La FNCA pide a Obama 'romper con el pasado' en la relación con Cuba
La organización recomendó al presidente una política que impulse el desarrollo de la sociedad civil en la Isla, aumente los intercambios directos, promueva la libertad de información, y sume esfuerzos diplomáticos internacionales.
El gobierno de Estados Unidos debe ampliar las relaciones con Cuba, comenzando con el levantamiento de las restricciones adicionales de viajes y remesas impuestas en 2004, y con más ayudas privadas a grupos prodemocracia en la Isla, afirmó hoy la influyente Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA).
Esas son algunas de las medidas que propone el grupo al presidente estadounidense, Barack Obama, en un documento de 16 páginas, informó EFE.
El texto detalla los pasos que puede iniciar la Administración Obama "dentro de los parámetros" de las leyes actuales.
Según el grupo, las recomendaciones buscan "romper con el pasado porque intentan conformarse a las realidades del presente", aunque no incluyen el levantamiento del embargo, vigente desde 1962.
La Fundación considera que Obama debe perseguir una política que, en resumen, impulse el desarrollo de la sociedad civil en Cuba, aumente los intercambios directos con el pueblo cubano, promueva la libertad de información, y sume los esfuerzos diplomáticos de la comunidad internacional.
El grupo anticastrista emitió estas recomendaciones en momentos en que aumentan la presiones de líderes del Congreso estadounidense, organizaciones cívicas, y de la propia comunidad internacional para que Washington modifique una política que, a juicio de muchos, ha fracasado.
El documento se conoce ocho días antes de la Cumbre de las Américas, que reunirá a líderes de 34 países del continente en Trinidad y Tobago, y será la primera para Obama, en la que previsiblemente se discutirá el asunto de Cuba.
En el texto, la FNCA pide que se levanten las restricciones de 2004 a los viajes de los cubanoamericanos, por considerar que estos pueden ser los "mejores embajadores" ante el pueblo cubano y para que haya más flujo de información hacia la Isla.
El grupo aboga, por ejemplo, por que se permita el intercambio con fines culturales, académicos u humanitarios en los niveles establecidos en 1999.
Además, apoya que se levanten las restricciones de 2004 al envío de remesas de los cubanoamericanos, teniendo en cuenta el impacto de los huracanes de 2008 y "la grave situación humanitaria" en la Isla.
El documento pide que se incremente la ayuda privada a grupos prodemocracia en Cuba por individuos, instituciones y organizaciones no gubernamentales de Estados Unidos, y que se levante la veda al envío de dinero en efectivo a grupos independientes.
También apoya que se mejoren las transmisiones de Radio y TV Martí, para promover el flujo de información a la Isla; que se restablezcan las conversaciones sobre emigración, y se aliente la cooperación internacional "para apoyar el desarrollo de la sociedad civil cubana".
A Estados Unidos le incumbe, según la FNCA, promover una transición pacífica a la democracia en la Isla, ante el "surgimiento de un liderazgo antidemocrático en el hemisferio que ve a Cuba como un paradigma ideológico".
Una Cuba estable y democrática evitaría "un posible éxodo masivo caótico", que causaría "interrupciones significativas" en ciertas comunidades en Estados Unidos, y permitiría una migración "legal y controlada" entre ambas naciones, indicó.
El Congreso, bajo control demócrata, promueve una medida que, de ser aprobada, eliminará las restricciones de viajes y remesas no sólo de los cubanoamericanos, como prometió Obama durante la contienda electoral, sino de todos los estadounidenses.
La medida afronta la oposición de legisladores cubanoamericanos y de algunos grupos del exilio.
Aunque los congresistas también desean, a largo plazo, el levantamiento del embargo, que data de 1962 —algo que apoya incluso el influyente senador republicano Richard Lugar—, el consenso es que eso tendrá que esperar a que haya una evolución democrática en Cuba.
Según observadores, si Obama anuncia, antes o durante la Cumbre, un cambio en la política hacia Cuba, no sería tanto por las quejas de líderes latinoamericanos de que la política de Estados Unidos no está en sintonía con la región, como porque él mismo ha dejado claro que su Administración tendrá un liderazgo distinto en la zona.
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