«Cuidado con los blogs»

Muchos periodistas recuerdan las agónicas reuniones donde los dirigentes de la oficialista Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) insistían en "la necesidad" de la creación masiva de blogs.

La idea, según los funcionarios del aparato, se planteaba como "una oportunidad para romper el bloqueo informativo que en el mundo existe sobre la realidad cubana". Los afectados, con mirada atónita, se preguntaban: ¿cómo hacer blogs con conexiones pésimas y computadoras viejas?

Sin embargo, las condiciones entonces eran envidiablemente superiores. Por aquellos días de 2005, los periodistas tenían al menos una hora de internet al día. Aunque la conexión era lenta y compartida con otros colegas de redacción, los "blogs por decreto" (o los antiblogs) podían actualizarse. No tenían el más mínimo impacto en la red de redes, pero ahí seguían.

Con el paso del tiempo hemos asistido a una disminución de los presuntos "beneficios". Internet ahora está limitada a niveles tan increíbles, que sólo es "libre" para los editores de diarios digitales y los administradores-vigilantes de redes. Escapan a la cruzada unos pocos periodistas considerados "confiables" que aún navegan unas horas desde sus casas, pero bajo estrictas disposiciones emitidas por el Comité Central del Partido: Yahoo, Hotmail y Google News están limitados.

De mal en peor

La más reciente disposición se ha comunicado a las redacciones. Tiene que ver precisamente con los blogs: la mayoría no podrá actualizarse más. Los que se salven de la actual criba tienen que dedicarse al propósito para el que fueron creados: elogiar el sistema comunista de la Isla.

La reacción del gobierno ante los bloggueros oficiales ha sido vista internamente con desagrado: "El Partido padece una especie de miedo generalizado hacia internet y sopesa el escaso impacto de los blogs cubanos en el escenario informativo internacional", reconoce un periodista.

La nueva tesis se enfoca hacia las ideas siguientes: "Para qué tantos blogs, si ninguno dice nada y apenas se actualizan (…) Lo más indicado sería un blog por redacción". Estos conceptos son escuchados, con asombro, en las reuniones que se han celebrado en algunas redacciones del país. No sólo contradicen la filosofía de libertad creativa de la blogosfera, sino que buscan controlar cualquier matiz; incluso en el discurso oficial. La determinación va dirigida, sobre todo, a los autores renuentes a contribuir por lo claro a la llamada "batalla de ideas".

Así las cosas, el aislamiento informativo de los profesionales de la prensa —así como se lee— cobra cada día matices más dramáticos.

Para algunos es inconcebible, de ficción, lo que estas letras testimonian. Personas ajenas a la realidad en la Isla pudieran preguntarse cómo las autoridades pueden saber si un blog ha sido actualizado o no. La respuesta, de sencilla, es otro atentado a la filosofía blogguera: los periodistas están obligados a entregar el link y los contenidos a la dirección del medio de prensa.

La creación de blogs fue incluida durante algún período en la "emulación" entre los medios de prensa. Daba puntos tener periodistas con blogs, una estúpida competición que premiaba el dato. Ya ni eso.

Las noticias que llegan son cada vez peores. El gobierno se prepara para un zarpazo en grande contra los servidores internacionales de correo electrónico. Próximamente, todas las marcas conocidas quedarán definitivamente bloquedas. Incluso "San Google" está en el punto de mira. El régimen cumple, a cabalidad, con la misión sagrada de proteger su monopolio informativo.

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