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Putin, Ucrania, Rusia

Putin se juega su liderazgo en Ucrania

El mandatario ruso necesita “algo” para poder declarar victoria y salvar la cara, de lo contrario seguirá empecinado en la invasión a Ucrania

La guerra en Ucrania está en su segunda semana y gobiernos, analistas y políticos de todos lados no se ponen de acuerdo en cuál pudiera ser una salida viable, informa la BBC.

Pero para Andrei Kortunovun, un aliado de larga data de Vladimir Putin, una solución es remota si el mandatario ruso “no obtiene algo” que pueda mostrar como señal de victoria ante la población de su país.

“Creo que Putin necesitará algo para declarar victoria. No puede aceptar la derrota porque políticamente eso sería demasiado arriesgado para él y podría tener implicaciones muy serias para su liderazgo”, dice en entrevista con la BBC el analista, quien sirve como director general del estatal Consejo Ruso de Asuntos Internacionales (RIAC), adscrito a la Cancillería rusa.

“Así que necesita obtener algo que le permita decir eso”, agrega.

Kortunovun, quien fuera asesor de relaciones exteriores de la Duma rusa, se encuentra entre las personas cercanas al gobierno que se han distanciado tras la invasión a Ucrania.

“Es una gran tragedia y creo que definitivamente es algo que debería haberse evitado. Pero la situación es la que vemos en este momento. La única opción plausible es detener esto lo más rápido posible”, dice.

No obstante, reconoce que el conflicto ha llegado a un punto donde es difícil un potencial acercamiento.

“Solo puedo esperar que las conversaciones de paz sean la primera opción a seguir, pero las conversaciones de paz serán muy difíciles”, opina.

“Creo que todos deberíamos entender que en esta etapa, las posiciones hacia esto son tan diversas que sería extremadamente difícil reconciliar las dos posiciones y llegar a un compromiso… si podemos hablar sobre el compromiso dadas las circunstancias”, agrega.

En su criterio, tal vez se necesite la mediación de una tercera parte externa en la que Putin confíe, como el gobierno chino o la excanciller alemana Angela Merkel, quien trabajó en los acuerdos de paz de 2014 cuando comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania tras la anexión de Crimea.

“Pero creo que, si la idea es detener la lucha, ambas partes tendrán que demostrar cierto grado de flexibilidad. Y creo que el problema es que ambas partes aparentemente creen que pueden ganar más con el tiempo [que mostrándose flexibles]”, considera.

Lo peor está por venir

Tanto fuera como dentro de Ucrania muchos temen que, entrados en la segunda semana de guerra, las probabilidades de que cesen las hostilidades son lejanas.

“Los momentos más peligrosos de este conflicto están por venir”, dice desde Leópolis (Lviv, en el oeste de Ucrania) el periodista de la BBC Fergal Keane.

“El avance ruso va más lento y encuentra una resistencia mucho mayor de lo que esperaba el presidente Putin. Hay graves problemas de logística, mando, moral y eficacia de combate. Pero los rusos seguirán adelante. Mientras lo hacen, aumentarán las bajas civiles en las zonas golpeadas por los bombardeos”, señala.

El analista ruso, quien apoyó políticas controvertidas del Kremlin en el pasado, asegura que no es capaz de comprender la lógica de Putin detrás del ataque a Ucrania.

“Parece que mi lógica y la lógica de los líderes rusos no coinciden completamente, porque me resulta muy difícil considerar los beneficios que Rusia pueda obtener de esta operación. Y, en cualquier caso, creo que los efectos secundarios probablemente sean mucho más graves que las posibles ganancias”, opina.

Kortunovun dice que una posible solución podría encontrarse en hallar “algún tipo de equilibrio”, aunque reconoce desde un inicio que esto puede ser “muy delicado”.

“Tal vez debería haber algún tipo de forma alternativa de garantizar la seguridad de Ucrania sin que se uniera a la OTAN. Tal vez Ucrania debería centrarse más en unirse a la Unión Europea. No lo sé. Eso es algo que tiene que negociarse, pero mucho dependerá de si las dos partes y también potencialmente Occidente, que es claramente una parte de la ecuación, pueden llegar a alguna solución”, dice.

En su criterio, cualquier potencial solución para un conflicto como este “no sería la ideal” y podría tener “implicaciones morales”, “pero al menos permitiría detener los combates, que siguen cobrando vidas humanas”.

La supervivencia de Putin

A medida que avanzan los días y la invasión no da resultados, muchos expertos dentro y fuera de Rusia se han comenzado a cuestionar si la invasión de Ucrania podría conducir al final de los más de 20 años de gobierno de Putin.

Las sanciones de Occidente han comenzado a golpear la economía rusa y un nuevo frente de batalla se ha abierto dentro de la misma Rusia, con miles de personas que han salido a las calles para protestar contra la invasión.

Si bien Keane considera que las sanciones y los boicots occidentales han mostrado un raro grado de unanimidad, también considera que llevará tiempo que surtan efecto.

“No detendrán esta guerra porque se ha convertido en una lucha existencial para Vladimir Putin. Si pierde, sabe que sus días en el poder seguramente están contados. En su mente estará la posibilidad de ser derrocado o enfrentarse a un tribunal penal internacional”, señala.

Keane cree que cualquier alternativa que no sea derrocar al gobierno de Kiev e instalar un régimen títere lo dejaría vulnerable a una resistencia interminable en Ucrania.

“Para aquellos que conocen el país y cómo ha cambiado en los últimos ocho años, su objetivo de represión parece muy poco realista, incluso si obtiene una victoria militar a corto plazo. Aun así, en esta etapa tiene todas las razones para continuar con su guerra, sin importar cuán grande sea el costo en vidas”, considera.

Kortunovun, por su parte, opina que es muy pronto para valorar qué puede implicar la guerra actual para el mando de Putin y considera que todo depende de lo que logre obtener para mostrarles a los rusos.

“Depende del resultado, pero por el momento, tenemos que decir que el apoyo público a Putin en Rusia ha aumentado. Y creo que es natural, si la mayoría de los rusos aparentemente creen que es la guerra correcta la que están peleando”, señala.

Desafío para Occidente

El analista ruso señala que la propaganda de su país ha jugado un papel importante para transmitir a amplios sectores de la población que la actual invasión se trata de una lucha contra “grupos extremistas que ahora están a cargo del sistema político en Ucrania”.

Desde antes del inicio de la invasión, los medios del Kremlin y el propio Putin han acusado el gobierno ucraniano, cuyo presidente es judío y que perdió miembros de su familia durante el Holocausto, de ser “neonazis” o “drogadictos”.

Ante un escenario sin salidas claras aparentes, Keane apunta a que la actual situación supone también un desafío para los gobiernos occidentales.

“A medida que se bombardean más ciudades y Rusia acumula sufrimiento sobre los civiles, a medida que surgen detalles de crímenes de guerra, ¿cómo responderán los aliados cuando las sanciones no pueden hacer callar a la artillería?”, plantea.

“Habiendo descartado una participación militar, por temor a una horrenda guerra europea más amplia, Occidente tendrá que considerar cómo responderá a la vista de ciudades sitiadas bajo el bombardeo ruso. No hay respuestas fáciles. Estamos verdaderamente en un paisaje desconocido”, concluye.

© cubaencuentro

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