Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Sociedad

Lo que saca a flote el remolino

Ni en los más hambreados años de Machado, ni en los días más crueles de Batista, la gente humilde delinquió en masa.

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Como un ciclón de fuerza cinco, por su poder demoledor, han catalogado las medidas contra la corrupción y el delito que hoy se aplican en Cuba. Pero es un calificativo exagerado. Esta nueva escaramuza del régimen no representa sino un pequeño remolino, útil, en todo caso, para que salga a flote parte de la mucha basura amontonada por otro ciclón, el verdadero, que nos azota desde hace casi medio siglo.

La razón que no tiene conciencia de sus propios límites es una débil razón, nos advirtió Pascal. Y he aquí el caso. Realmente si fuese necesaria una prueba, una más, del naufragio de esto que todavía llaman la revolución, bastaría con echar una ojeada a las nuevas medidas, a la forma de aplicarlas, a sus causas.

Siempre hubo pobres en la Isla. Siempre fueron muchas las personas cuyos ingresos no alcanzaban para satisfacer necesidades de primer orden. También existieron siempre —aunque quizás no en cifras tan alarmantes como las actuales— menesterosos, excluidos, vagos, indigentes, rastrojos sociales. Mas, lo nuevo, lo que no halla antecedentes en la historia de la familia cubana, es esta opción por el delito que hoy nos marca como norma común de supervivencia.

"Pobres pero honrados". Podría decirse que sobre este lema fue fundada nuestra nacionalidad, al menos en lo que respecta a los pobres. Ni en los más hambreados años de la dictadura de Machado, ni en los días más convulsos y crueles de Batista, la gente humilde de esta isla delinquió en masa como lo hace ahora. Es que ni siquiera en los tiempos perversos del dominio colonial.

La corrupción, la falta de decencia como práctica generalizada y sistemática eran cotos casi exclusivos de los políticos, de los poderosos, pero al hogar humilde de Cuba jamás podía llegar alguien con un producto robado entre las manos, sin que se le exigieran las correspondientes explicaciones y el reparo.


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