Actualizado: 15/04/2024 23:17
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Literatura

«El exilio me ha dado una genuina amplitud material y espiritual»

El escritor Antonio Benítez Rojo, entrevisto por Jesús Díaz.

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Insistí varías veces, pero fue inútil. Me di cuenta que me costaría Dios y ayuda reunirme con mi familia. Me preparé para una larga espera. Durante siete años estuve en lo que podría llamarse una "lista negra". Mi nombre no era mencionado por los que escribían sobre el cuento en Cuba y no se me publicaba ningún libro. Si me presentaba a algún premio, mi manuscrito, o no era leído, o se intentaba humillarme.

Recuerdo una oportunidad en que el jurado de cuentos de la UNEAC me dio la mención número catorce. En fin, la oportunidad no se dio hasta 1980, cuando se suponía que porque ya se me permitía publicar y era jefe de la editorial de Casa de las Américas y del Centro de Estudios del Caribe, no intentaría vivir fuera del país.

¿En qué medida puede afirmarse que Cuba es una isla más del Caribe, una "isla que se repite"? ¿No te parece que ciertas zonas de su cultura —Luz y Caballero, Varela, Heredia, Martí, Mañach, Lezama, Diego, Padilla— convierten la Isla y a su síntesis, La Habana, en una excepción, en algo mucho más cercano a Buenos Aires y a México que a Kingston o a Paramaribo?

Eso depende de la manera en que uno lea la cultura del Caribe. Para mí, esta desborda ampliamente los límites del Mar Caribe y de su cuenca; para mí, es una cultura meta-archipielágica que comunica entre sí a todos los continentes; es la cultura global por excelencia, puesto que, en tanto "Isla que se repite", fuimos poblados por gente de todo el mundo que nos dejaron elementos de sus respectivas culturas.

Estas ideas no son nuevas: Ortiz las expuso en su Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar. La mejor manera de apreciar los fenómenos derivados de estas inmigraciones es investigando los objetos transculturados, es decir, casos concretos de nuestra música, nuestras creencias y prácticas religiosas, incluso nuestra literatura, nuestro teatro y nuestra cocina. Ciertamente, se encontrará que los elementos dominantes de la cultura caribeña provienen de Europa y África, pero en el caso de Guyana y Trinidad hay que tomar en cuenta los que corresponden a la India; y en otras naciones, los originarios de China, de Java, de Indochina, y también los de los pueblos autóctonos, los amerindios. En Cuba es frecuente que nuestros espiritistas se comuniquen con taínos y siboneyes, cuyos restos se confunden con nuestra tierra.

La santería cuenta con Sanfancón, que es un camino chino de Changó. He oído decir que el tablero de Ifá viene de la China; de allí lo trajo Orula en uno de sus viajes, lo cual nos entrega un sincretismo a partir del tablero del I-Ching. Además, los informantes de Lydia Cabrera nos hablan con detalle de brujerías chinas, jamaiquinas (obeah), haitiana (vodú), isleña (canaria), y el amuleto de azabache, resguardo contra el mal de ojo, nos llegó de Galicia.

Pero nuestro complejo sistema cultural no sólo se limita a recibir y articular componentes del exterior, sino que también los exporta después de reprocesarlos. Esto se observa principalmente en la música, por ejemplo, la salsa y el llamado jazz latino. Hay que convenir que las claves y el bongó, instrumentos creados en Cuba, suenan por todas las latitudes. Ahora bien, has mencionado los nombres de una serie de intelectuales cuyo pensamiento parece no dar cabida a lo africano.

Digo "parece", porque sus obras no suelen ser leídas en esa dirección. Acabo de leer un manuscrito que establece relaciones entre ciertos personajes de Paradiso y los orichas. Yo mismo, sin ir más lejos, encontré la presencia de Elegguá, Shangó y Babalú-Ayé en la Excursión a Vueltabajo de Villaverde.

También pienso que la obra de Martí admite una lectura "mágica", para llamarla de alguna manera. Por otra parte, si Luz y Caballero, Varela y Heredia fueron antiesclavistas y deseaban que los esclavos se integraran a la nación como cubanos, es porque sentían o presentían que su contribución no sería despreciable. Pero aun cuando no lo creyeran, en su época la cultura cubana ya era visiblemente sincrética, lo cual, como sabes, alarmaba a Saco.

Claro, repito, la realidad cultural, como toda realidad, no es fija; depende de la percepción de cada uno. Así, habrá muchos que piensen que la cultura cubana es española, como ocurre todavía en República Dominicana e incluso en Puerto Rico. En Barbados, la opinión predominante es que la cultura local es inglesa; algo de eso ocurre en Martinica y Guadalupe con respecto a Francia, aunque siempre hay gente que ve más lejos.