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Actualizado: 19/05/2024 23:18

Música

Son pornos, son populares

La banda de rock-punk Porno para Ricardo es uno de los nuevos actores sociales que enriquecen el escenario de la resistencia.

Decía el escritor Jorge Luis Borges que la censura es la madre de la metáfora. En los años noventa aparecieron en la escena musical cubana canciones que, por todos los recursos metafóricos que contenían, con alusiones a la política nacional y sus protagonistas, fueron novedad y hasta marcaron una época.

Todos sabíamos a quien se refería Pedro Luis Ferrer cuando cantaba "Mi abuelo (Paco) hizo esta casa con enormes sacrificios, para mover un alpiste hay que pedirle permiso". Del mismo modo, cuando Carlos Varela entonaba "Guillermo Tell tu hijo creció, quiere tirar la flecha, le toca a él mostrar su valor…", miles de jóvenes se identificaban con el pequeño Tell, y veían representados sus descontentos y vivencias en canciones como Todos se roban y Memorias.

Como reflejo de la transición que se observa en los códigos y simbolismos de la sociedad cubana, de la cada vez más urgente necesidad de "llamar las cosas por su nombre", nace en 1999 el piquete Porno para Ricardo, cuyo controvertido nombre remite a la libertad del individuo, de Ricardo, para acceder a la pornografía. Después de tres discos con un alto contenido sexual ( E' pol tu culpa, 2001; Rock para las masas (cárnicas), 2002, y Porno para Ricardo, 2003), grabaron en 2006 en La Habana un díptico con los CD A mí no me gusta la política, pero yo le gusto a ella compañeros y Soy porno, soy popular, con 43 piezas.

De entrada, salta a la vista la provocadora portada de A mí no me gusta la política…, con una bandera cubana un poco arrugada y puesta de cabeza; el lugar de la estrella solitaria lo ocupa el logotipo del grupo, una hoz y un martillo, diseñados de tal forma que, recordándonos la libido como sello de identidad del grupo, esa hoz es en realidad una vagina penetrada por un martillo-pene. La contraportada del mismo disco es un billete de diez pesos cubanos, donde se advierte un Fidel Castro dando un discurso en la Plaza de la Revolución frente a un público conformado por miles de "Fideles Castro" que dan la espalda al orador.

Eso de "llamar las cosas por su nombre" es algo que tanto la voz principal y la guitarra del grupo, Gorki Águila, como el bajista Ciro Díaz, han llevado a expresiones no vistas antes en Cuba, acompañados por Renay, en la batería, y Hebert, en el bajo. Los integrantes de Porno para Ricardo se definen como personas libres que ratifican su lucha por la causa que le da la gana: "juramos no serle fiel a ningún partido, a no ser el propio; no somos de derecha, ni de izquierda, ni de en medio… Por eso no queremos ser eternos, ni asociarnos a ninguna asociación (no valga la redundancia)… No seguiremos el juego al juego para no ser muy inteligentes, ni muy come mierdas".

Un discurso más demoledor

Los temas más recurrentes en el díptico son la libido, las drogas, los chivatones comunistas, los dirigentes y Fidel Castro. Quizá la canción más conocida sea El Coma-andante , dada su alta circulación por internet, pero sin duda no es la mejor interpretación del total de los temas. Si hubo bastante sorpresa a raíz de la canción El Coma-andante, ya que nunca antes se escuchó de forma musicalizada el "no coma tanta pinga coma-dante, si quiere que trabaje pase un varo por delante… usted es un tirano y no hay pueblo que lo aguante", en el bonus track, un Gorki acompañado tan sólo de su voz y su guitarra, elabora un discurso más íntimo, menos jodedor, pero aún más demoledor cuando canta:

"Corazón que encadenas los sueños, para hacer una fiesta peor, convirtiendo los años vividos en eternos pasajes de horror. Si compartes mi oculto secreto, te diré que conspiro contra él y millones a Dios le pedimos que haga ya de tener su corazón, pues su vida es dolor repartido, cuando antes se muera mejor. Estos años de hambre y de sombras, llevan todos tu nombre Fidel, pues los nombres que joden la historia cumplen años cada amanecer; y si en versos pudiera expresarle la profunda razón de mi ser, le dijera que quiero pirarme pues no puede haber un modelo peor, que el que a usted le salió comandante, de su culo a imponérnoslo".

