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Managua, Historia, La Habana

Managua (II)

Segunda y última parte de este trabajo

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El primer período constitucional se iniciará en Cuba en julio de 1812 y sólo después de varias solicitudes de los vecinos se aprobará la creación el Ayuntamiento Constitucional en Managua en setiembre de 1813. Hasta ese momento el territorio era gobernado por capitanes pedáneos designados por el gobierno central, estos cumplían funciones administrativas, judiciales, etc., a partir del establecimiento del ayuntamiento, el gobierno estará en manos de un alcalde, seis regidores y un procurador, todos elegidos libremente, además la ley será impartida por un juez letrado, investido para dicho cargo. Todo ello creó condiciones para el debate de ideas y el desarrollo de acciones de interés local.

Ese interés hacia el desarrollo y el buen gobierno, en estas localidades, se manifestará desde las primeras hasta las últimas actas de los cabildos: preocupación por la instrucción pública, por las buenas costumbres, por la toma de medidas sanitarias, etc. El primer período constitucional terminará con el retorno de Fernando VII al trono español y el restablecimiento del absolutismo; el 25 de julio de 1814 cesará la aplicación de la Constitución en todo el país.

El segundo período constitucional será el resultado de los movimientos liberales en España que obligaron a Fernando VII a restablecer, contra su voluntad, la Constitución de 1812. En esta ocasión en Managua se restablece el ayuntamiento en el mismo mes de abril de 1820 en que se aplicó a toda Cuba.

El entusiasmo por la Constitución y la liberalización política se reflejará en diversos hechos como fue el de colocar una tarja en la plaza frente a la iglesia de Managua, la que se llamaría en adelante Plaza de la Constitución, como se había orientado por las Cortes españolas; en la escuela se enseñaba la Constitución, además de la lectura, la escritura y la doctrina cristiana. El segundo periodo constitucional fue muy convulso, es la época en que las tropas coloniales regresan derrotadas por los patriotas del Sur y Centroamérica y se admira a hombres como Bolívar y San Martín. Es también la época en que se desarrollan conspiraciones como la de “Soles y Rayos de Bolívar”, surgen ideas anexionistas y la abolición de la esclavitud gana cada vez más adeptos.[1]

No tenemos evidencias directas de cómo se manifestaron esas corrientes del pensamiento político, pero eso no niega el que de alguna forma las mismas se exteriorizaran quizás no por grupos, más o menos numerosos, pero si por individuos que en ocasiones eran perseguidos y tratados como simples malhechores y no nos es posible conocer cuáles fueron las verdaderas causas de su persecución e incluso muerte.

Para 1820 ya Managua contaba con un cementerio[2] y en 1834 este fue cerrado con muros en las afueras de la población. Durante la segunda mitad del siglo su importancia se verá acrecentada por la apertura de la Calzada de Managua que facilitaba las comunicaciones y por tanto la comercialización de sus productos.

En Managua no había escuela antes de 1819, entre 1820 y 1823 funciona irregularmente; en 1825 sólo funciona cuatro meses y en 1827 funciona 6 meses; entre 1833 y 1845 no hay escuela, en Managua, en torno de 1820, tenemos a Lucas Antonio Ramírez como el primer maestro del cual quedó alguna información; en esa misma localidad queda registrada como la primera maestra, Concepción Orbis, alrededor de 1880. El salario de los maestros era entre 25-40 pesos mensuales, en una época en que un jornalero podía ganar $30 al mes y el cura de una parroquia como la de Managua devengaba $65, más vivienda, alimentación y otros pluses que se le añadían. Ese mísero salario no siempre era abonado lo que obligaba al maestro a renunciar.

Como era lógico para la época los niños esclavos no podían asistir a la escuela, pero tampoco los mulatos y negros libres, sólo para los años 80 del siglo XIX es que conocemos de una escuela para blancos, negros y mulatos en Managua.

Queremos destacar que el escrito más antiguo que ha llegado hasta nosotros y que aborda la historia de esta población fue el realizado en 1845 por el cura párroco de Managua[3], del cual solo conocemos su nombre: Francisco Najinal. Este escrito se encuentra en el archivo de la parroquia y da noticias sobre las características de la población, sus límites, aspectos económicos, recursos naturales, etc., incluyendo información sobre los hechos históricos que fueron considerados de interés por quien lo redactó.

Managua obtuvo el título de villa en 1874 con el nombre de Nuestra Señora de los Remedios de Managua y en 1879, cuando se implantó la división política ordenada por el Capitán General Arsenio Martínez Campos, fue elevada a la categoría de municipio, condición que mantuvo hasta que por la Orden Militar # 23 del gobierno interventor norteamericano de fecha 24 de enero de 1902, perdió dicha condición.

