Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Béisbol: 46ª Serie Nacional

Otra vez el clásico

Industriales y Santiago de Cuba se enfrentan en la final para discutir el banderín.

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El viejo refrán "A la tercera va la vencida" cobra vida a partir de este miércoles en la pelota cubana, pues Industriales y Santiago de Cuba comienzan la discusión por el banderín nacional en el estadio Guillermón Moncada, sede de los orientales.

Será la tercera vez que en torneos de 90 juegos, capitalinos e indómitos midan fuerzas para buscar el trofeo principal. Hasta la fecha, cuentan con una victoria por bando.

El jueves se medirán en el mismo escenario, con un día de receso por viajes. El sábado, el domingo y el lunes se verán los rostros de nuevo en el estadio Latinoamericano, y de ser necesarios los encuentros 6 y 7, volverán a la tierra caliente los días 25 y 26 de abril.

En 1999 fue la primera ocasión en que los santiagueros se impusieron 4 a 3 en reñidos partidos. El evento se mostraba favorable a los Azules 3-2, pero sus rivales le propinaron un par de nueve ceros seguidos (1 a 0 y 9 por 0) y los dejaron tendidos con magníficas demostraciones de los lanzadores Ormary Romero y Norge Luis Vera, que se repartieron las cuatro victorias.

No fue hasta 2006 que ambos equipos volvieron a enfrentarse en una finalísima, pero en esta oportunidad los Azules se llevaron la mejor parte. Industriales ganó el primero y Santiago se llevó el segundo y el tercero, pero quedó en el camino, ya que los ahijados de Rey Vicente Anglada salieron airosos al ganar tres en fila india.

Hace ocho años, los orientales tenían una tropa que "metía miedo", capitaneada por Antonio Pacheco, Orestes Kindelán, Gabriel Pierre y Fausto Álvarez. Los principales abridores eran Ormary Romero, Norge Luis Vera, Wilson López y Alexis Rodríguez, con Jorge Tisser como paño de lágrimas en los relevos. De aquel conjunto sobreviven en la alineación regular Rolando Meriño, Pedro Poll, Reutilio Hurtado y Luis Miguel Navas, así como los tiradores Vera, Romero y Osmel Cintra.

Las columnas principales del Industriales de 1999 eran Germán Mesa, Lázaro Vargas, Juan Padilla y Javier Méndez, retirados los cuatro hace rato. Quedan con vida Alden Mesa, Enrique Díaz, Carlos Tabares y Yasser Gómez. Un grupo de azulejos ya no aparece en su nómina, volaron como papalotes y cayeron en Miami: Ebert Bastida, Duquesito Hernández, Maique Quintero, Rolando Viera y Amaury Sanit.

En la ronda de semifinales de la actual contienda, Industriales venció con facilidad al Habana y Santiago de Cuba arrolló a los naranjeros de Villa Clara en los topes 6 y 7, aguijoneándoles con soberanos nocaos de 16 por 3 y 18 a 8.

¿Otra pelota?

De acuerdo con una nota publicada en el diario oficialista Juventud Rebelde, pasará a mejor vida la pelota Conexión, de fabricación nacional y utilizada en la etapa clasificatoria. Al parecer, algunos estrategas consideran "que se bateó muy poco". El comentario del rotativo comenta: "Ya las autoridades beisboleras lo han anunciado, en la próxima campaña se jugará con otra pelota más viva, más parecida a la que se emplea en otros circuitos y en las competencias internacionales. Es una buena noticia que haya otra pelota para que se vuelva a jugar el béisbol de otros tiempos, cuando un hombre en la intermedia era una carrera potencial, cuando el home no estaba tan lejos como ahora".

Los frecuentes cambios de pelotas en los torneos de la Isla, con marcas y calidades diferentes, representan un récord más difícil de romper que los dos juegos seguidos sin hits ni carreras que propinó Aquino Abreu en 1966. Es una pena que siendo los jugadores cubanos tan buenos, sus dirigentes no sepan aún cuál es la pelota adecuada para desarrollar torneos de clase después de 46 campeonatos nacionales.

Si el cambio proyectado se debe a que este año Alexei Ramírez fue primero en jonrones, con 20, o a que Osmany Urrutia fue líder en bateo, con promedio de 371 y no 400 y pico —como han logrado este último y otros 12 jugadores desde 1985, algunos con el destructor bate de aluminio y otros con bolas japonesas de un bote fabuloso—, sería bueno recordar que es en los campeonatos de la Isla donde se logran únicamente esos elevados promedios.

Las estadísticas ofensivas conseguidas en las doce ligas de béisbol más importantes del mundo, carecen de esos promedios estratosféricos que pululan en algunas mentes atrasadas de la pelota de la Isla.

El también vueltabajero Jorge Padrón fue puntero en hits con 131, excelente número para un calendario de 90 juegos. Desde 1998 a la fecha, periodo en que se han jugado 90 programas por equipo, los primeros en incogibles terminaron con cantidades similares o menos que las de Padrón.

En la revista anual especializada Baseball América, que recoge todas las estadísticas de los torneos beisboleros del mundo, aparecen referencias al respecto. También la revista cubana digital Jit presenta todas las cifras de las contiendas, al igual que el diario Granma, con referencia en la primera página.

Sin ánimo de restar méritos a Ramírez y a los demás jonroneros actuales, las guías oficiales de béisbol publicadas por el Inder muestran que todavía hay una diferencia enorme al comparar sus batazos de cuatro esquinas con los de los "rompecercas" de los mejores equipos Cuba que le antecedieron, como Pedro José Rodríguez, Lázaro Junco, Orestes Kindelán, Omar Linares, Antonio Muñoz y Romelio Martínez. Los aficionados de todo el país pueden dar fe de las distancias que recorrían los jonrones de estos con cualquier tipo de pelota.

Si la semifinal se jugó con la discordante pelota Conexión, no se de qué se quejarán los "sabios". En el Guillermón Moncada hubo un "naranjicidio" doble, para recordar toda la vida. Una horrible demostración de batazos de todos colores y de todas dimensiones en el par de nocaos logrados por los santiagueros frente a los centrales.