El gobierno acusa a disidentes de recibir dinero de un aliado de Posada Carriles

Las autoridades cubanas acusaron este lunes a miembros de la disidencia interna de recibir dinero enviado por el anticastrista Santiago Álvarez, a través del jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos (SINA) en La Habana, Michael Parmly, informó la AFP.

Álvarez, un acaudalado empresario preso en Estados Unidos por posesión ilegal de armas, es considerado benefactor de Luis Posada Carriles, a quien el gobierno cubano acusa de graves actos terroristas.

El empresario "se las arregla para enviar dinero y ayuda material a mercenarios en Cuba, con el apoyo del jefe de la Sección de Estados Unidos en La Habana, el señor Michael Parmly", señaló la directora de América del Norte de la cancillería, Josefina Vidal, en conferencia de prensa.

Antes de presentar supuestas pruebas —básicamente correos electrónicos y llamadas telefónicas— sobre los vínculos entre anticastristas de Miami y dirigentes de la oposición interna, Vidal comentó que son las primeras evidencias que muestran la actuación de diplomáticos estadounidenses "como vulgares correos al servicio de un connotado terrorista de origen cubano".

Manuel Hevia, jefe del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado, fue el encargado de mostrar una serie de correos electrónicos entre Carmen Machado, de la Fundación Rescate Jurídico —que encabeza Álvarez—, Juan Carlos Fuentes, sobrino de la líder disidente Martha Beatriz Roque, y la propia opositora, que involucrarían a Parmly.

Entre los documentos presentados también aparece un agradecimiento del ex preso político Jorge Luis García Pérez (Antúnez) a Rescate Jurídico, por el envío de 200 dólares mensuales a través de Roque.

Hevia dijo que lo presentado forma parte de "una investigación que no ha concluido todavía", y que puede aportar nuevos elementos en las próximas semanas, aunque aclaró que en programas televisivos serán ampliadas las evidencias.

Santiago Álvarez fue condenado en noviembre de 2006 a cuatro años cárcel por posesión ilegal de armas, que "pretendía usar en acciones violentas contra Cuba", dijo Vidal.

"Resulta doblemente indignante y escandaloso" que diplomáticos estadounidenses "sirvan de emisarios y enlace entre un terrorista y mercenarios" en la Isla, afirmó la funcionaria.

"Cabe preguntarse si el gobierno de Estados Unidos, que ha declarado la lucha contra el terrorismo como piedra angular de su política exterior, tiene conocimiento de que su principal diplomático en La Habana colabora con un notorio terrorista", expresó.

Vidal descartó represalias por parte del régimen contra los diplomáticos estadounidenses, y dijo que La Habana espera "que sea el gobierno de Estados Unidos el que tome medidas para rectificar la actuación" de sus representantes en la Isla.

La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana respondió a las acusaciones afirmando que la ayuda que entrega a los disidentes en la Isla es humanitaria y sin "propósitos políticos".

"Esta ayuda no tiene ningún propósito político, sino que busca atender las necesidades cotidianas de las familias que están luchando para sobrevivir en el sistema actual", dijo en inglés un funcionario.

"Es política de muchos años de Estados Unidos proporcionar ayuda humanitaria a la gente cubana, específicamente a las familias de presos políticos que son tratados mal por su propio gobierno", y "permitimos que las organizaciones privadas" estadounidenses "lo hagan para bien", apuntó.

Parmly concluye en julio su misión en Cuba.

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