Pero los Pornos no podrían mantenerse serios y regresan a la farsa, la ironía, y en un ambiente de algarabía, recuerdan la eterna y cansada presencia del líder en todos, absolutamente todos los medios cubanos de información, y sus repetidoras, esta vez con la intervención sobre las repercusiones del picadillo extendido, enriquecido y texturizado, en los movimientos de liberación de América Latina y el Caribe ("¡rico con cojones¡", dice una segunda voz). Después de no dejar títere con cabeza, de ser seriamente iconoclastas, les queda espacio para preguntarse: "¿Qué dirían Carlos Marx y Federico, que les están degollando su comunismo?".

Burlarse de sí mismos

El CD Soy Porno, soy popular es básicamente una burla de los Pornos a ellos mismos. Sin descuidar el antidiscurso, ironizan sobre su propia condición de ostracismo. De pronto, Porno Para Ricardo se presenta como un grupo de artistas internacionales, con vastas apariciones en la televisión y la radio cubanas, y que después de una gira por varias ciudades de Estados Unidos, regresan a Cuba a dar un concierto en el teatro Karl Marx y, de paso, unirse a la Asociación Hermanos Saíz, que insistió mucho para que se afiliaran.

El mismo Abel Prieto los acompaña en una de sus presentaciones donde, con tino, la acostumbrada jodedera y un tanto de libido y referencias escatológicas, se apropian de un José Martí, que ha sido el recurso más manipulado para la justificación de los actos del gobierno cubano. Pero el Martí de los Pornos se caga en España y todo lo que ésta simboliza, desde el Papa hasta el punto que ocupa la antigua metrópoli en el mapa.

De aquí que en esta reapropiación de José Martí y su discurso, éste se parece más a Porno para Ricardo que al mismo Fidel Castro. Si el Martí de los Pornos se caga en toda España, estos músicos cubanos ejercen su derecho a cagarse en ti, en lo que pienses, en el día de tu muerte, en Dios, en el diablo, en ellos mismos e incluso en la madre que los parió.

En la versión cubanizada y castellanizada del éxito de Scorpions, Don't you cry, queda expuesta la calidad musical del grupo. Se podría pensar que la relevancia lograda por Porno para Ricardo en los últimos tiempos, se debe únicamente a su discurso irreverente y contestatario. Sin embargo, la mera propuesta musical del grupo no pasa a segundo plano, como se refleja en los temas Black metal, El submarino y La libertad, entre otros.

La calidad musical del grupo le permite trascender la escena cubana e insertarse en un ámbito extracubano. Aunque la jerga usada puede resultar extraña al oyente no cubano, la música, más allá del discurso político, lo sitúa en escenas extracubanas. Esta perfección hará también que trasciendan el escenario de la política del castrismo: una vez adquirida esa libertad para el placer que han enarbolado, su música irá por otros rumbos y se librará de las tensiones políticas que ellos viven y que, finalmente, los ha llevado a un ostracismo bastante poroso, pues no ha impedido que sus canciones circulen de mano en mano entre la juventud cubana.

Burlarse de los otros

El disco A mí no me gusta la política, pero yo le gusto a ella compañeros es una burla al sistema político y a quienes hacen eco de su ideología, los chivatones, los comunistas, las ratas dirigentes, los que le hacen el juego al juego, quienes tienen "dinero sin hacer nada, se pasan todo el día repitiendo el discurso del papá cucaracha". En la canción Peste a Rata sacan a flote lo que pasa en los bajos fondos: "Hay una cosa muy fea que pasa en las cloacas de todo el sistema. Hay ratas rojas y verdes, con dientes, con barbas, que se dan la lengua, unas llegan a presidentes y las otras, las pobres, se van a la cazuela".

Si en el primer CD la Asociación Hermanos Saíz le sirve como punto para expandir su ironía, en este Porno para Ricardo se pregunta a ritmo de rock: "¿Cómo no me voy a reír de la Asociación Hermanos Saíz?", con lo que afirma su condición de disidente, que no hace concesiones a cambio de algunos privilegios ("pero mi vida, pero mi cielo, lo que yo quiero es viajar al extranjero").

El oportunismo político y la delación (ante la falta de talento artístico) como forma de trascender en la AHS, es la historia que se aborda en Comunista chivatón, dedicada a Alpidio Alonso, quien se ocupaba de acosar al grupo e impedir que toque en lugares públicos: "Alpidio Alonso… se hizo una casa con el dinero de la Asociación y escribe unos versos que nadie quiere oírlos porque son muy malos, le va mejor el rol de chivatón… Si algún día fue poeta, yo ese día fui escultor".

