Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Anticastrismo, Exilio, Lucha

Efemérides de la Contrarrevolución Cubana

Hoy muchos líderes insiliares del anticastrismo tardío salen a planificar y vocear acciones en el exterior, pero regresan como si nada a la patria para ejecutarlas porque el tardocastrismo sabe muy bien que son y serán meras acciones de relaciones públicas

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El 3 de octubre de 1974, Miami News reportó que el militante anticastrista Luis Crespo había sido arrestado en su casa y tendría que permanecer en prisión, ya que su fianza subió de 10 mil a 100 mil dólares por orden el juez federal Arden Sigendorf. Esta movida judicial —tachada de inhumana por el abogado Melvin Greenspan— trajo su causa de que el coacusado Humberto López, también bajo fianza, había pasado a la clandestinidad y grabado para Miami News y la radioemisora hispana WFAB que se convertía en fugitivo para “continuar la guerra contra Fidel Castro como miembro del Frente de Liberación Nacional de Cuba (FLNC)”.

De frente y luchando

Crespo y López estaban a la espera de sentencia por posesión ilegal de explosivos, luego de que el 20 de marzo estallara entre sus manos —en el garaje de una casa [2344 SW 16 Calle] de La Pequeña Habana— una bombita de C-4 que iban a poner dentro de un libro ahuecado. Crespo perdió su mano derecha y dos dedos de su mano izquierda. Como prótesis de la primera recibió un gancho de metal. López sufrió la pérdida del ojo izquierdo y tres dedos de la mano del mismo lado, así como lesiones en la garganta y un hombro.

A diferencia de la diarrea actual de directorios e institutos, fundaciones y observatorios, frentes y uniones, foros y mesas, estados de no sé qué cosa y partidos de no sé qué más, el FLNC no recibía nada de agencias o pantallas del gobierno americano. Ni siquiera de la CIA. A pesar de la bancarrota marcada ya por el fracaso del Plan Torriente, todavía parte del exilio daba dinero de su bolsillo para continuar la guerra perdida contra Castro.

La lógica del FNLC radicaba en que sólo la insurrección popular era el medio adecuado para liberar a Cuba, pero su método para la (contrar)revolución política se tachó de terrorismo tanto por la dictadura de Castro como por el gobierno democrático americano. El FNLC emprendió sus acciones asumiendo que los pesqueros cubanos cerca de Bahamas eran barcos espías de Castro. Atacaron dos el 10 de octubre de 1972, otro el 28 de enero de 1973 y dos más el 3 de octubre de 1973. Como las autoridades de aquellas islas reforzaron entonces el patrullaje, el FLNC detonó una mina contra el barco bahamés Mareghan II en el río Miami.

Y llegarían a más. Su rima de bombazos contra sedes diplomáticas de Castro (Ciudad México, Mérida, Kingston, Londres, Madrid, París…) se extendió al consulado dominicano en Miami y otros objetivos en USA, incluso oficinas federales, luego de ser extraditado López desde Santo Domingo. El FBI apretó las clavijas y desarticuló al FNLC hacia la primavera de 1977.

Hoy como ayer

El FNLC basó su acción en la misma premisa de la invasión por Bahía de Cochinos (1961) y la guerra civil (1960-65): el pueblo cubano mayoritariamente anticastrista, pero la falta de masa militante en el insilio no pudo compensarse con explosiones y disparos planificados en el exilio. La (contra)revolución por esta vía terminaría apagándose, pero aquella premisa sigue vigente en el anticastrismo tardío que no ejerce la crítica de las armas, sino que apunta el arma de la crítica mediática contra un régimen a prueba de tales ataques, pues no tiene interés en sacar lecciones de la letanía de sus maldades y sí tiene pleno conocimiento de que quienes apoyan la crítica adolecen de hipocresía en la pose o de impotencia para la acción efectiva.

Otra diferencia estriba en que los militantes del FNLC no salían de gira por el exterior ni asistían a eventos ni publicaban libros sobre sí mismos ni se consumían en adelantar qué iban a hacer. Salían en los medios después de los hechos porque eran contrarrevolucionarios; no eran contrarrevolucionarios, como suele ocurrir ahora, porque salen en ciertos medios.

