¿Qué hacer en las próximas elecciones?

Creo que este 26 de marzo, cualquier cosa que se haga, menos votar por todos, en la casilla del voto unido, será válido si lo que se quiere es dejar claro el deseo de cambios del votante, sean cambios parciales o totales.

En esto todos podemos coincidir. Ahora, desde mi punto de vista particular, que no creo tenga que ser el de todos, recomiendo el siguiente orden en las opciones, en base a lo efectivas que puedan ser en dejar claro el hastío, el deseo de cambios reales, de no de más consignas y palabrería, que casi todos tenemos.

1 No ir a votar. Quedarte en tu casa, o irte a la playa, a jugar dominó, al Malecón o a las peleas de gallos.

2 Si por miedo a perder tu trabajo, tus estudios, o tu negocio, te ves obligado a votar, pues escoge uno de los candidatos, uno solo, y dale tu voto.

3 Anula o deja en blanco.

Propongo votar por solo uno por encima de anular o dejar en blanco, porque ello puede conducir, si el suficiente número de votantes lo hacen, a que algunos no obtengan el número de votos necesarios para salir electos. Téngase en cuenta que los únicos votos válidos, que se tienen en cuenta en el conteo, son los que han sido votados por uno, por varios, o por todos. El voto en blanco, por ejemplo, no se tiene en cuenta, y por demás es muy fácil coger las boletas en blanco y marcar después con una x en la casilla del voto unido. Algo que es un poco más difícil hacer con las boletas en que solo se ha escogido un candidato, para darle nuestro voto, porque en ese caso habría que marcar todas las demás casillas junto a los nombres, lo que resultará muy sospechoso para quien después revise las boletas, ya que cualquier elector puede ahorrarse el trabajo de dejar tantas x como candidatos haya en la boleta, con simplemente usar la casilla del voto unido.

Imaginemos que en el distrito electoral de Díaz-Canel en Santa Clara, o en el de Lazo, en Arroyo Naranjo, más del 50 % de los que votaron por alguien, o por todos, no lo hagan por ellos. Imaginemos que en muchas circunscripciones, sobre todo en las que se ubican candidatos nacionales, se hiciera esto, y los candidatos menos conocidos, o menos queridos, no obtuvieran el número de votos suficientes.

No obstante, sin duda también demostraría el alto grado de inconformidad, y las trampas del mecanismo electoral cubano, el que pese a que se depositara en urnas un elevado número de boletas en blanco, o anuladas, todos los candidatos resultaran electos.

Por tanto, más allá de lo que a mí me parezca mejor, o más efectivo, repito lo dicho al principio: mientras no se llame al Voto Unido, a votar por todos, se está haciendo algo para expresar el gran nivel de inconformidad actual. En este sentido, creo que el trabajo en redes, para convocar a los inconformes, debe enfocarse en cada distrito o circunscripción aparte, porque en cada uno hay especificidades que pueden, y deben ser explotadas. En algunos distritos y circunscripciones, donde habrá en boletas candidatos tan visibles como Díaz-Canel, y Lazo, debe seguirse el orden propuesto aquí, porque una derrota de esos candidatos, o simplemente una votación del 50 %, desacreditaría la intención para nombrarlos a posteriori para cargos que únicamente deben someterse a votación de la Asamblea Nacional —en Cuba el Presidente solo debe someterse al voto de la ciudadanía de la circunscripción electoral por la cual se lo ha nominado a diputado, o sea, por menos del 1 % del electorado. En otras circunscripciones y distritos, como este mismo donde estoy, en que ambos candidatos son dos desconocidos, puede convocarse a los inconformes que se vean obligados a votar, a anular, o dejar en blanco.

En todo caso es algo que creo debería decidir cada grupo de trabajo, enfocado en cada circunscripción o distrito. Porque solo a ese nivel de especialización en el trabajo podrá obtenerse un resultado más contundente que el de las elecciones municipales de noviembre pasado.

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