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26 de julio

Mayoría de la oposición mira al futuro con pesimismo y acusa a Raúl Castro de mantener la represión

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Un año después de que Fidel Castro delegara el poder por una grave crisis de salud, la oposición mira con pesimismo el futuro de Cuba y acusa a Raúl Castro de mantener la "represión", pese a que el número de presos políticos ha bajado durante su gobierno provisional.

"En estos regímenes totalitarios los cambios no son por la muerte natural del líder o por su enfermedad, eso no es lo que impulsa los cambios", dijo a la AFP el opositor Vladimiro Roca.

"Todo sigue igual y realmente no veo hasta el momento cambio alguno", opinó el economista independiente Oscar Espinosa Chepe.

Para Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), "persiste la violación sistemática e institucionalizada" de las libertades.

Según Sánchez Santacruz, el número de presos políticos bajó en el último semestre de 286 a 243, pero la situación de derechos humanos sigue siendo "marcadamente desfavorable".

"Hay cambios de forma, pero no de contenido. Ha disminuido un poco la represión masiva, pero se ha incrementado la selectiva contra opositores; el contenido represión continúa igual", estimó Roca.

A juicio de Martha Beatriz Roque, líder de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, "ha sido un año de mucho hostigamiento", sobre todo contra los opositores encarcelados.

"La situación de los derechos humanos es muy mala, han excarcelado prisioneros, pero casi todos son personas que han cumplido sus condenas, son cifras engañosas", dijo Miriam Leyva, activista de las Damas de Blanco, madres, esposas y familiares de presos políticos.

El grupo demanda la inmediata liberación de todos los presos políticos, en particular de los 59 que aún permanecen en prisión del total de 75 condenados a largas penas de cárcel en la primavera de 2003.

En contraste, el opositor socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa consideró que antes del 31 de julio de 2006 "se respiraba una atmósfera absolutamente negativa" y hoy "hay signos alentadores", pues "algunos sectores del poder" creen que "Cuba tiene que aprender a vivir con la diversidad y la diferencia".

"Raúl debería responder a las ofertas de diálogo" de la oposición, señaló Cuesta Morúa, quien al igual que otros disidentes consideró positivo el ramo de olivo que tendió el gobernante interino por tercera vez a Estados Unidos, en su discurso del 26 de julio.

"Si el gobierno cubano quiere negociar y quiere dialogar, pues puede ir ensayando (...) con los cubanos antes del gran diálogo", acotó.

En un comunicado firmado por su líder, Oswaldo Payá, el Movimiento Cristiano Liberación (MCL) subrayó que "el diálogo civilizado entre cubanos es una necesidad urgente y un proceso justo y necesario para el pueblo de Cuba".

"Su discurso nos hace preguntar cuántos males se hubieran evitado, cuántas injusticias no se hubieran cometido (...) si los cubanos no vivieran amordazados y pudieran expresarse libremente", añadió el texto

"Estar abierto a tener negociaciones con la futura administración norteamericana es una cosa positiva", opinó, por su parte, Espinosa Chepe.

En su discurso, Raúl Castro reconoció además la necesidad de "ajustes estructurales" que saquen al país de la crisis económica; no obstante, dejó claro que en la Isla no habrá "transición".

"Me impresionó mucho su señalamiento de realizar cambios, de la necesidad de cambios (...) Ojalá sea un punto de viraje. Si es así, bienvenidos sean estos cambios", dijo Espinosa Chepe, pero aclaró que "hay que ver de qué se tratan".

Los "cambios estructurales que la gente ha visto como posibilidad de apertura, van a ser cosméticos", afirmó Martha Beatriz Roque, en declaraciones a la agencia EFE.

"No se van a dar soluciones al meollo del asunto: la falta de libertades políticas, sociales y económicas que tiene este pueblo", lamentó.

Vladimiro Roca consideró que "no ha habido hechos que confirmen el pragmatismo que se le atribuye a Raúl Castro".

En contraste, Manuel Cuesta Morúa, dijo apreciar "proceso lento de reencauzamiento del discurso político de los pragmáticos en el poder".

Las palabras de Raúl Castro confirman que "va asumiendo el liderazgo, que me imagino culmine en las elecciones con la asunción de la presidencia del país", anotó.

En este sentido, Espinosa Chepe consideró que en estos meses se ha consolidado la presencia de Raúl Castro en la dirección del país. A juicio de Miriam Leiva, en el último año se ha vivido una "etapa de análisis y reacomodo de intereses" entre los miembros del régimen y ahora es fundamental excarcelar a los presos políticos y abrir espacios para la discrepancia.

"Creo que quizás es el inicio de una nueva etapa que pudiera ser muy positiva si no se ponen trabas absurdas", apuntó.