Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Escenarios, Predicciones, Protestas

Escenarios probables para el 20 de noviembre

Cada uno de estos escenarios se puede multiplicar por cuantas variables se pueden introducir

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En una entrevista en 1932, el escritor británico H. G. Wells pidió la creación en las Universidades de departamentos del pronóstico para las ciencias. Presagiaba así, como en muchas cosas, el desarrollo de la futurología y/o la creación de escenarios.

Es concretamente a mediados de los años cuarenta del siglo XX, cuando las primeras instituciones de consulta profesional para pronósticos, como la Corporación RAND, comenzó a participar en la planificación de largo alcance. Observaba la tendencia sistemática, el desarrollo de escenarios, y la visión de futuro, primero en relación con la Segunda Guerra Mundial y, a partir de la década de 1950, en instituciones privadas y las corporaciones.

En el periodo de fines de 1940 hasta mediados de 1960 se sentaron las bases conceptuales y metodológicas para la creación de escenarios futuros. El arte de la conjetura, de Bertrand de Jouvenel en 1963, e Inventar el futuro de Dennis Gabor, en 1964 se consideran los principales trabajos clave, y el primer curso universitario en Estados Unidos dedicado enteramente al futuro fue impartido por Alvin Toffler, en 1966.

Tofler escribió posteriormente, en 1980, La tercera Ola, un libro de ruptura de paradigmas e imposición de las nuevas tecnologías, que inspiró a Samuel P. Huntington en La tercera Ola de la Democracia, 1993.

Sin embargo, la futurología, es un término endilgado a los no profesionales. El término es idea del profesor alemán Ossip K. Flechteim, quien lo propuso en la década de los cuarenta como una nueva rama del conocimiento que incluiría la nueva ciencia de la probabilidad. En castellano, las instituciones y los académicos prefieren hablar de Creación de Escenarios.

Los escenarios

Sin la enjundia de los académicos citados, y con las herramientas del Dr. Roberto Gonzáles Gómez (2006†), profesor en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales, nos asomamos a la mega manifestación prevista para el 20 de noviembre de 2021 (20-N). Ese acto público, muestra del rechazo a la dictadura, es convocado por la oposición democrática, y apoyado por el exilio. Puede definir el curso histórico de la nación cubana, toda vez que la inflexión en una dirección u otra de los sucesos de ese día, indicará el futuro.

He aquí los posibles escenarios:

Primero. Al ver la fortaleza de la convocatoria la dictadura decide adelantarse y arrestar a los principales líderes, en un intento de descabezar la protesta. Se llevan a cabo juicios sumarios, y los líderes son encarcelados con largas condenas. Este es el peor de los escenarios posibles, para la transición a la democracia. Trae consigo parálisis, el pánico y el desánimo entre las fuerzas opositoras y la sociedad civil. Pero por otra parte también radicaliza a las fuerzas del cambio dentro de la oposición.

Segundo. Las manifestaciones no son permitidas. Son detenidas miles de personas. Arrestados los principales promotores dentro de sus casas y se instaura el estado de sitio en todo el país. Este escenario, tan terrible como el anterior, tiende a radicalizar las protestas y a ralentizar el proceso. Pero es evidente que tanto en este como el anterior la presión que recibirá la dictadura desde el interior y el exterior, podrá no ser soportada por su élite.

Tercero. El gobierno no hace pública su decisión sobre la convocatoria a la marcha con el fin de ganar tiempo, mientras negocia con la Iglesia Católica en Cuba, la embajada de la Unión Europea, u otros países para desterrar a jóvenes líderes del movimiento, a través de becas de estudio en el exterior o investigación de proyectos. Este es un escenario peligroso y sutil, pues trata de desmovilizar a las bases del movimiento, con la partida al exterior de sus jóvenes líderes. Esta misma desarticulación la sufrió la sociedad civil entre 2014 y 2018, cuando los “principales líderes” opositores emigraron a Estados Unidos de manera casi imperceptible.

Cuarto. Las marchas son permitidas, pero a la vez son penetradas por provocadores que la revientan por dentro, creándose incidentes que permiten la intervención de la policía y la porra comunista. Este es un escenario medio de un proceso de cambio. Indica división dentro de la dictadura, y si la sociedad civil logra tener control sobre estos eventos significa un aumento de su madurez, y organización.

Quinto. Todo va con normalidad, las autoridades aceptan la marcha y ocurren sin incidentes importantes de ambos lados. Este es el mas favorable de los escenarios. Significa que, dentro del gobierno, la tendencia renovadora tiene peso y es posible intentar un dialogo nacional. También que dentro de las fuerzas prodemocráticas hay un equilibrio, que permite ese diálogo.

Debemos entender que cada uno de estos escenarios se puede multiplicar por cuantas variables se pueden introducir. Señalemos la importancia de “futuros alternativos”, en vez del “futuro monolítico”, además de las limitaciones de predicción, y la probabilidad, contra la creación de futuros posibles y preferibles.

Coda

Cada dirección del Ministerio del Interior, tiene un departamento encargado de análisis y a su vez cada uno de los oficiales crea su plan operativo, en dos líneas fundamentales: justificativos (el evento es positivo y se justifica) y acusativos (es negativo y hay que acorralarlo).

Para el 20-N y producto de la profunda huella dejada por el 11-J, trabajarán previamente en estrecha colaboración el Ministerio del Interior (MININT), Fiscalía General de la República (FGR), el Ministerio de Justicia (MJ), el Departamento Ideológico del partido comunista de cuba (DIPCC), y otras dependencias del estado. Eso abre infinitamente el nivel de escenarios probables a partir de micro hechos que pueden marcar la diferencia. Como por ejemplo liberar presos comunes, en los días previos a la marcha.

A partir de aquí ¿cuántas especulaciones se pueden establecer?


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