Actualizado: 25/04/2024 19:17
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RSF denuncia fórmulas para controlar la circulación de información por Internet en Cuba

Cuba tiene menos de dos internautas y 3,3 ordenadores por cada 100 habitantes, según un informe de la organización.

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RSF "ha podido verificar, probando en los cibarcafés una serie de términos prohibidos, que Cuba no tiene instalado ningún sistema de ese tipo".

No obstante, la organización advierte que "los ordenadores de los cibercafés están estrechamente vigilados. En la entrada se pide al usuario que facilite su nombre, apellido y dirección. Después, cuando escribe un mensaje que contenga palabras-clave sospechosas, como por ejemplo el nombre de un disidente conocido, aparece en la pantalla un mensaje (pop-up), para advertirle que su texto está bloqueado por razones de 'seguridad del Estado'. Tras la alerta, se cierra automáticamente la aplicación utilizada para teclear el mensaje, tanto si se trata de un tratamiento de texto como de un programa de navegación".

"Parece, por tanto, que en todos los aparatos de los cibercafés hay instalado un programa que detecta automáticamente los contenidos prohibidos", dice RSF y denuncia, además, las condiciones en que deben trabajar los disidentes y periodistas independientes de la Isla.

"En general, los disidentes políticos y los periodistas independientes no están autorizados a acudir a los cibercafés. En consecuencia, muchos de ellos utilizan la veintena de ordenadores que pone a su disposición la Sección de Intereses Norteamericanos de La Habana. Pero el hecho de acudir una sola vez a los locales de la diplomacia norteamericana es suficiente para ser considerado 'enemigo de la revolución'", afirma.

La organización recuerda que recientemente el periodista independiente Guillermo Fariñas, director de Cubanacán Press, realizó una larga huelga de hambre para exigir que todos los cubanos tengan libre acceso a Internet, y que varios disidentes arrestados en la primavera de 2003 cumplen duras penas de cárcel bajo acusaciones que incluyen, en la mayoría de los casos, colaboraciones con páginas web basadas principalmente en Estados Unidos.

Intentos de controlar el mercado negro de conexiones

Por otra parte, RSF recoge en su informe que, dadas las restricciones, los cubanos han creado un mercado negro de alquiler de códigos de conexión. Según el texto, "personas autorizadas a conectarse al Net ofrecen la utilización de sus cuentas a determinadas horas, a cambio de una remuneración mensual (unos 30 dólares)", pero las autoridades están a "la caza de los responsables de ese nuevo comercio".

El documento cita el caso de cinco estudiantes universitarios expulsados por revender códigos de conexión de su centro de estudios. También señala que algunos cubanos, entre ellos los periodistas independientes y disidentes, se conectan a Internet a través de ordenadores de extranjeros que viven en la Isla.

"Pero la policía intenta que se acabe ese tipo de prácticas. Por tanto, frecuentemente llama a esos 'amigos extranjeros' para amenazarles con la expulsión", indica.

Por último, RSF alerta sobre una posible cooperación entre los gobiernos de Cuba y China en materia de control de la información en Internet.

"Las autoridades de Pekín ya eran sospechosas de revender su tecnologías y sus conocimientos, en materia de vigilancia de la Red, a varios gobiernos de países autoritarios, y entre ellos a Zimbabwe y Bielorrusia; es probable que exista ese tipo de cooperación con Cuba", dice.


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