En los primeros días de diciembre de 1878 y aprovechando las pocas libertades que concedió el acuerdo de paz del Zanjón, se efectuó en Managua una reunión del recién constituido Partido Liberal, al parecer uno de los oradores no pudo refrenar su patriotismo y con ello provocó una acalorada discusión en donde intervino la Guardia Civil que atropelló a los reunidos.

Al salir del local donde se efectuaba la reunión política se produjeron nuevos incidentes al dirigirse uno de los reunidos a las mujeres allí presentes exhortándolas a que educasen a sus hijos en el amor a Cuba, que algún día sería libre. A los gritos de ¡Viva Cuba Libre! se opusieron otros vitoreando a España por lo que la confrontación se hizo inminente, solo la cordura con la que actuó el Capitán pedáneo evitó que el incidente se convirtiese en un choque armado de consecuencias imprevisibles.

La presencia de Managua en la Guerra de Independencia iniciada en 1895 fue notable, de Managua se incorporaron a la conspiración varios hombres entre los cuales debemos destacar a Dionisio Arencibia quien tuvo una brillante hoja de servicio durante la guerra, llegando a ser el segundo al mando del Regimiento ‘Santiago de las Vegas’ que fue el organizado y dirigido por Juan Delgado en las semanas iniciales de la guerra en La Habana, en las filas del mismo se encontraban decenas de hombres del territorio y a partir de los 15 fusiles que Dionisio Arencibia ocultó en la Finca Ramos en Managua, se llegó a consolidar una fuerza que logró incorporar en sus filas a 526 hombres, organizados en cuatro escuadrones de caballería, que desempeñarían un importante papel en la guerra.

Otro brillante colaborador incorporado por Juan Delgado fue Francisco Capote, conocido por Pancho Victorino, también era de Managua, y junto con Dionisio Arencibia participó en las tareas preparatorias para la guerra. Entre esas tareas estuvo una de suma importancia que fue la de ocultar un pequeño cargamento de armas enviado por Juan Gualberto Gómez y Enrique Collazo.

Carlos Rosado y José Moncada, además de los ya mencionados no fueron los únicos, debemos agregar las decenas de hombres y mujeres que, sin incorporarse al Ejército, colaboraron activamente con este, eran los elementos más conscientes y patriotas de la parte de la población conocida como ‘pacíficos’.

Múltiples acciones fueron desarrolladas por el Regimiento de Caballería ‘Castillo’ el cual había sido organizado, por Adolfo del Castillo que se nutrió con varios managueros, este regimiento quedó supeditado inicialmente a las fuerzas de Máximo Gómez, quien se quedó en La Habana para proteger la retaguardia de Maceo y atraer hacia si al ejército español. Posteriormente quedó integrada a la 2da. Brigada Centro del 5to. Cuerpo del Ejército Libertador.

Las acciones más importantes del Regimiento ‘Castillo’ durante la guerra en el territorio fueron:

  • Asalto a Managua 10 de febrero del mismo año 1896 en esta acción alcanzaron la rendición del fuerte, ocupando 42 fusiles y 2 mil cartuchos, además de lograr, como reconoció el parte oficial del ejército español, que 22 hombres del Cuerpo de Voluntarios se incorporasen con armas y municiones al Ejército Libertador.
  • El 16 de febrero une sus tropas a la de Maceo y al día siguiente atacan un convoy que se dirigía a Managua y capturan provisiones.
  • 30 de octubre de 1896 combate en Las Guásimas y control sobre la Calzada de Managua donde se ocupan vehículos con provisiones.
  • Dos nuevos ataques a Managua el primero el 29 de marzo y el segundo el 18 de noviembre de 1897.
  • Ataque a la zona de cultivo de Mantilla y de Managua el 18 de octubre y el 13 de diciembre de 1897 respectivamente.
  • Ataque a Las Guásimas y aniquilamiento de la sanguinaria ‘guerrilla’[4] de Managua el 11 de mayo de 1898.

Al finalizar la guerra en 1898 la caída de la población en Managua fue considerable, como es de suponer esta catástrofe demográfica fue consecuencia de la política de ‘reconcentración’ y su secuela de hambre y epidemias, más el éxodo de todos aquellos que podían buscar refugio en otros lugares menos expuestos a los rigores de la guerra y por último al brusco descenso de la tasa de natalidad, fenómeno que siempre se presenta en situaciones de crisis económicas, guerras y graves conmociones sociales.

Para dar una idea de este fenómeno en el territorio utilizaremos los datos obtenidos a partir de los ‘libros de bautismos’ de la parroquia de Managua; de acuerdo con esos datos el promedio anual de bautismos, y por tanto de nacimientos, entre 1889 y 1895 fue de 179 nacimientos al año, esa misma información para los años 1896-1898 fue de 60 nacimientos anuales como promedio.

