Actualizado: 02/05/2024 23:14
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Michael Parmly

El gobierno ataca al nuevo representante de EE UU en La Habana

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El gobierno de Fidel Castro enfiló este martes su artillería contra el nuevo jefe de la misión de Estados Unidos en La Habana, Michael Parmly, en un programa de la televisión oficialista, informó la AFP.

La entrada de Parmly, en septiembre pasado, "no ha significado para nada un cambio de la política de Washington" hacia la Isla, "por el contrario, significa un reforzamiento, por otros métodos y otras vías, de la política norteamericana contra Cuba", dijo el moderador del programa Mesa Redonda, Randy Alonso.

Tres canales de televisión y dos emisoras de radio, transmitieron la Mesa Redonda que calificó de "provocadoras y cínicas" las actividades del jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos. En Cuba todos los medios de comunicación están controlados por el gobierno.

El programa se emitió 10 días después de que Parmly rompiera el bajo perfil que había mantenido desde septiembre pasado, cuando asumió el cargo.

Su discreción inicial fue incluso reconocida públicamente por Castro, quien dijo que durante las negociaciones sobre asistencia por el huracán Wilma el funcionario norteamericano se había comportado de una manera "respetuosa".

Un comunicado de la cancillería cubana dijo al respecto el pasado 2 de noviembre: Parlmy "expresó que sentía realmente los daños causados al pueblo de Cuba por este huracán, y señaló que (…) en momentos como éstos no podíamos hacer otra cosa que ayudarnos unos a los otros".

El nuevo jefe de la Oficina de Intereses marcó incluso diferencias personales con su antecesor, el polémico James Cason, a quien el gobierno cubano llegó a bautizar como "el cabo Cason".

Pero el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, Parlmy convocó a la prensa internacional y los disidentes a una fiesta en su residencia, en la cual arremetió contra el gobierno de La Habana, acusándolo de "atropellar" los derechos de los 11 millones de cubanos.

"El régimen cubano no representa al pueblo, como tampoco tiene interés alguno en mejorar las condiciones de vida de éste. Por el contrario, el régimen está obsesionado con su propia preservación", afirmó.

También dijo que "la acción a menudo violenta de los grupos del régimen cubano, abalanzados con furia contra disidentes partidarios de la democracia, es particularmente repugnante".

"El régimen quisiera que pensáramos que estos llamados 'actos de repudio' frente a las casas de disidentes son espontáneos, (…) recurre a su versión moderna de las 'camisas pardas' nazis o de los miembros del Ku Klux Klan para realizar esta sucia tarea", manifestó el diplomático.

Después de este discurso, Parmly rompió también con su silencio y concedió varias entrevistas a medios internacionales de prensa, cosa poco usual en los diplomáticos norteamericanos en La Habana.

"Se llevaron al cabo Cason y nos dejaron al sargento Parmly", dijo el director del diario oficialista Granma, Lázaro Barredo, al comentar el tema este martes.

Para la mayoría de los cubanos, que nunca habían visto el rostro de Parmly y casi ni le conocían, la respuesta televisiva del gobierno cubano fue también una especie de "presentación en sociedad", indicaron observadores políticos en la capital cubana.