Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Economía

De todos y de nadie

Si no se democratiza la economía, la crisis de la producción y los servicios no tendrá solución.

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Tan generalizada es esa situación que basta con encontrar una unidad que funcione para saber que detrás está el interés de los trabajadores. Y ese interés, ajeno a consignas o conductas revolucionarias, constituye una respuesta al poco valor de los salarios, lo que implica un daño ético no sólo para la actual generación, sino que afectará a varias de las futuras, pues esa moral negativa, surgida de condiciones anormales de vida durante tanto tiempo, ha devenido cultura.

Ante los continuos fracasos en los intentos por eliminar el "mal" desde la represión pura, hay que redefinir cómo enfrentar la crisis. En ese sentido es alentador que Juventud Rebelde reconozca que esos problemas no se resolverán sólo con inspectores, talonarios y multas.

Lo principal es la propiedad

Teniendo en cuenta que en la red estatal de servicios lo que funciona es la empresa "estaticular" —una forma peculiar de economía caracterizada por la propiedad aparente del Estado y la apropiación real por parte de trabajadores y administradores, surgida de la combinación entre la tendencia natural a la posesión de propiedades, la incapacidad productiva del modelo económico vigente, la insuficiencia de los salarios para vivir y la iniciativa y preparación profesional de los cubanos—, hay que dirigir el análisis a la necesaria reestructuración de las formas de propiedad existentes en Cuba.

Según reconoce el equipo de periodistas, el lucro personal resultado de esa forma novedosa de servicios surgida en el socialismo insular, goza de ciertas ventajas respecto al trabajo por cuenta propia; pues los mismos se libran de los impuestos, el pago del área, los gastos de corriente eléctrica, la compra de materias primas y el uso de las herramientas.

Sin desdeñar la importancia de remodelar las unidades y de abastecerlas de los insumos necesarios, lo determinante radica en la estructura de la propiedad actual. Según Luis Marcelo Yera, del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas, "desde que el socialismo surgió en la Rusia soviética, el tipo de propiedad estatal que se aplicó no pudo mantener el desarrollo ascendente de las fuerzas productivas que se había logrado desde la comunidad primitiva hasta el capitalismo".

Es necesario que las relaciones impuestas, ajenas a la naturaleza humana y la experiencia, sean desplazadas gradualmente hasta la conformación del ciudadano capaz de participar, con derechos institucionales, como sujeto en las principales determinaciones de los procesos económicos.

Por tanto, si la empresa estaticular funciona porque mueve el interés de los trabajadores por las utilidades, lo aconsejable sería, aprovechando la experiencia acumulada en ese tipo de gestión económica, que el Estado se retirara de lo que en casi medio siglo fue incapaz de hacer funcionar y convirtiera esa peculiar forma de empresa en cooperativas, vendiéndola a los trabajadores para su gestión.

Ello significaría un aumento de los ingresos que hoy escapan al fisco, mayor interés por el mejoramiento de los servicios, disminución de los altos precios resultado de una mayor oferta, y una significativa disminución de los delitos comprobados por el equipo de Juventud Rebelde, con la consiguiente disminución del enorme y creciente ejército de inspectores.

Mientras el Estado, por su parte, podría concentrarse en las empresas estratégicas del país y en la macroeconomía. Sería además, un paso decisivo en la democratización de la economía, sin la cual la crisis de la producción y los servicios no tendrá solución.


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