Actualizado: 18/04/2024 23:36
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Cuba

Crónicas

El misterio es real

Con la publicación de 'Ismaelillo', desapareció de la escena el hijo de José Martí. ¿Por qué?

Comentarios Enviar Imprimir

Para Lezama, Martí es "ese misterio que nos acompaña". Para Cabrera Infante, en una crónica de 1953, es "la conciencia nacional". En cierto modo, la misma idea. Pero ambas, la de Caín y la de Lezama, son metáforas. En el caso del hijo de Martí no hay metáfora. El misterio es real.

Se sabe que existió, y deducen que se llamó Ismael. Nombre que sacan del famoso libro de versos Ismaelillo, que Martí escribió por y para él. Eso es todo. Con la publicación de este libro (famoso por sus aportes formales a la renovación de la poesía de su tiempo), desaparece de la escena el misterioso hijo de José Martí.

Por lo que haciendo la "cola" del pollo, oí yo el otro día que había desaparecido siendo niño. El pobre, vivió en una época en que la tuberculosis andaba al galope por el mundo sin respeto para nadie. E Ismael, solo por ahí, con una madre de la cual no podía ocuparse Martí, por estar también pasando hambre allá por Nueva York, metido en sus trajines para la independencia, sucumbió. Imagínense, el hambre y la tuberculosis juntas.

Otro de los que seguían agregándose a la conversación en aquella cola en la que tenía delante unas cien personas, mencionó la fiebre amarilla, que también hacía de las suyas en aquellos tiempos. Y otro lamentó: "Tuberculosis o fiebre amarilla, el caso es que Martí no dejó descendencia".

"Tampoco así", dijo ofendida una maestra jubilada que es del Partido. "La descendencia somos nosotros, que somos más de once millones, más todos los cubanos del porvenir".

Entonces, otro que escuchaba un par de metros más allá, llegó con noticias. Ese muchacho, Ismaelillo, "se había gozado". Incluso, teniendo diecisiete años, peleó en la toma de Victoria de las Tunas, al mando del mayor general Calixto García, y terminó la guerra de Independencia con grados de coronel.

"Entonces hizo más que el padre", observó el que había mencionado la fiebre amarilla, "porque el padre no vino a la Guerra de los Diez Años, aunque edad de sobra tenía para haberla cogido a la mitad.

La señora del Partido alegó que Martí no vino a esa guerra porque la daba por perdida, por eso se había quedado allá afuera preparando la siguiente, que es en la que (cosa para ella nueva) habría estado Ismael.

Pasaban ya de veinte los participantes en aquel forum de la adivinación sin que se supiera qué pasó después con Ismael, cuando un anciano recién llegado que vestía de blanco aportó algo. Por lo que de pequeño oyera en su casa, todavía en el año '40 vivía el hijo de Martí. Y su nombre no era Ismael. No podía asegurarlo, pero le parecía haber oído que no era Ismael.

Lo que no entendía, seguía diciendo el anciano, era que en Cuba no se le mencionara. Mucho cariño para María Mantilla, la hija supuesta, pero ni una señita para el hijo legítimo. Y en el pasado, igual. ¿Por qué? Que él supiera, no ocupó cargos gubernamentales, ni lo había visto después mencionado en listas de enriquecidos, fuera en la política o haciendo de abogado de compañas imperialistas.

"Tal vez, viendo el desastre en que terminara la república salida del sueño de su padre, se refugió en la soledad asqueado de la política", comentó una teniente coronel.

"No era para menos", abundó una joven estudiante. "Paga el padre esa república con la vida en la manigua; a la madre, acá en la Isla, le cuesta vivir de viuda casi desde su casamiento mismo, aun cuando Martí no hubiera muerto, y el pobre Ismael o como se llamara, ha tenido que pagar eso con una infancia desdichada viendo a la madre sufrir y extrañando a un padre que casi no conoció. Fotos probablemente y muchas cartas. Yo tampoco me habría interesado en la política".

"Bueno, pero ahí estaba el Partido Comunista, que le hubiera devuelto su fe en la humanidad", dijo la maestra, lamentando oír a una joven expresarse en esos términos.

El que había hablado de la fiebre amarilla no la dejó seguir.

"Ismael —precisó— no estaba obligado a saber lo que era el comunismo. Además, tal vez conociera un artículo en el que Martí trapea el suelo con el socialismo. Búsquelo en sus Obras Completas".

"Sí, también Martí tuvo sus limitaciones", admitió disculpándolo la maestra.

Haciendo suyo aquel nuevo dato, la improvisada joven abogada de Ismael comentó: "En ese caso, por qué no suponer que un día el Partido le tocó en la puerta y él le dijo que no, o que siguiendo las ideas de su padre, pudo incluso haber hecho declaraciones contra el socialismo y ahora, por muy coronel de la guerra que haya sido, las está pagando".

Suposiciones a un lado, a estas alturas se sabía allí que el palacete que hoy ocupa el Centro de Estudios Martianos había sido la casa del hijo de Martí hasta su muerte, pero que él no lo compró, que era de su señora, una mujer muy rica cuyo nombre nadie en la cola conocía.

Tampoco el nombre de él, caso de que no se llamara Ismael, pudo saberse, ni qué sucedió, qué hizo ese coronel con su vida, fuera de casarse con esa señora rica, entre su participación en la toma de Las Tunas en la guerra del '95 y el día de su muerte. Es decir, si tales datos fueran ciertos, como le decía a la teniente coronel un gordito, alegando que, si lo fueran, por qué tanto silencio.

Yo, que los oía, qué podía decir. Sé del misterio del padre, porque lo siento en mí, porque me acompaña, pero del misterio del hijo no tengo la menor idea.


Los comentarios son responsabilidad de quienes los envían. Con el fin de garantizar la calidad de los debates, Cubaencuentro se reserva el derecho a rechazar o eliminar la publicación de comentarios:

  • Que contengan llamados a la violencia.
  • Difamatorios, irrespetuosos, insultantes u obscenos.
  • Referentes a la vida privada de las personas.
  • Discriminatorios hacia cualquier creencia religiosa, raza u orientación sexual.
  • Excesivamente largos.
  • Ajenos al tema de discusión.
  • Que impliquen un intento de suplantación de identidad.
  • Que contengan material escrito por terceros sin el consentimiento de éstos.
  • Que contengan publicidad.

Cubaencuentro no puede mantener correspondencia sobre comentarios rechazados o eliminados debido a lo limitado de su personal.

Los comentarios de usuarios que validen su cuenta de Disqus o que usen una cuenta de Facebook, Twitter o Google para autenticarse, no serán pre-moderados.

Aquí (https://help.disqus.com/customer/portal/articles/960202-verifying-your-disqus-account) puede ver instrucciones para validar su cuenta de Disqus y aquí (https://disqus.com/forgot/) puede recuperar su cuenta de un registro anterior.