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Castro sigue alejado de la vida pública y sin aclarar si volverá al poder

El gobernante cumple este lunes 81 años en medio de discretas celebraciones.

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Fidel Castro cumple este lunes 81 años en medio de discretas celebraciones y confinado lejos del poder debido a una grave crisis de salud que le obligó a delegar sus funciones en su hermano Raúl y a una larga convalecencia.

Las autoridades no han convocado festejos, aunque el domingo Castro recibió elogios y dedicatorias de triunfos y actividades de jóvenes, escolares, ex combatientes y deportistas.

El anciano gobernante sigue sin aclarar si retomará sus funciones, aunque muchos dudan de su regreso y piensan que quizás asuma una posición honorífica.

"Una cosa es que se le consulten determinadas situaciones a Fidel, cuestiones importantes, como él dice, y otra es que él gobierne. Soy de los que piensa que en Cuba gobierna Raúl", dijo a la AFP Fernando Garzón, economista de 53 años.

Para el disidente Vladimiro Roca, "todo parece indicar que no vuelve más, la salud no lo acompaña a los 81". La opositora Martha Beatriz Roque sentenció: "Está totalmente terminado".

La analista Janette Habel, del Instituto francés de Altos Estudios de América Latina, opinó que "la solución del binomio es la mejor para asegurar la estabilidad del país, con Fidel en su papel de consejero y analista en el plano internacional y Raúl en la política doméstica".

"Creo que Raúl puede consultarlo, pero en asuntos muy críticos", consideró Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami.

El discurso de Raúl Castro, eterno número dos y ministro de las Fuerzas Armadas, el pasado 26 de julio, fue visto por algunos como la presentación de una especie de programa de gobierno, basado en "rigor, orden y disciplina", para elevar la producción y los salarios y resolver los problemas que agobian a los cubanos.

El ministro expresó por tercera vez a Washington su disponibilidad para un diálogo "en pie de igualdad" y habló de la necesidad de "ajustes estructurales" en la economía de la Isla.

Su hermano ha sido siempre reacio a la introducción de reformas y, en cuanto a Washington, advirtió menos de una semana después del discurso de Raúl Castro que nadie se haga "la menor ilusión" de que Estados Unidos "que lleva en sí los genes de su propia destrucción, negociará con Cuba".

"Fidel actúa como una especie de 'imán tropical' o 'ayatolá' que intenta poner los límites de lo que no permitiría hacer. A los 81 debería reflexionar y dar claro adiós a la vida política, porque sigue tratando de hacer más lento lo inevitable: las reformas", opinó el opositor socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa.

"Hoy Raúl es la única esperanza de cambio en Cuba", dijo el economista disidente Oscar Espinosa Chepe, citado por Reuters. "Pero hay sectores duros que no quieren cambios económicos, porque saben que son la antesala de cambios políticos", añadió.

A juicio de la analista Marifeli Perez-Stable, del Inter-American Dialogue de Washington, "Fidel lucha por su legado".

"¿Tendrá Fidel el futuro del líder chino Mao Zedong? ¿Será el fidelismo repudiado y Fidel venerado como su padre fundador? Eso, probablemente, preocupa hoy al Comandante", comentó.

Damián Fernández, de la Florida International University de Miami, opinó que está claro que Castro no vuelve, pero su opinión pesa.

"Está poniéndole el sello de aprobación a sus sucesores e intentando garantizar la supervivencia del régimen con el único recurso que le queda: su palabra", dijo Fernández, director del Instituto de Investigaciones Cubanas.

Los cubanos han ido posponiendo de fecha en fecha señalada las expectativas de una reaparición de Fidel Castro. Ahora muchos creen que el proceso electoral que culminará en el primer trimestre de 2008 será el momento que definirá los papeles del gobernante y de su hermano de cara al futuro de la Isla.