sobre todo en su diario más oficial, cuando en este último se publicó un articulejo en el que se tergiversaba la larga y consecuente posición política e intelectual de Carmelo Mesa-Lago, hasta el punto de presentarlo ante la secuestrada audiencia nacional como un pro-Trump, un pro endurecimiento de las medidas del gobierno americano contra Cuba, y un fanático del discurso neoliberal, desesperado por echar abajo todo el sistema de seguridad social del país?

Creo que con esos antecedentes no se puede condenar a nadie de parcialidad, si es que prefiere creer que todo no es más que un montaje del gobierno, para quitarse de encima a uno de sus opositores más activos. Parte de la agresiva campaña de represión y de desacredito público, de cualquier oposición, o simple actitud discordante, con que el Canelato pretende afirmarse en el poder.

Nada, que ellos mismos se han buscado esa total incredibilidad mía hacia cualquiera de sus declaraciones.

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