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Exilio, Miami

El mercado negro de pesos cubanos convertibles en Miami

Veinte años después que comenzó a circular, el CUC parece ser que comienza a dejar de ser un simple “chavito” y mucho menos un “billetito de monopolio”

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Un vendedor ambulante entra en una oficina de la calle 40 del suroeste de Miami y dice a media voz: “Vendo aguacates a dólar”. Y agrega, más bajito: “También acepto CUC (peso cubano convertible)”. El rumor es cierto. En el sur de Florida se ha creado un mercado negro de la única moneda convertible cubana, la que los exiliados son obligados a usar cuando visitan la Isla y que sus familiares allí tanto necesitan.

“A mí tanto me da que me paguen en una u otra moneda. Siempre voy a lograr cambiar los CUC porque hay mucha gente buscándolos”, explica el vendedor, que no quiso identificarse.

El hombre, ya pasado largamente los 60 años, de piel curtida por el sol tras años vendiendo en las esquinas o en los semáforos, explica que tuvo esa idea hace unos meses cuando una clienta quiso comprarle naranjas y al abrir la cartera descubrió que solo tenia un par de CUC. “Me preguntó si me molestaba y yo dije que no. Después descubrí que otros vendedores también los aceptan”, agrega.

Los CUC no tienen circulación legal en Estados Unidos. Son una moneda meramente interna cubana, pero están apareciendo un poco por todos lados en Miami, traídos por los viajeros frecuentes a la Isla que, a todas luces, o piensan volver pronto o quieren venderlos a otros que piensan viajar.

En el ínterin, el mercado informal parece ser la forma natural de hacerlo circular bajo el radar.

“El CUC, con una circulación limitada en Miami, no va a influir de forma notable en la economía cubana, y mucho menos en la de esta ciudad, pero sí ejemplifica el aumento de los viajes de los exiliados o inmigrantes”, afirma el analista cubanoamericano Alejandro Armengol.

Y los viajes son una tendencia creciente de los cubanos, principalmente desde que la Casa Blanca levantó las restricciones a los exiliados en 2011.

“Si uno viaja a Pekín, por lo general cambia en el aeropuerto los yuanes (moneda local) que no ha gastado, porque no piensa volver pronto. Pero es posible que si regresa de un viaje a Madrid se quede con los euros en el bolsillo, para utilizarlos en el próximo viaje a Europa. Esto es prácticamente lo mismo, pero la moneda sólo circula en Cuba, no se puede canjear en Estados Unidos”, agrega Armengol.

Al no tener curso legal en Estados Unidos, más allá de este mercado restricto en Miami, el CUC solo tiene una función muy específica, está alimentando la economía informal en un sector de la sociedad porque, más allá de servir para comprar informalmente frutas y verduras, botellas de agua fría o pequeños productos, no es aplicable a los servicios porque su uso no tiene como reflejarse en los impuestos.

“Si se trata de un individuo que por cuenta propia cambia dólares por CUC, yo diría que es un cambio de moneda a riesgo personal. Pero si estamos hablando de negocios establecidos que tienen que pagar impuestos y aceptan esta moneda sin ningún tipo de valor en el mercado, ni pueden depositarla en un banco porque es un billete interno de Cuba, habría que ver como prepara su reporte de impuestos (el vendedor) porque si omite estas transacciones, la pregunta seria si no se trata de lavado de dinero o evasión de impuestos, y ambas van cogidas de la mano”, explica el director ejecutivo de la Cámara de Comercio Latina de Estados Unidos (Camacol), Luciano García.

Posible tráfico de capital

Los riesgos son muchos, no solo de llamar la atención de las autoridades de Hacienda como de los falsificadores de moneda. “Si esto se convierte en una epidemia, me imagino que Hacienda y otras agencias del Gobierno tendrán mucho trabajo. Pero me inclino a pensar que estos traficantes de CUC tratarán de mantenerse bajo el radar y, lógicamente, aparecerán los falsificadores, porque si lo hacen con el dólar, ¿cómo van a escapar los ‘chavitos’ cubanos?”, agrega García.

Por otro lado, el surgimiento del CUC en el sur de Florida indica también un cambio en las inquietudes y dependencias en la comunidad exiliada.

“La paradoja es que ahora en Miami comienza a circular el CUC como moneda de cambio, pero como parte de un fenómeno de signo contrario: la penetración de una economía muy débil en otra mucho más fuerte. En ambos casos hay una palabra clave: dependencia. Pasamos de la dependencia entre empresas y gobiernos antes de 1959 (triunfo de la Revolución Cubana) y la dependencia ahora entre parientes y familias viviendo en ambos lados del estrecho de Florida”, explica Armengol.

En su opinión, “lo significativo aquí es que la reforma migratoria cubana de este año, ha transformado las inquietudes de los viajeros. Antes, la preocupación principal eran el permiso de salida, la carta de invitación y las prórrogas. Ahora es cómo estirar más el dinero, los CUC. Evitar el pago de la tasa de compra (en Cuba) representa un ahorro sustancial. Así que un familiar los consigue en Miami, para usarlos en Cuba. No es algo que repercuta con intensidad en la economía nacional, pero sí que puede contribuir a la doméstica, y por supuesto que ambas están conectadas”.

En Cuba, el CUC circula en monedas de 1, 5, 10, 25 centavos y 1 y 5 CUC. Y en billetes de 1, 3, 5, 10, 20, 50 y 100 CUC. En Miami, hasta ahora, solo se han detectado billetes de baja denominación.

El CUC tiene su antecedente en los llamados “chavitos”, el rojo y el verde, dos monedas creadas en Cuba en la década de los 80, amparadas la primera en el rublo soviético y la otra en el dólar estadounidense, pero inaccesibles al cubano.

A partir del 13 de agosto de 1993 cuando los cubanos fueron autorizados a portar divisas, las autoridades acabaron con los dos “chavitos” y crearon el CUC que comenzó a circular junto al Peso Cubano. Al principio los cubanos comenzaron popularmente a calificar los “chavitos” de “billetitos de monopolio”. Ahora, 20 años después que comenzó a circular en la Isla, el CUC parece ser que ha dejado de ser un “billetito” y mucho menos de monopolio.


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