Actualizado: 23/04/2024 20:43
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| Opinión

Una crisis y tres preguntas

«El mundo no será igual»

Carmelo Mesa-Lago, catedrático emérito de Economía de la Universidad de Pittsburgh, analiza la actual situación económica mundial.

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1. ¿Dónde está exactamente el origen de la crisis económica actual?
2. Fidel Castro y Hugo Chávez no han ocultado su "felicidad" por la crisis económica mundial. Predicen, otra vez, el fin del capitalismo. ¿Qué sucede con este sistema?
3. El "rescate financiero" de Washington supone una de las mayores intervenciones estatales de la historia. ¿Es una derrota del liberalismo o una refundación del sistema capitalista?

El origen de la crisis financiera-bursátil en EE UU está en la especulación exuberante que ocurrió en los últimos años en el mercado inmobiliario. Los bancos dieron préstamos hipotecarios sin cuidarse de la capacidad de pago y nivel riesgo de los prestamistas, que se endeudaron más allá de sus posibilidades realistas de pago, pensando que los precios de las casas y apartamentos continuarían subiendo de manera astronómica.

Además, muchos compraron a precios previos a la construcción, con el objetivo de vender con jugosas ganancias al tiempo de terminarse los edificios. Los bancos se despreocuparon del riesgo, porque vendieron su cartera a fondos mutuos, financieras y compañías aseguradoras internacionales, las cuales emitieron valores "subprime".

Los ejecutivos bancarios y de las financieras recibieron ganancias y beneficios extraordinarios, así que todo el mundo continuó, con despreocupada avaricia, jugando a la "Pirámide". El presidente Bush, el Banco de la Reserva Federal y el secretario del Tesoro, que sabían lo que estaba ocurriendo, de manera irresponsable no tomaron medidas para regular los préstamos hipotecarios y el mercado de los subprime para evitar la enorme y peligrosa especulación.

Cuando explotó la burbuja inmobiliaria, el valor de los subprime se desplomó, afectando a las grandes financieras y aseguradoras: unas quebraron, otras fueron compradas y otras salvadas con préstamos del gobierno federal. Todo esto ha provocado la contracción drástica del crédito a todos los niveles, lo cual a su vez constriñe la inversión, el empleo, el consumo, etcétera. De manera que hay un efecto de "bola de nieve", y la crisis financiera mayor desde la Gran Depresión.

Dicha crisis afecta a muchos países porque, debido a la globalización, todo el mundo está interconectado financiera y económicamente más que nunca antes en la historia. Los países compraron valores subprime en el mercado norteamericano, cuyo valor se ha derrumbado, también tienen valores del Tesoro de EE UU que pueden caer (el déficit fiscal es enorme por el costo de las guerras de Irak y Afganistán).

La recesión mundial y la contracción del crédito han reducido la demanda por materias primas, con la consiguiente caída del precio internacional del petróleo, el níquel, el cobre, etcétera, aunque todavía la locomotora económica china ejerce cierto efecto amortiguador. Además, muchos países sufren la explosión de su propia burbuja inmobiliaria, lo cual es particularmente serio en España, porque el 38% de su PIB se generaba por la construcción. Al caer ésta, ha provocado desempleo, recorte del consumo, así como estancamiento y posible caída en el crecimiento económico.

Las grietas del neoliberalismo

Nadie sabe exactamente lo que ocurrirá. Algo reconocido, con humildad, el 22 de septiembre por el ex presidente Clinton en una entrevista televisiva. Durante su período, EE UU gozó de uno de los booms más exitosos y prolongados de la historia y que dejó la presidencia con un sustantivo superávit fiscal.

El mismo día, en su mensaje televisado al país, el presidente Bush echó la culpa de la crisis a otros, sin admitir la responsabilidad de su propia administración en no prevenir el desastre.

Fidel Castro y Hugo Chávez son irresponsables también, puesto que una enorme recesión (o depresión) tumbaría los precios del petróleo a niveles muy bajos. Esto sería catastrófico para Venezuela y le impediría seguir ayudando a Cuba, la cual enfrenta una grave situación económica, porque los últimos dos huracanes provocaron daños equivalentes a una cuarta parte de su PIB. Mi opinión, cautelosa, es que el capitalismo será reformado, lo cual nos lleva a la siguiente pregunta.

El rescate financiero por el Estado es la intervención de mayor magnitud en la historia norteamericana desde el New Deal de Roosevelt y, siendo implementada por un gobierno muy conservador/neoliberal, ha generado sorpresa mundial.

En las sesiones recién celebradas en Naciones Unidas, virtualmente todos los líderes mundiales se refirieron a la crisis financiera. Varios de ellos criticaron la doble moral de EE UU, que por decenios ha predicado la estabilidad fiscal y ha presionado a países deudores de los organismos financieros internacionales para que dejaran que sus bancos y entidades financieras quebraran, pues la "corrección del mercado" sería a la larga beneficiosa y la ayuda estatal mantendría instituciones defectuosas y generaría desequilibrios fiscales.

El neoliberalismo y el llamado Consenso de Washington ya hace años que han mostrado severas grietas y han sido objeto de duras críticas, no sólo de la izquierda, sino por economistas prestigiosos del establishment, que originalmente apoyaron dichas políticas, como el Nobel Joseph Stiglitz y Jeffrey Sachs.

El rescate financiero es la "puntilla" y pienso que el mundo no será el mismo después de este. Incluso Bush aceptó en la televisión que habrá que introducir regulaciones en el mercado de valores, pero estas se pospondrán hasta después de las elecciones, y su grado dependerá de quién sea elegido presidente. Si lo fuese Barack Obama, sería más profunda que si fuese John McCain. La reforma del sistema capitalista norteamericano tendrá repercusiones en los organismos financieros internacionales y en todo el mundo.


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