Actualizado: 27/03/2024 22:30
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La vida siempre te da una revancha

Veinte años después del oscuro proceso contra los peloteros Rey Vicente Anglada y Eduardo Herrera.

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Los hechos

Un apostador, atrapado por la autoridad, señalaría que había entregado dinero a Jorge Beltrán Lafferté, Leonardo Alemán Hernández y a Dagoberto Echemendía Pineda. Al resto nunca se le pudo probar nada.

Según Anglada en el documental de Martín Cuenca, la policía forzó a los tres para que involucraran a los 14 restantes. Y así sucedió. Echemendía confesó a sus compañeros no sólo que la policía lo obligó, sino que era de él la culpa de que el grupo estuviera enfrentando semejante situación. Agregó Anglada que Echemendía sentía vergüenza por lo que había hecho.

¿Por qué fue necesario presionar a los que señaló el apostador como sus cómplices?

Contra Anglada ni contra el resto había acusadores ni pruebas, y por algún lado había que relacionarlos, rozarlos con la transgresión. Finalmente se les aplicó la Ley de Peligrosidad, una de las prescripciones legales más decidoras de la índole del socialismo cubano y acaso el desatino más redondo en la historia de nuestra judicatura.

"Nos aplicaron peligrosidad" —repite Anglada en el documental—, mientras se balancea incesante en el sillón de su casa. Un rictus de amargura aparece en su rostro y cae en profundo silencio… Parece que recordar es como una navaja que reabre una herida siempre sangrante. El ex segunda base permanecerá "recluido" —es el adjetivo que utiliza— dos años y 8 meses.

Aunque pareciera abusiva una sanción de tal envergadura por lo que no pasó de meras suspicacias del aparato político y policial, algo peor que la cárcel sería la sentencia que la acompañó: no se les permitiría jugar pelota oficialmente nunca más en sus vidas. Por si no bastara, sus récords serían borrados de todas las estadísticas.

A ellos, en suma, no únicamente se les vetaba, sino que, como por arte de magia, dejaban de existir para el béisbol cubano. No serían más que fantasmas que una vez deambularon por las pupilas, la garganta y las desazones de la afición. La suspensión de por vida fue el broche de oro, una cadena perpetua contra sus sueños.

"Si alguien pensó…"

En el final de sus declaraciones llama la atención lo que parece ser la causa de toda la procelosa indagatoria. Para Anglada no fue la sospecha de jugar dinero, en última instancia, lo que provocó la cárcel y la suspensión. El meollo del dilema se agita en "si alguien pensó en algún momento que yo podía o que yo tenía en mi mente irme del país. Se equivocaron… Y es una lástima que hayan pensado por mí, porque por mi mente no ha pasado jamás irme de este país…".

Se produce un muy ilustrativo traspaso del pronombre indefinido singular (que todos los cubanos sabemos a quien alude) a la tercera persona del plural, "se equivocaron". ¿Fue el "alguien" que "pensó" el responsable de que su vida trocara radicalmente sus pasos y su horizonte? El documental que reseñamos no por gusto ganó el premio a la mejor película de su género en el Festival de Málaga de 2001.

Las declaraciones de Anglada no son condescendientes, como hemos visto. Pudo sin embargo dirigirse, tanto en el documental como en otras tribunas, al fondo de la legalidad burlada, a su derecho a declarar y en especial a la prensa extranjera, a la ausencia de un proceso judicial abierto, algo que proscribe la Ley de Peligrosidad, que sólo permite "comparecencia" con las partes.

Asimismo pudo intentar un cuestionamiento público sobre las razones por las cuales genera injusticias de esta categoría un sistema como el isleño. Pero ni Anglada ni Eddy Herrera —repito— son políticos. Ellos son gente de pueblo enamorada del béisbol.

Las gruesas cortinas que desde el poder envolvieron el escenario y los actores, más que asordinar el caso cooperaron en distribuir penumbras, dudas, culpas sobre unos y otros, indistintamente. Era una forma —y esto es vieja estrategia del régimen— de dar pábulo a la bola, a toda suerte de especulación donde al final nadie sabría a ciencia cierta quién era quién.


Rey Vicente Anglada, actual manager de IndustrialesFoto

Rey Vicente Anglada, actual manager de Industriales.

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