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Sucesión

Castro y la 'banda de los cuatro'

Lecciones para 'talibanes': En la China post-Mao el sucesor designado fulminó a los más cercanos colaboradores del dictador.

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Algunos aseguran que la transición en Cuba ya ha comenzado, tras la lectura de la "Proclama" en la cual el Comandante en Jefe, Fidel Castro, cedió los poderes a su hermano Raúl. Otros afirman, casi de manera categórica, que ya está en marcha "el proceso de la sucesión".

Sin embargo, mientras Castro se encuentre vivo y conserve (aunque sean reducidas) sus facultades mentales, Raúl no podrá ejercer esos poderes a plenitud.

Los optimistas olvidan en sus pronósticos una frase clave en la delegación de poderes. La de que todo es "con carácter provisional". Además, la misma proclama impone límites y condiciones al pleno ejercicio del gobierno por parte de Raúl, pues en varios sectores tiene que hacerlo en coordinación con otros miembros del Buró Político, también provisionales, pero con tareas específicas delegadas por el Máximo Líder.

Sin capacidad ejecutiva

Resulta muy difícil imaginar a Fidel Castro completamente al margen de los asuntos de Estado y de gobierno mientras (según todo parece indicar) se recupera de la intervención quirúrgica.

Su hermano Raúl sabe perfectamente que Fidel, a través de su secretario personal Carlos Valenciaga, puede pedir cuentas directamente, por ejemplo, al presidente del Banco Central, Francisco Soberón, y si ha sido adoptada alguna decisión con la cual él no está de acuerdo, dar la orden de que se rectifique de inmediato. En el supuesto de que el asunto hubiese sido consultado antes con Raúl, éste último quedaría en una posición bastante incómoda.

O sea, mientras no se produzca la plena desaparición física de Fidel Castro, su hermano Raúl estará a cargo de los asuntos corrientes del Estado y del gobierno, pero sin capacidad de adoptar nuevas medidas.

El peligro en estos momentos es que Fidel Castro continúe perdiendo gradualmente sus facultades físicas y mentales y entonces se imponga el factor cercanía, el acceso directo al Jefe, como un elemento para transmitir nuevas órdenes y orientaciones. ¿Soportará Raúl esta situación? Es muy probable que tenga que hacerlo, pero salvaguardando sus huestes, para el momento de la desaparición física del hermano.

Ya después de leída la Proclama por Valenciaga, se dio el primer caso en la siguiente Mesa Redonda, cuando Randy Alonso dijo que había estado conversando con Fidel y transmitió al pueblo cubano nuevos mensajes acerca de su estado de salud y otros asuntos.

Las iniciativas y temas de las mesas redondas dependen tanto de Fidel Castro que los periodistas saben perfectamente que en muchas ocasiones se demora el cierre del diario Granma porque todavía el Comandante en Jefe (o en algunos casos puede ser Randy Alonso) no ha llamado por teléfono para comunicar cuál será el próximo tópico a discusión en ese foro televisivo. Como es conocido, esto siempre ocupa un recuadro en la primera página.


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