Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Disidentes recuerdan la represión de 2003 y demandan la libertad de los presos políticos

Varios opositores coinciden en que la excarcelación de los 75 está en manos de Fidel Castro.

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Miembros de la oposición interna y familiares de presos políticos recuerdan esta semana la oleada represiva lanzada por el gobierno cubano entre el 18 y el 20 de marzo de 2003, y los juicios sumarios en los que dos semanas después 75 disidentes fueron condenados a penas de hasta 28 años de cárcel.

Diferentes agrupaciones opositoras han anunciado que se sumarán a los actos que convoquen las Damas de Blanco —madres, esposas y familiares de los 75— con motivo de los cuatro años de encarcelamiento de sus allegados, reportó EFE.

Las detenciones de 2003 estaban "preparadas muy bien desde hacía rato, lo que pasa es que todo lo precipitó la guerra de Irak. Ellos pensaron que era su oportunidad, porque toda la opinión pública iba a estar pendiente de eso y no de nosotros", dijo Oscar Espinosa Chepe, miembro del grupo de los 75 excarcelado con licencia extrapenal en 2004 por motivos de salud.

A su juicio, había elementos como el Proyecto Varela, impulsado por el Movimiento Cristiano Liberación, que encabeza Oswaldo Payá, que generaban preocupación en el régimen.

El proyecto, presentado en 2002 ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, consiguió el respaldo de 25.000 firmas y pedía la convocatoria de un referendo para que los cubanos se pronunciaran sobre propuestas de cambios a favor de mayores libertades civiles, una amnistía para los presos políticos y la elaboración de una nueva ley electoral.

"Creo que hicieron eso (lanzar la represión) porque el pueblo cubano estaba perdiendo el miedo, la oposición cubana por primera vez había salido a explicarle un proyecto al pueblo", opinó la periodista independiente Miriam Leiva, miembro de las Damas de Blanco y esposa de Espinosa Chepe.

Para Leiva, otro motivo de alerta para el gobierno cubano fue la visita en mayo de 2002 del ex presidente estadounidense Jimmy Carter, quien habló en la televisión y en la radio "del Proyecto Varela y la gente empezó a interesarse".

Elizardo Sánchez Santacruz, líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional indicó que "el gobierno estuvo largamente acariciando la idea de aplastar el movimiento de derechos humanos y no tuvo la oportunidad".

"Esa crispación del gobierno fue creciendo con el aumento del movimiento, pero el factor catalizador fue el inicio de la guerra en Irak, porque la coincidencia (de fechas) fue total", señaló.

"Fue un error de cálculo, porque pensaban que la guerra de Irak iba a atraer toda la atención", agregó.

El socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa, de la coalición Arco Progresista, consideró que la razón fundamental de la oleada represiva fue que "el gobierno cubano se sintió saturado por el crecimiento rápido, coherente y consistente de la sociedad civil y quiso dar un manotazo".

"Poco a poco el gobierno cubano va a verse obligado a irlos liberando, porque no tiene ninguna justificación creíble para poder mantener a los 75 en prisión simplemente por un delito de opinión", consideró.

Por su parte, Sánchez Santacruz opinó que el futuro de los disidentes presos está ligado íntimamente al de Fidel Castro. "Si uno es excarcelado es por orden o con autorización o sin la oposición del comandante, porque estos, como otros, son presos del comandante", dijo.

Mientras Castro "esté a cargo" no habrá liberaciones masivas; "ahora, cuando él no pueda, otros mirarán el costo-beneficio de tenerlos en la cárcel", dijo.

Héctor Palacios, excarcelado en diciembre pasado también por razones de salud, coincidió en que quien puede determinar la salida de la cárcel de los miembros de los 75 es Fidel Castro.

Las liberaciones podrían producirse "más bien a mediano plazo, porque ahora mismo el país está paralizado", consideró.

"Todo dependerá de como marche la salud del presidente y, desgraciadamente, esa pude ser la cuerda que mueva a la gente", dijo.

Castro convalece desde finales de julio pasado de una cirugía intestinal que le obligó a delegar el poder provisionalmente en su hermano Raúl. Los opositores al régimen afirman que traspaso no ha traído mejoras en su situación.