La migración ilegal también es un tema recurrente en las canciones de Porno para Ricardo. El ánimo y entusiasmo del tipo constructor de El submarino, que pretende viajar por debajo del agua, tranquilo entre peces y langostas, para que no lo agarre la guardia costera (y de ser exitoso, rescatará más gente), contrasta con la tragicomedia reflejada en la canción Mi balsa, en la que el protagonista, en medio del mar, sin saber si va rumbo a Miami o al Morro, es devorado por los tiburones.

El deseo de este balsero no es salvar su vida, sino llegar a Cayo Hueso para tramitar la visita del carpintero y cuando éste llegue, dispararle por el dinero que le cobró por una balsa defectuosa. Las difíciles condiciones que vive el balsero en medio del mar no le impiden disfrutar del oleaje y observar lo lindo de la noche. El acoso de los tiburones no parece ser suficiente sufrimiento para este hombre. El discurso oficial acrecienta su tragedia, cuando una voz acartonada le recuerda que el futuro es por entero del socialismo y, basada en la disciplina y la unidad, la sociedad será invencible.

La pornografía es derecho del pueblo

Visto como un proyecto musical, Porno para Ricardo tiene un discurso cuyo hilo conductor es la necesidad de libertad, pero no sólo la libertad para votar e irse del país, sino para reivindicar el placer, el sexo, usar drogas, ser iconoclasta, acceder a la pornografía, definida como roja, democrática y de íntimas multitudes.

Aparece la pornografía como la opción, un derecho frente a las condiciones de la vida cotidiana, de hambre, miseria y mentira. Se reivindica no sólo la pornografía, sino la libertad que ésta implica. Para el grupo, la pornografía es derecho del pueblo, pues "todo cubano debe saber singar y singar bien".

A ellos no les gusta la política pero entran en los terrenos de la política al hacer público un discurso privado que ayuda a minar el miedo como cultura, en la relación dominados-dominadores. De acuerdo con los principales teóricos de los regímenes políticos, en el postotalitarismo coexiste junto a la cultura oficial, una compleja cultura underground que puede derivar en oposición al sistema.

Hasta ahora, Porno para Ricardo es parte de los nuevos actores sociales que enriquecen y hacen más complejo el escenario de la resistencia y la protesta social. Su discurso fácilmente encuentra receptores, porque habla del agravio sufrido por jóvenes y viejos. Y el hecho de contar con receptores, permite crear solidaridades, que con el tiempo significará un mayor desafío al régimen.

El discurso de la banda disfruta de ser aceptado, compartido y entendido por la gente con más facilidad que cualquier proyecto de transición. Aunque su música puede gustar o no al cubano de a pie, es fácil encontrar un interlocutor, un escucha cómplice, dado que el contenido de sus letras es, precisamente, el antidiscurso o, por decirlo de otra forma, el discurso que millones de cubanos mantienen en el espacio privado. Sólo los Pornos se atreven a hacerlo público, además, gozando de la libertad de no tener que ser políticamente correctos.

Los costos que Porno para Ricardo ha tenido que pagar por no hacer concesiones, lo legitima y libera de cualquier sospecha de oportunismo político. Ir a prisión, ser citados por la policía, peder su espacio de ensayo, no ser invitados a compartir escenario con otras bandas y, sobre todo, perder la oportunidad de tocar en público, es un precio muy alto para una banda de rock cuya única pretensión ha sido expresarse musicalmente.

Su música es reflejo del hartazgo e insatisfacción de gran parte de la juventud cubana y, al mismo tiempo, es imagen de la intolerancia e insensatez que ha caracterizado al régimen por casi cinco décadas. Es el mismo régimen, con sus características ya conocidas, el que lleva a sus críticos a posturas radicales, como Porno para Ricardo, ya que las pretensiones del grupo no son políticas, sino divertirse en un ambiente de tolerancia, libido y comunicación, como lo expresó Gorki Águila.

Los CD Soy porno, soy popular y A mí no me gusta la política, pero yo le gusto a ella compañeros, fueron producidos por Porno para Ricardo y grabados en el 2006 en los estudios La Paja Records, en La Habana, con el fin de "dar cumplimiento a los planes de producción del año y así poder aspirar a colectivo Héroe del Trabajo por la emulación anal-quista" y "contribuir a la formación masturbatoria de nuestros niños y jóvenes". Se pueden adquirir fácilmente en la página oficial del grupo: www.pornopararicardo.com.

© cubaencuentro

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