La razón de la sinrazón

El general Raúl Castro fue contra sus propios actos cuando en la reunión del Movimiento de Países No Alineados, celebrada la pasada semana en La Habana, dijo que su gobierno no tiene que hacer gestos para que Estados Unidos levante el embargo a la Isla.

En una ristra de razones, Castro alegó que no es La Habana la que mantiene una base militar en territorio norteamericano en contra de la voluntad de los estadounidenses, por tanto, Cuba no tiene que hacer gestos, afirmó.

Con voz más ronca de la acostumbrada, el general renegó del gesto por gesto, e hizo recaer unilateralmente el desembargo sobre la administración Obama, lo que a juicio de entendidos, tal vez descarrile, como en anteriores ocasiones, una locomotora a punto de echar a andar con sus ruedas oxidadas.

Una fuente muy confiable dijo a CUBAENCUENTRO.com: "Estamos en presencia de dos planos lingüísticos, y el general Castro, o mejor dicho, su hermano mayor, está llevando al presidente Obama a un horizonte paradigmático incongruente".

Según agregó la misma fuente, "en esta unidad de la lengua se plantean relaciones de sustitución poco menos que imposibles, por su nivel y por su clase formal. Ellos dicen que están dispuestos a hablar de todo, respetando la soberanía, la no injerencia en los asuntos internos y la autodeterminación. En nombre de la ciudadanía, de la no injerencia y de la autodeterminación, es que se violan los más elementales derechos humanos en Cuba".

Al respecto, alguien con experiencia en relaciones internacionales declaró a esta publicación: "Están invitando al presidente a ir de caza donde sólo existen especies en extinción, pero no creo que el señor Obama dispare sobre vedado".

Este fin de semana, CUBAENCUENTRO.com entrevistó a varios intelectuales, científicos, militares, "comunistas convencidos" y religiosos de diversas filiaciones, y al líder disidente, Elizardo Sánchez Santacruz.

Las respuestas de todos conforman un axioma: en el siglo XXI hablar de soberanía nacional en las negociaciones entre Estados es un anacronismo, y puesto que después de la familia, la primera unidad social de un país es el municipio, a partir de esas células madres y hasta el más alto nivel del Estado, urge dotar a la sociedad civil cubana de autodeterminación y no injerencia en los asuntos de sus individuos. Solo así Cuba se encontrará legitimada para negociar como nación soberana con cualquier país.

A pesar de la unidad de criterios de personas con credos tan diferentes, una paradoja acogota a casi todos los ciudadanos, incluso a los llegados de Miami que quieren continuar visitando la Isla: una cosa dicen en la calle y otra puertas adentro.

Por lo pronto, este primero de mayo, mientras los operadores de las combinadas cañeras trabajaban turnos de 12 horas, el general Raúl Castro, vestido como un campesino en un día de fiesta, observaba el desfile, y alguien paseaba un cartel por la Plaza de la Revolución, instando a Obama a quitarse la sal de encima y no oprimir a ningún pueblo. Ya lo dijo la Celestina: si no la he ganado con la lengua, no la he perdido con la intención.

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