Hilda Molina dice que ha pedido la entrevista con Fernández como abuela, no como disidente
La neurocirujana Hilda Molina afirmó este martes que no se da por aludida por el hecho de que un encuentro con disidentes no figure en los planes de la presidenta argentina, Cristina Fernández, durante su visita a Cuba.
"No le he pedido a la presidenta de Argentina una entrevista en calidad de disidente. Yo le he pedido que interceda por los derechos de dos ciudadanos argentinos menores de edad, mis nietos, que puedan vivir en una relación normal con su familia", dijo Molina a EFE.
"Como conozco la intolerancia del gobierno (cubano), le he pedido que por razones humanitarias, como abuela de esos niños, interceda por mí, por lo tanto, pienso que a mí no corresponde esa respuesta porque sé que hay disidentes que han pedido entrevistas buscando ayuda internacional", aclaró Molina.
Molina, de 65 años, solicita al gobierno cubano desde 1994 viajar a Argentina, pero hasta el momento las autoridades cubanas le impiden salir de la Isla.
La neurocirujana subrayó que no quiere hablar de política con la presidenta Fernández para que sus nietos no se vean "involucrados en una situación que no entienden" y que, por ellos, nunca ha querido "vincular la política con el asunto familiar".
"La gestión que tiene que hacer, lo que tienen que hacer, no constituiría ninguna cosa excepcional, es un problema totalmente familiar", explicó.
En ese sentido, afirmó que "si todas las abuelas del mundo que piensan de manera diferente al Gobierno de su país no pudieran reunirse con sus familias que viven en otros lugares, no habría familias en el mundo, incluyendo a Argentina, donde salen y entran del país".
A fines de mayo pasado, el gobierno de Raúl Castro permitió que la madre de Molina, Hilda Morejón, de 90 años, viajara a Argentina para conocer a sus biznietos, tras una gestión personal de la presidenta Fernández.
En junio, el ex gobernante Fidel Castro dijo en el prólogo de un libro sobre su visita a Bolivia en 1993 que no se cederá ante el "chantaje" en el caso de Hilda Molina, a la que, sin mencionarla, acusó de haber intentado apropiarse del Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN), del que la neurocirujana fue directora.
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