El FNLC salió a relucir hasta en una sesión del subcomité del Senado de USA, el jueves 6 de mayo de 1976, sobre el terrorismo en Miami. Allí y entonces afloró también otra clave aún vigente de la dialéctica cubiche revolución-contrarrevolución. El investigador principal del subcomité, Alfonso Tarabochia, comentó que “cada vez que un grupo anti-Castro actuaba contra Castro, este no sólo ganaba, sino que parecía tener ventaja de antemano”. El teniente Thomas Lyon, del Departamento de Seguridad Pública del Condado Miami-Dade, aclaró: “Key figures in certain of the anti-Castro terrorist organizations were in reality Castro infiltrators”.

Puesto que el tardocastrismo mantiene el listón de la oposición pacífica a la altura de la misión imposible de ganarse al pueblo sin enterarse la Seguridad del Estado, quizás el anticastrismo tardío debía buscar la solución homeopática de infiltrarse en el Partido y el Gobierno. Sólo que esto exigiría el sacrificio de no recibir ayuda de fuera ni salir en los medios hasta después de consumarse los hechos.

Halcones y palomas

El FNLC derivó esencialmente del grupo exiliar Halcones Dorados, cuyo pasatiempo básico no era redactar proyectos ni aparecer en radio o televisión, sino entrenarse en paracaidismo. Antes que dar quejas y más quejas por la represión del FBI, la Aduana, la Guardia Costera y otras agencias de USA, trataban más bien de eludirla para llevar a cabo acciones contra Castro. Hoy muchos líderes insiliares del anticastrismo tardío salen a planificar y vocear acciones en el exterior, pero regresan como si nada a la patria para ejecutarlas porque el tardocastrismo sabe muy bien que son y serán meras acciones de relaciones públicas.

Apenas dos semanas después del accidente en el garaje, las familias de López y Crespo habían recibido ya más de $12.300 en efectivo. Las donaciones siguieron llegando en cheques y por otros medios. La oficina del juez Sigendorf se inundó con telegramas a favor de ambos, entre ellos uno del entonces alcalde de Miami, Maurice Ferrer, acerca del good character standing de López y Crespo. Sólo que el tiempo pasó y los halcones se fueron poniendo viejos.

Todavía hacia 1980 Crespo, en libertad condicional desde 1978, pudo congregar a numerosos exiliados frente al ayuntamiento de Miami [Foto]. Ese mismo año, el futuro líder del Directorio Democrático Cubano [1], Orlando Gutiérrez-Boronat, escribía al simpatizante del FNLC Tony de la Cova: “Aquí, en esta cantera que se llama Dignidad, nosotros, los hombres nuevos, estamos reemplazando a los viejos combatientes cansados”. Así mismo escribió a Guillermo Novo, militante del Movimiento Nacionalista Cubano (MNC), que había llegado “la hora de que nosotros, los jóvenes, lleváramos adelante la guerra”.

Sin embargo, Gutiérrez-Boronat no mencionaría siquiera una vez al FNLC ni al MNC en su tesis de doctorado sobre el nacionalismo cubano en el exilio (Universidad de Miami, 2005). En esta cuerda bailan hoy hasta tesis —con investigación dentro de la Isla y todo— sobre los proyectos políticos emergentes en Cuba y el discurso de la resistencia. En la misma cuerda, pero del otro lado, bailan los cubanos residentes en USA que este 27 de septiembre fueron a la embajada de Cuba en Washington a guataquear al canciller cubano Bruno Rodríguez Parilla y reportaron esa unidad por Cubadebate como “dulcísimo misterio”.

Coda

Nada hay de misterio y menos aún de dulzura en que cierta gente que dejó aquello allá para mejorar sus vidas aquí vayan a sostener al gobierno que impide a los demás cubanos mejorar las suyas allá. Como tampoco lo hay en que cierta gente no deje aquello allá porque dicen que van a salvar la patria con ayuda del gobierno de aquí. Para pícaros y habilidosos ya tuvimos bastante con Fidel Castro, quien al menos salió por primera vez en la prensa de USA después de atacar un cuartel [2].

Notas

[1] En el año fiscal 2008, el Directorio Democrático Cubano [Número de Identificación Fiscal 65-0661049] declaró ingresos por subvención de $2 645 291 y al año siguiente, de $2 313 114. Sus gastos en salarios sumaron más de $800 mil en ambos casos. Dizque la Fundación Nacional por la Democracia (NED) viene otorgando $650 mil anuales al Directorio Democrático Cubano.

[2] “56 Reported Killed in Cuban Rebellion”, The New York Times, 27 de julio de 1953, 1.


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