Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Educación

Atajar el desinterés

Mientras se continúe por las ramas en la solución de los problemas que agobian a los cubanos, seguirá el país hundido en el pantano de la ignorancia y el subdesarrollo

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Vuelvo a detener la mirada en un artículo publicado por la prensa oficialista. El de esta ocasión data del 16 de noviembre aparecido en el diario Juventud Rebelde cuyo título, “Atajar el desinterés”, no puede ser más apropiado para abordar cualquier renglón de la vida económica, política y social en nuestro país.

Nelson García Santos, su autor, trató de abordar las consecuencias que de ello se derivan, mirándolo como una vinculación directa a la falta de motivación palpables durante el proceso de enseñanza-aprendizaje en cualquiera de los centros educacionales cubanos. Pero veo su intento demasiado simple.

A mi modo de ver la realidad del suceso cubano, considero que este tema se escoge porque su magnitud dentro del estudiantado alcanza en estos momentos un nivel solo comparado con el de la crisis. Crisis que está muy lejos de revertirse si tomamos en cuenta la superficialidad con que el régimen la aborda a pesar de que en el primer párrafo García Santos dijo que “lo más escuchado desde el auditorio de la Asamblea Provincial de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), en Villa Clara, fue la falta de motivación por el estudio”

Para este periodista oficialista escuchar tal planteamiento fue motivo para destacar a continuación que los propios estudiantes así lo definieron “sin medias tintas y de forma contundente”. De lo cual desprendo la interrogante: ¿Definieron, qué?

Estimado periodista, lamentablemente la crisis existente en el tópico abordado por usted en dicha fecha, pone en peligro el futuro de nuestra nación, porque quienes hoy se encuentran en las aulas de nuestras secundarias básicas y preuniversitarios serán los hombres y mujeres que dentro de los diez años siguientes deberán conducir los destinos de este país en áreas tan diferentes, pero asimismo medulares, como las de economía, de la política, la cultura, la ciencia, la sociedad, a la vez que son corroídos por el desinterés cuando se enfrentan a los estudios durante su preparación.

Mientras se continúe por las ramas tratando de resolver los problemas tan profundos y variados que nos agobian, nos hundiremos irremediablemente más y más en el pantano de la ignorancia y del subdesarrollo. La propia Asamblea de estudiantes villaclareños demuestra la superficialidad del análisis al no querer reconocer que el problema está presente en todos los tipos y niveles de Enseñanza, sino señalar que es un mal localizado solo en la Enseñanza Técnica y Profesional, y además, tratar de justificarlo cuando dan a conocer la existencia “de jóvenes que matriculan carreras sin estar motivados”.

En la misma reunión estuvo presente el señor Roberto Montesinos, jefe del Departamento de Educación y Deportes del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), único partido que manda en el país, pero a pesar de su presencia se mantuvo ausente en ese análisis medular, pormenorizado así como el dictado de las medidas urgentes que se deben acometer si realmente queremos resolver el problema.

Los estudiantes cubanos (como toda esta sociedad en su conjunto), carecen de la estimulación que se necesita para progresar en los estudios, debido a que ellos tampoco permanecen al margen de lo que vivimos. Lo palpan desde el sufrimiento de sus padres para conseguirles algo caliente con qué alimentarlos, o en lo apropiado para vestir y calzar a tono con la época. Para incluirse a la par de las nuevas tecnologías.

Se desmotivan también cuando el inmueble que les corresponde presenta un avanzado deterioro y a pesar de ello no clasificó dentro del 43 % de aquellos centros que, según la ministra de Educación Ena Elsa Velázquez Cobiella, se pudieron reparar en los meses previos al presente curso. ¿Quién se podrá motivar con un currículo de asignaturas sin el respaldo de una base material de estudio apropiada, como es la realidad de muchos de nuestros centros estudiantiles?

Algo similar ocurre cuando ven una cifra no despreciable de maestros experimentados abandonar las filas del magisterio y asumir trabajos en el turismo o de cuentapropistas. Mientras observan a otros, dentro de los que hoy poseen la tiza en la mano, recurrir al facilismo: dando clases “de a diez centavos y evaluando con ejercicios de a tres quilos “, y hasta ladear la mirada con la velada intención de darles “un filo” para que saquen “el chivo” o copien del alumno aventajado.

Además, nuestros estudiantes conocen que las mejores carreras son para aquellos hijos de papá porque, justificados en la crítica situación que atraviesa el país, el Gobierno redujo las matrículas en carreras universitarias tales como Ingeniería, Medicina, Psicología, Derecho, Informática, Periodismo.

Saben de las especiales ofertas a carreras Agropecuarias y al resto de las plazas amplificadas para un nivel máximo posible de Técnico Medio; cuestiones más que justificadas para lograr la pérdida del incentivo que requiere cualquier estudiante para luchar con ahínco y amor en su proceso formativo.

A lo dicho se suma la experiencia vivida por un número creciente de estudiantes que por razones puramente ideológicas no pueden matricular en Cuba la carrera en la que siempre anheló especializarse. Así como de otros que la iniciaron y cuando ascendían a la mitad de la pirámide fueron expulsados, como me ocurriera en el tercer año de la carrera de Derecho, cuando el 12 de enero de 2010 fui expulsada del alto centro de estudios porque había recibido un curso de periodismo, impartido en la Sección de Intereses de Estados Unidos de América, en La Habana, aduciendo que la Universidad es para los revolucionarios.

Con estos truenos no habrá nunca quien duerma tranquilo en Cuba y hasta que la situación no muestre características diametralmente diferentes a las que nos rodean, será siempre baldío atajar el desinterés.


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