Opositores niegan que reciban artículos de lujo o dinero de Estados Unidos
El gobierno cubano dice que la ayuda financiera de Washington es un programa corrupto, que a su vez genera corrupción.
Varios opositores negaron este jueves que la disidencia reciba dinero o artículos de lujo de Estados Unidos, tras desmarcarse de un informe del Congreso norteamericano que reveló falta de control y malgasto de la ayuda de Washington a la oposición cubana, informó AFP.
"Ese dinero lo maneja Estados Unidos, que a través de algunos grupos envía medicinas, libros, radios, cosas materiales, dinero no le envía a nadie, a pesar de que el gobierno cubano no se cansa de cacarear que somos mercenarios", dijo a la AFP la opositora Martha Beatriz Roque.
Roque dijo que desconoce si el dinero "se queda por allá (en Miami). "Lo que sí puedo afirmar es que no he visto a ningún disidente (en Cuba) vestido con ropa de lujo".
"La mayoría de esos fondos aquí a Cuba no han llegado: no sé dónde se quedan, pero aquí no llegan", dijo el economista disidente Oscar Espinosa Chepe, quien al igual que Roque fue detenido y condenado a prisión en la primavera de 2003 —en la causa de los 75— y liberado en 2004 por motivos de salud.
Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), estimó que "el 80% de la ayuda que llega para la disidencia es en medicinas", libros, radios y otros materiales; pero "el gran problema sigue siendo que el grueso de esos fondos queda como gastos de administración por allá, tal vez la mitad o más".
"La supervisión de lo que se hace con esos fondos concierne a aquellos que proporcionan los fondos, eso escapa al alcance nuestro. En Cuba hay mucha gente del movimiento disidente viviendo en condiciones de pobreza extrema", añadió Sánchez.
En declaraciones a EFE, el presidente de la CCDHRN dijo que "no sólo los disidentes, el pueblo de Cuba necesita mucha ayuda del exterior porque hay grandes carencias para la vida y de medios para trabajar fuera de la tutela del gobierno". Agregó que la ayuda de EE UU no es "condicionada" porque "la Comisión se opone al embargo y cuando han podido enviarnos ayuda la hemos recibido de buen grado y la seguimos recibiendo".
Por el contrario, Manuel Cuesta Morúa, portavoz del grupo socialdemócrata Arco Progresista, consideró que Estados Unidos "no debe financiar a la disidencia cubana".
La financiación estadounidense "puede ser contraproducente para la disidencia en el interior de Cuba porque puede darle argumentos al gobierno en su afirmación de que somos financiados por Estados Unidos", señaló a EFE.
Según Cuesta Morúa, tras esta nueva polémica es posible que Washington decida reducir la ayuda a la disidencia y "a la larga, el fin de ese flujo va a ser beneficioso para la oposición interna".
También Miriam Leiva, una de las fundadoras del movimiento de las Damas de Blanco, opinó que "no debe haber fondos de ningún gobierno destinados a la disidencia", porque "no llega nada prácticamente a la oposición y lo fundamental es que sirve al gobierno cubano de pretexto para decir que son mercenarios y llevarlos a la cárcel".
"Estoy en contra de que haya fondos del gobierno americano y creo que si quiere ayudar al pueblo cubano debe levantar el embargo y permitir que haya comercio, turismo, intercambios académicos, que los cubanos puedan viajar sin restricciones a EE UU o enviar el dinero a su familia que ellos deseen", afirmó Leiva.
El informe precisó que de 34 grupos que reciben ayuda de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), diez fueron auditados y en tres de ellos se identificaron "gastos cuestionables", como la compra de chocolates, juegos de vídeo, carne de cangrejo, abrigos de cachemir y sacos de cuero para disidentes en Cuba.
El gobierno cubano reaccionó este jueves al informe, señalando que la ayuda financiera de Washington es un programa corrupto, que a su vez genera corrupción, y señaló que el informe prueba "el vínculo político y financiero con Estados Unidos de la mayoría de los supuestos 'opositores' en la Isla".
La GAO revisó las ayudas otorgadas entre 1996 y 2005 a grupos norteamericanos que apoyan a la disidencia interna en la Isla, y que han recibido más 65 millones de dólares para ayudar a los disidentes a promover la democracia. Esa ayuda fue aumentada a 80 millones de dólares en julio de este año.
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