Si analizamos las cifras de cada año veremos cómo se produce esta súbita caída de la natalidad en la parroquia de Managua:

AñoNacimientos% base año 1895
189316088,9
189417798,3
1895180100,0
18969753,9
18975631,1
18982614,4

Dadas las características productivas de Managua y las regiones colindantes dedicadas a la producción ganadera que demanda poca cantidad de trabajadores el crecimiento poblacional de Managua prácticamente quedó estancado a lo largo de los primeros decenios del siglo XX, en la práctica con una tendencia decreciente, ya que, si en 1931 la población era de 989 habitantes, en 1943 había descendido a 848. Managua daría un salto poblacional después del establecimiento de la Escuela de Cadetes en los años 40, llegando a 1953 a alcanzar la cifra de 2149 habitantes.

Managua vivía en una situación de relativo aislamiento la falta de caminos adecuados era una impedimenta para su desarrollo, el 12 de julio de 1860 la Junta Fomento aprueba la prolongación de la Calzada del Calvario hasta Managua y con fecha 22 de setiembre de 1881 el Negociado de Obras Públicas aprueba las reparaciones, que se hacían muy necesarias, de la carretera que unía Arroyo Apolo con Managua.

A pesar del mal estado de los caminos a finales de siglo XIX existían los llamados ‘tranvías’ de mulos de Estanillo hacían el recorrido Managua-Esquina de Toyo. Al parecer la primera guagua, con motor de combustión interna, fue la puesta en servicio en 1918 por su chofer y propietario, de apellido Corujo, la que saliendo de Managua llegaba hasta el paradero de la Víbora, los días de visitas al Sanatorio La Esperanza extendía su recorrido hasta ese lugar.

En 1953 se creó una Asociación de Crédito Rural en Managua que era una institución dependiente del Banco de Fomento Agrícola e Industrial [BANFAIC] como peculiaridad esta tenía la de ser la única en el país dedicada a la producción ganadera tanto de leche como de carne, esto evidencia la importancia de estos renglones en la zona. La región conformaba la cuenca lechera de La Habana.

Los experimentos genéticos de los años 60 más la intervención de las pequeñas lecherías que se encontraban al norte de Managua, así como su desactivación, llevaron a la desaparición de esta floreciente industria en Managua, sus consecuencias todos las conocemos.


[1] Tengo la opinión de que este episodio político que fue la instauración de la Constitución de 1812, en sus dos etapas, no ha sido debidamente estudiado y sólo se hacen rápidas y breves referencias desde un punto de vista global y en general se desestima su importancia local, o en ocasiones se exponen criterios poco matizados. La influencia que ello tuvo a escala local no ha sido valorado y por los elementos que pude analizar en Managua, esos breves períodos debieron ejercer cierta influencia en la formación de una conciencia que podemos llamar civilista para no resultar excesivo y llamarle nacionalista.

[2] El Cementerio de Espada se inauguró en 1806 probablemente siendo el de Managua el primero creado en una población en las afueras de la capital.

[3] Este breve documento, el cual podemos considerar una de las primeras obras de historia de una localidad fuera de la capital, debió ser redactada a solicitud de la Sociedad Económica de Amigos del País, ya que evidentemente responde a un cuestionario como el que esta institución remitió por los años 30 a todas las parroquias y localidades del país con el propósito de recoger la información necesaria para una valoración de la situación del país y además escribir una Historia de Cuba, tanto uno como el otro proyecto nunca llegó a cumplirse debido a las trabas que a ello puso el gobierno español. Similar a este documento de Managua conocemos otro del poblado de San Felipe y Santiago del Bejucal escrita por Manuel Mariano Acosta en esos mismos años; pero que por suerte fue incluida en 1876 por el médico e historiador doctor Rafael A. Cowley Valdés-Machado, en la obra, Los tres primeros historiadores de la Isla de Cuba. El primero, que vio la luz en 1876, contiene los libros: Llave del Nuevo Mundo antemural de las Indias Occidentales. La Habana descripta: noticias de su fundación, aumentos y estados por José Martín Félix de Arrate; Memoria sobre la ciudad de San Felipe y Santiago de Bejucal de Manuel Mariano Acosta, con la colaboración de Isidro González y el Pbro. Antonio Pérez Guzmán y Noticias históricas de la Villa de la Asunción de Guanabacoa por Cayetano Núñez de Villavicencio. Ya en el siglo XX, fue reeditada en forma de folleto por el ayuntamiento de Bejucal en el marco de las celebraciones por el bicentenario de la población. Desgraciadamente no creo que el documento acerca de Managua corra esa suerte, lo más probable es que desaparezca ya que en 1994 su estado físico era bastante lamentable y las condiciones en que se encontraba no dejaba muchas esperanzas a que conservase.

[4] ‘Guerrilleros’, se les llamo así a grupos paramilitares integrado en muchas ocasiones por delincuentes y asesinos que, por sus conocimiento del terreno y su crueldad, perseguían con saña a los mambises y asesinaban a campesinos inocentes, todo ello a cambio de una paga mensual, en estas labores se destacó la guerrilla de Managua.


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